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¿Cómo es la salud de tus finanzas? Pon a prueba tu economía personal

Lograr una economía personal equilibrada va más allá de ingresar por encima de lo que se gasta, ya que la capacidad de ahorro también juega un rol fundamental

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La salud es lo primero. Y no solo en el terreno de la medicina. En el económico, gozar de una buena salud financiera es crucial para evitar males mayores y, si fuera necesario, poder hacer frente a imprevistos. Como bien dicta el popular refrán: más vale prevenir que curar.

Pero, ¿qué es la salud financiera personal? ¿Sabrías hacer un chequeo a tus cuentas? Descubre si tu dinero goza de bienestar y cómo puedes mejorar tu situación financiera con estos consejos.

Alberto Blanco, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), define el significado de salud financiera: “Si simplificamos mucho, el concepto consistiría básicamente en replicar el modelo de cuenta de pérdidas y ganancias de cualquier empresa. Es decir, como premisa básica, se trataría de ingresar más de lo que se gasta”. Dicho de otra manera, es la búsqueda de un equilibrio entre el dinero que entra en el hogar y el que sale.

Así es la salud financiera de los españoles

En general, los españoles tenemos que mejorar nuestra salud financiera, ésta es muy pobre o deficiente, sobre todo si la comparamos con las ratios de los países de nuestro entorno, principalmente de la Unión Europea. “En España se ahorra poco y se endeuda de manera ineficiente (con el uso de instrumentos de crédito, como tarjetas, que conllevan un coste financiero muy elevado) y se considera el depósito bancario o la cuenta corriente a plazo como el activo líquido por excelencia”, explica Blanco, que prosigue: “Los planes de pensiones tampoco son una excepción, ya que ni siquiera uno de cada cinco españoles tiene un producto de estas características. Además, la cobertura en seguros de vida es muy escasa y el activo principal es la vivienda en propiedad”, desgrana Blanco.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España explican en el Plan de Educación Financiera la importancia de hacer una buena gestión de nuestro dinero: “Es uno de los sueños más anhelados por la mayoría de las personas y está a nuestro alcance. El dinero no da la felicidad, pero vivir sin deudas y sin angustias, tener cierta capacidad de ahorro y poder dedicarnos a algo que nos guste es un buen comienzo”, señalan los reguladores en el documento que recoge el plan.

Presupuesto, el aliado de tus cuentas

Con independencia de los ingresos, se puede conseguir tener unas finanzas saneadas. El punto de partida debe ser la elaboración de un presupuesto familiar, ya que uno de los principales errores que cometen los españoles es no conocer su situación económica real.

Hacer un presupuesto es sencillo y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) recomienda que se lleve a cabo con la participación de todos los miembros del hogar. Basta un papel o un lápiz, la utilización de algunos programas informáticos como Excel, o de aplicaciones tecnológicas como Fintonic.

Los pasos que han de darse son los siguientes:

Balance. Hay que especificar los ingresos mensuales habituales (nómina, otro tipo de rentas, ingresos pasivos, ayudas...) y los gastos fijos (recibos, hipotecas, préstamos, educación…) y previsibles a corto plazo, por ejemplo, la compra de material escolar.

Fondo de emergencia. Tras recopilar la información, sabrás si existe un excedente. Si lo hay, lo recomendable es crear un fondo de emergencia para cubrir algún imprevisto si surgiera. En la UNED señalan que debería representar entre tres y seis meses de gastos fijos asociados al hogar.

Ahorro. Tras realizar los dos pasos anteriores, conocerás si tienes capacidad de ahorro, que permitirá, entre otras cosas, planificar la jubilación, invertir con la finalidad de obtener rentabilidad o la contratación de algún seguro. En el mercado existe un amplio abanico de opciones adecuadas a cada perfil de riesgo. El apoyo de un asesor puede ser conveniente a la hora de elegir.

Los porcentajes y el ahorro

Arnold Pérez, profesor de la EAE Business School, defiende que para alcanzar el equilibrio financiero personal es necesario aplicar la regla del 50/30/20. Cada cifra corresponde al porcentaje que se debería destinar para cubrir las necesidades básicas y los gastos fijos (50%), los gastos personales (30%) y el ahorro (20%).

Ahora bien, todo depende de los ingresos. “Esta fórmula podrían cumplirla sin problemas aquellas personas que perciben entre 2.500 y 3.000 euros al mes”, reconoce. “Si la nómina es de 1.000 euros, habrá que ajustar el estilo de vida a esos porcentajes, teniendo en cuenta que si se gasta más se producirá una pérdida de ahorro que debe ser compensado con deuda; no hay otra”, advierte.

Gestión de las deudas

Asimismo, para mejorar el presupuesto familiar conviene examinar las deudas adquiridas. Una buena gestión del crédito permitirá incrementar el nivel de vida y eliminar preocupaciones. Las claves son las siguientes:

● Pagar en el plazo establecido para evitar que los intereses se disparen.

● No acumular préstamos. Solicitar los que realmente se necesitan.

● Aprovechar que el euríbor se encuentra en mínimos históricos para reducir la hipoteca con aportaciones.

● Tener en cuenta el coste conjunto: comisiones, tasa anual equivalente (TAE), gastos por gestión o estudio…

La CNMV y el Banco de España distinguen entre deuda buena, mala y muy mala:

Deuda buena. Se asocia a la compra de una vivienda u otro inmueble.

Deuda mala. Se adquiere para cosas que realmente no se necesitan −como la compra de un televisor nuevo− o que tienen un plazo de amortización que supera la vida del producto financiado; por ejemplo, continuar pagando unas vacaciones dos años después de disfrutarlas.

Deuda muy mala. Son los préstamos con una TAE muy elevada, los descubiertos en cuenta, los créditos en cajeros automáticos, los créditos rápidos o los pagos aplazados de las tarjetas.

Para los dos supervisores, las recomendaciones para lograr una buena salud financiera son, en líneas generales, un control de gastos que permita llegar sin problemas a fin de mes, ahorrar más, reducir o eliminar las deudas, preparar la jubilación (descubre aquí cuánto tendrás al jubilarte si empiezas a ahorrar hoy) y proteger a la familia.

En cuanto al ahorro, ambos organismos consideran de alta importancia el establecimiento de objetivos, pero hay que huir de las generalidades. Y ponen el siguiente ejemplo: no es lo mismo decir “Quiero vivir bien después de jubilarme” que “Quiero acumular 90.000 euros en mi plan de pensiones antes de cumplir 50 años”.

“Un objetivo financiero ha de ser concreto, alcanzable y delimitado en el tiempo”. “Considera el ahorro como pagarte a ti mismo”, aclaran los organismos supervisores, que también recomiendan “no esperar para dar los primeros pasos; ya que hasta la cantidad más pequeña contribuirá al logro de tus aspiraciones, sobre todo si contamos con el factor tiempo”.

El Plan de Educación Financiera ha desarrollado una guía didáctica y sencilla para chequear la salud financiera de cada persona con la ayuda de la Financial Services Authority (FSA), el supervisor de los mercados del Reino Unido. En ésta se realizan preguntas que han de ser contestadas por el interesado, como la edad, la situación laboral, si vive solo o en pareja, si tiene hijos, si depende de los ingresos de la persona con la que convive, si tiene hipoteca, si va a jubilarse pronto, o cuál sería su situación en caso de quedarse en paro, entre otras.

Dependiendo de las respuestas, se obtiene un diagnóstico y en base a éste se reciben una serie de recomendaciones. “Si la evaluación da muchos motivos para la preocupación, no hay que desesperar. No es necesario atacar todos los problemas a la vez. Hay que concentrarse en los que se consideran más urgentes y afrontar el resto más adelante”, aconsejan.

Asimismo, gozar de buena salud financiera hoy no significa que se vaya a tener mañana. El Plan de Educación Financiera sugiere efectuar un chequeo periódico para adecuarla a las circunstancias personales de cada momento. Por ejemplo, una pareja con una hipoteca e hijos en edad escolar tendrá más gastos fijos que una de jubilados, y sus aspiraciones también serán distintas.

La mayoría de los bancos también han diseñado herramientas y fórmulas para ayudar a las familias en la gestión de su dinero. Algunas opciones serían las huchas digitales o el ahorro por redondeo, así como la realización de aportaciones periódicas para que ahorrar sea más fácil, flexible y sin que apenas lo note el bolsillo.

En épocas de crisis como la actual se tiende a ahorrar más dinero. Es una cuestión más asociada al miedo y a la precaución que a un deseo en sí mismo. Los últimos datos facilitados por el Banco de España sobre los depósitos de los hogares al cierre de julio arrojan un máximo histórico de 892.800 millones de euros, un 7,13% más que el mismo mes del año pasado, y ello a pesar de que el periodo coincide con la época estival, que es cuando se tiende a gastar más.

Sin embargo, es importante que este tipo de ahorro, que se acumula por una caída brusca del consumo, se destine en gran parte a impulsar la economía. “El ahorro pasa a ser inversión en las empresas y eso genera puestos de trabajo. Hay que cuidar mucho este aspecto”, apunta Arnold Pérez.

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El valor de la educación financiera

No hace falta ser un experto en contabilidad para cuadrar las cuentas del hogar. Sumar y restar es algo que sabemos hacer todos y que aprendemos desde la infancia. Pero gozar de una buena salud financiera requiere de mucho más.

“La educación financiera es muy importante y debería enseñarse desde las escuelas”, apunta Arnold Pérez, profesor de la EAE Business School. De hecho, es algo que se está implantando poco a poco, cada vez hay más programas destinados a este fin para todos los segmentos de la población.

La última ‘Encuesta de Competencias Financieras’ (ECF) publicada por la CNMV y el Banco de España resalta aspectos como que casi la mitad de los ciudadanos percibe que sus conocimientos financieros son “bajos” o “muy bajos”, que un 27% no ha oído hablar de los depósitos y que el modo de ahorro más frecuente consiste en acumular fondos en una cuenta corriente.

Uno de los principales objetivos del Plan de Educación Financiera es enseñar a la sociedad a conseguir el mayor bienestar financiero. En los programas de formación se establece que los factores que intervienen en este estado son el presupuesto, la protección, el ahorro y la inversión, y el crédito y la deuda, y que cualquier modificación por separado influiría en el balance.

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