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Así debe ser el nuevo líder empresarial

La situación actual ha llevado a valorar más que nunca la parte humana del trabajo. Dentro de las ‘soft skills’ destacan la capacidad de comunicación y la escucha

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La crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia del coronavirus ha propiciado que las organizaciones se hayan tenido que adaptar a una nueva realidad con rapidez. La COVID-19 requiere una constante transformación que genera muchas exigencias y permite muy poco margen de maniobra.

En este contexto, los líderes empresariales han jugado -y siguen jugando- un papel fundamental a la hora de dirigir y cohesionar equipos de trabajo, así como de afrontar una situación económica adversa y marcada por la incertidumbre. Deben ser capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias y de sacar partido de cada una de ellas. Estas son algunas de las conclusiones a las que llegaron muchos de los líderes del momento en el encuentro digital organizado por la comunidad global de directivos APD: Liderazgo y valor de marca en la nueva normalidad.

¿Qué opinan los líderes del momento?

Gabriel Martínez, Subdirector General y Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Banco Sabadell, advierte de que la COVID-19 ha marcado un antes y un después. La digitalización que se ha dado en la sociedad es un gran ejemplo que materializa este cambio. “La transformación digital era imparable, pero, con la pandemia, ha eclosionado hasta el punto que, incluso, los segmentos más analógicos de la población han sentido la necesidad de digitalizarse”, apunta.  

Como ejemplo, Martínez expone que el 25% de las altas de clientes digitales que se han bajado la aplicación de la entidad desde el estallido de la pandemia  han sido mayores de 65 años. Es por ello, que, sin duda, los directivos deben estar formados y preparados en competencias digitales. En este sentido, no hay que olvidar el uso de los datos. “Hoy el cliente elige el qué, el cómo y el cuándo, y los datos juegan un papel muy importante en este nuevo contexto relacional, ya que si hacemos bien las cosas, nos permiten la personalización de la oferta y hacer que su experiencia sea cada vez mejor”, sostiene Martínez.

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 Mónica Pérez, directora de comunicación de InfoJobs, afirma que el nuevo líder debe adaptarse a este nuevo entorno digital y ejercer, hoy más que nunca, desde el ejemplo, y demostrar su capacidad para manejar un escenario incierto y mantener el foco en lo realmente importante. Además, “debe ser capaz de mantener la cohesión del equipo y ser inclusivo, alejándose del estilo de dirección autocrático en el que el líder concentra el poder y nadie desafía sus decisiones”, destaca Pérez. “También debe servir de fuente de inspiración para conseguir que todos los miembros del equipo puedan dar lo mejor de sí mismos”, añade.

Por su parte, Alex de las Heras, responsable de marca y comunicación del portal de empleo Welcome to the Jungle, asegura que el nuevo líder debe demostrar su humanidad y preguntarse con frecuencia: “¿Qué es lo que impulsa cada día a mi equipo a levantarse de la cama por la mañana y trabajar?”. “El líder tiene que ser comprometido y colaborador, pero, ante todo, debe ser él mismo. Mostrarse como es, con sus errores y sus puntos débiles” afirma de las Heras, tras señalar que casi una de cada dos empresas no está satisfecha con sus directivos.

Flexibilidad y autogestión

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Lo cierto es que, tal y como apunta Ana Delgado, directora de educación en The Valley Digital Business School, no hay una única forma de liderazgo que funcione para todos los equipos y los sectores. Eso sí, según Delgado, lo que se está viendo ahora como un factor común es la tendencia a valorar la situación de cada miembro del equipo en base a sus circunstancias y situación personal. “Con la llegada de la pandemia y el desarrollo de los modelos híbridos son muchos los profesionales que ahora teletrabajan desde sus casas y demandan mayor flexibilidad y posibilidades de conciliación”, dice. Por ello, avisa de que es fundamental que los líderes sepan gestionar esa flexibilidad con los miembros de su equipo, permitiéndoles autogestionar su tiempo para lograr los  objetivos.

Aún así, tal y como señala Remí Diennet, director de Badenoch + Clark en España, la firma de consultoría y selección de ejecutivos del Grupo Adecco, las soft skills o habilidades personales toman más importancia que nunca. Entre ellas, Diennet destaca el liderazgo y la influencia social, para ser capaces de inspirar, motivar y fomentar la colaboración a distancia y el espíritu de equipo. “La pandemia ha provocado que la jerarquía dentro de la empresa pierda sentido”, opina. Por ello considera que los mejores líderes del futuro son los que tienen un fuerte espíritu de equipo, son capaces de trabajar más cerca de los empleados y permitirles cocrear los nuevos códigos de trabajo.

 Además, deben ser capaces de desarrollar su creatividad y capacidad de innovación. “Hemos visto la importancia de la creatividad y la innovación durante la pandemia. Las empresas que han podido encontrar formas de ofrecer servicios en línea o cambiar rápidamente su producción han sido un modelo a seguir para muchos”, indica y agrega que, en el mundo poscoronavirus, la creatividad humana será esencial. También el pensamiento crítico y la empatía. “El mundo posterior a la COVID-19 puede estar lleno de incertidumbre y desafíos, y las empresas necesitarán líderes emocionalmente inteligentes y empáticos para ayudar a sus trabajadores a atravesar estos tiempos difíciles”, incide.

Comunicación en tiempos de crisis

“La diferencia entre un líder y un jefe se aprecia a la hora de comunicarse con su equipo”, así lo considera la directora de comunicación de InfoJobs. “La comunicación es lo que nos conecta con las personas y debería ser una capacidad destacada de todos los directivos”, coincide Jaume Gurt, Advisor & Mentor de directivos. “El problema está en que muchos líderes ven la comunicación como un instrumento para llegar a unos objetivos, pero no como un elemento fundamental, por lo que pierde su esencia”, resalta el experto en el Podcast de Banco Sabadell.

Puede interesarte: Escucha el podcast Comunicación y empresa en tiempos de crisis, con Jaume Gurt.

Para comunicar, según Gurt, resulta necesario volver a la autenticidad. “Los líderes deben mostrarse tal y como son, ser capaces de hablar de emociones. Si hablas de ti, nadie te lo va a poder cuestionar porque esa experiencia es solo tuya”, subraya. Para Gurt, la clave de una buena comunicación está en la mezcla de la información con lo humano. Eso sí, hay que ser transparentes y comunicar desde la verdad, sugiere Gabriel Martínez. “El empoderamiento no es de las marcas ni de las grandes compañías, es del consumidor. Hay que ser transparentes e ir con la verdad por delante porque se ha perdido el monopolio de la información y si se intenta ocultar algo, se va a ser descubierto”, insiste. “Un buen líder debe mostrarse como es, con sus errores y sus puntos débiles. Una de las nociones que más deben destacar en su evolución es la humildad”, añade  Alex de las Heras, apoyando la reflexión del directivo de Banco Sabadell.

Martínez también recuerda que la comunicación interna toma un protagonismo crucial para las organizaciones. “El impacto real se produce cuando llegamos a conocer a nuestra gente, y adaptamos nuestra comunicación a ellos, no porque sea necesario, sino porque es natural”, destaca Remí Diennet. Y añade que la empatía resulta clave en esa comunicación. “Cuanto mejor se reconozcan y se comprendan los sentimientos y las experiencias de los empleados, más escuchados y valorados se sentirán”, señala, aunque avisa de que después hay que actuar en consecuencia. “Si se reciben comentarios del equipo, pero no se implementa ningún cambio, perderán la fe en su capacidad para seguir adelante”.

Por último, una buena comunicación no sería posible sin una buena capacidad de escucha. “La escucha es el elemento que nos conecta con el público, con las personas. Si solo hablas, cuentas tu historia, pero no percibes lo que dicen y cómo te lo dicen, estás actuando para ti, no hacia ellos. La mirada, la postura, las preguntas… todo cuenta. La escucha es la gran olvidada de muchas organizaciones”, dicta Gurt. 

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