La ‘innodiversidad’ llega a la empresa española
Una de cada tres compañías incorpora mecanismos para aprovechar a la vez diversidad e innovación
Desde el estallido de la crisis económica provocada por la pandemia, cada vez más empresas se aferran a conceptos como la innovación para buscar soluciones que les ayuden a superar el mal momento. Los investigadores afirman, sin embargo, que estas respuestas no llegan solas, sino que muchas veces son el resultado de una serie de sinergias creadas en el seno de la propia compañía que, en definitiva, vinculan de manera estrecha esta innovación con la diversidad que existe en ellas. “Los equipos monocolor no crean soluciones nuevas, no se puede innovar sin ser diverso”, resumió al respecto este jueves Sergio Rodríguez, director general en España de Pfizer, que ha sido, junto con HP, una de las empresas patrocinadoras de un informe que, elaborado por la IE Business School, une por primera vez ambos conceptos: La innodiversidad en el tejido empresarial español en 2019.
Entendida esta innodiversidad como la definen los profesores del IE Celia de Anca y Salvador Aragón, es decir, como la capacidad que tienen las empresas de desarrollar diversidad e innovación de un modo en que una se aproveche de la otra y viceversa, y tomando una muestra de lo que ocurre en casi 300 empresas, lo cierto es que esta, poco a poco, va llegando, aunque aún queda un largo camino por recorrer y hay gran margen de mejora, según lo recoge el estudio.
En concreto, una de cada tres compañías incorporan ya estos mecanismos, una cifra que se eleva hasta el 34% en el caso de las grandes empresas con más de 250 trabajadores y que, curiosamente, en las pequeñas, que tienen menos de 49 empleados, se mantiene en el 30%, siendo las de tamaño mediano (entre 50 y 249 empleados) las que tienen un peor desempeño en este ámbito, con un 26%. Así, mientras que unas se aprovechan de sus grandes estructuras para desarrollar diversidad e innovación a la vez y de forma conjunta, las de tamaño más reducido hacen lo propio exactamente por el lado contrario, pues tienden a valerse de su escaso número de trabajadores para trabajar de una manera más flexible en busca de buenos resultados. Son las de tamaño medio, donde estas labores suelen quedar en tierra de nadie, las que más dificultades presentan para vincular innovación y diversidad.
Por sectores, brillan con luz propia las empresas de energía y agua al situarse muy por encima de la media, con un 57% de ellas aplicando la innodiversidad. Por detrás, aunque a cierta distancia, quedan las empresas de servicios profesionales, que presentan un 34%, las de tecnología y telecomunicaciones, con un 32%, y las de servicios financieros y profesionales, que empatan con un 31%. Cierran el listado las de bienes y consumos, que apenas llegan el 10%.
Para alcanzar los mejores resultados, destaca el estudio, hay muchos caminos y mecanismos, desde tomar en cuenta estas cuestiones en los máximos organismos hasta considerar por separado tanto la opinión tanto de los jefes de innovación como de los de diversidad. La mayoría de estas ideas tienen buena acogida, aunque existe una especialmente valorada: que el jefe de innovación y el de diversidad se coordinen, algo que consideran positivo el 87% de la pequeña empresa, el 86% de la mediana empresa y nada menos que el 95% de las más grandes. “Las empresas saben que el roce hace el cariño. Es para nosotros una enseñanza sorprendente. Al final, lo mejor es lo más sencillo”, explicó al respecto Salvador Aragón.