Boris Barboni: “A los jóvenes se llega por la pantalla que les queda más cerca”
Apuesta por replantear los eventos y la publicidad de la firma para superar una crisis en la que Bulgari ha perdido un 30% mientras ha duplicado su comercio digital
Un hombre acostumbrado a conseguir sus objetivos. Así es Boris Barboni (Roma, 1979), quien, tras licenciarse en Políticas y Relaciones Internacionales en Reino Unido, tuvo claro que su futuro estaría lejos de los parlamentos. Se adiestró en el mundo de las ventas en Colgate y L’Oréal y en 2015 dio el salto a Ferragamo para afrontar el reto de levantar una división de perfumes cerca de desaparecer. Lo logró gracias a un plan de rejuvenecimiento que convenció a Bulgari de que era el hombre que necesitaban para acercarse a las nuevas generaciones. Lo hizo multiplicando las ventas de la firma, lo que le ha valido para dirigir la compañía en España, Andorra y Portugal, donde ha tenido que lidiar con una crisis sanitaria sin precedentes.
- R. ¿Cómo ha afectado esta crisis a Bulgari?
- R. Gran parte de nuestra clientela en España y Portugal es extranjera. Bulgari es una marca muy global, muy fuerte en Asia y en América Latina, con lo que rápidamente vimos desaparecer nuestros clientes viajeros. Afortunadamente, tenemos también una base muy fuerte de clientes locales. Cuando llega algo tan imprevisible y tan destructor, o te resignas o trazas una estrategia para seguir adelante.
- R. ¿Cuánto han perdido de facturación?
- R. Esperamos terminar el año recaudando un 30% menos que el año pasado, aunque estamos luchando por reducir la pérdida a un 20%. Pero las cifras, sobre todo en la primera mitad del año, son demoledoras. Es un año muy difícil.
- R. ¿En qué consiste su plan contra la crisis?
- R. Las circunstancias nos han impuesto a los directores la necesidad de hacer mucha limpieza con las cuentas eliminando gastos inútiles, optimizando algunos procesos. Por ejemplo, hemos recortado un 80% los viajes de negocios, lo que significa que, salvo que sea algo esencial, hacemos todo desde nuestro lugar de trabajo. Tuvimos que hacer un replanteamiento de cómo gastamos y por qué.
- R. ¿En qué se tradujo esto?
- R. Cortamos el gasto, pero sin cerrar del todo la inversión, porque nos dimos cuenta de que a nuestro cliente local y a la gente que tiene aquí segundas residencias, como rusos y alemanes, no podemos dejar de hablarles de inspiración, de cosas bellas, de Bulgari. Hicimos vídeos hablando de cosas como el origen de nuestras piedras y nos digitalizamos. Era un momento difícil donde no podíamos ignorar lo que pasaba, pero tampoco quisimos olvidar que debemos mostrar nuestra artesanía, que produce auténticas maravillas.
- R. ¿Tuvieron que adaptar también sus presentaciones?
- R. Les dimos totalmente la vuelta. Un ejemplo muy claro es el evento reciente que hicimos en Marbella. La boutique de Marbella es la que más factura en España en agosto, y todos los años hacemos allí una gran fiesta con más de 150 personas en la tienda, música... Este año hemos hecho invitaciones individuales a una pequeña muestra de alta joyería donde hemos contratado un gemólogo, una violinista y un catering que ha propuesto un recorrido gastronómico por Italia.
- R. También firmaron como embajadora a Ester Expósito.
- R. La selección de una persona tiene que ser algo muy puntual porque debe ser alguien con buena afinidad con la marca. Con Ester lo primero que hicimos fue ir a Roma para que ella misma pudiera ver cómo se preparan las piedras y cómo, después de un año o dos de trabajo, esa materia se convierte por ejemplo en un collar. La receta no es el embajador, el embajador es el medio para transmitir el mensaje de la marca.
- R. ¿Cómo llega Bulgari a los más jóvenes?
- R. Las plataformas de streaming han cambiado el juego, porque ahora son la principal pantalla por la que podemos entrar a la gente joven. Sabemos que ven muy poca televisión, y que incluso cuando lo hacen, siempre tienen en la mano un móvil o una tableta. A partir de ahí, decidimos que lo mejor era mejor llegar a ellos a través de la pantalla más cercana. Esto ahora es más importante que nunca, después de la pandemia, cuando nuestro comercio online se ha duplicado.
- R. ¿Hay algo que haga al cliente de España y de Portugal distinto?
- R. Hay alguna diferencia en los colores de los oros: en Europa del norte funciona más el oro amarillo, y en el sur funciona más el oro rosa. Sucede lo mismo en Asia: en Japón les gusta más el oro blanco y en China se vende más el rosa. También hay algo de diferencia en los accesorios. Mientras que en otros sitios se venden más los que tienen colores muy llamativos, en España y Portugal gustan más los blancos y los negros.
- R. ¿Les ha hecho cambiar la crisis sanitaria?
- R. Hemos aprendido algunas cosas. Por ejemplo, que hay que dividir los grandes problemas en módulos más pequeños. Ahora, con los rebrotes, tenemos que estar listos para todo escenario.
- R. ¿Tienen un plan si nos vuelven a confinar?
- R. Si volviéramos a una fase 1 o 2, donde la gente podía venir con cita previa, no vale solo con sacar un champán y charlar con el cliente, tenemos que tener herramientas para entretenerles, pensadas por y para ellos.
- R. ¿Cuál es su estrategia para los próximos años?
- R. Primero, queremos participar en más iniciativas sociales como las que tenemos ahora de apoyo a la vacuna contra el Covid-19 o las de conservación de bienes. Pero sobre todo, queremos innovar y seguir produciendo maravillas que deben llegar a España con un toque local.
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