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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una tragedia acecha ahora a las empresas si no se reacciona a tiempo

Los datos del INE son una seria llamada de atención para quienes ya aseguran que la economía española ha entrado en recuperación

CINCO DÍAS

Los datos de la encuesta de Cifra de Negocios Empresarial del INE para las sociedades no financieras, correspondientes al mes de junio, son una seria llamada de atención para quienes, de manera ciertamente irresponsable, ya aseguran que la economía española ha entrado en fase de recuperación.

Es cierto que la fotografía del mes de la teórica llegada de la nueva normalidad, con su último tercio ya fuera del estado de alarma, da signos de esperanza en el comercio, la industria y la energía, que siguen en tasas negativas, pero han empezado el rebote hacia la normalización de la actividad con tasas, lógicamente, muy superiores al periodo de paralización generalizada. Sin embargo, el transporte, la actividad hotelera y de restauración, y el turismo en todas sus vertientes, se han visto gravemente perjudicados por la falta de actividad ante la desaparición de los viajeros extranjeros y el ya comprobado desplome del nacional. Y esta es una evolución que, a priori, no presentará mejoras cuando se conozcan los datos del resto del verano, lo que confirmará un inédito parón en un periodo clave para la economía española. Si la cifra de negocio global cayó un 19,2% anual en junio, el sector de servicios no financieros de mercados se hundió casi un tercio y en el acumulado del primer semestre el recorte fue del 22,4%.

Un drama para muchos sectores que puede devenir en tragedia. Sirva como ejemplo el castigado sector hostelero. Desde Hostelería de España, que representa a más de 300.000 establecimientos y 1,7 millones de trabajadores, auguran que el agravamiento de los rebrotes de las últimas semanas apunta a una caída del negocio en el conjunto del año por encima del 50%. Ello impactará de forma dramática en la supervivencia de establecimientos y, consecuentemente, en el mantenimiento del empleo. Muchos empresarios dan por perdido el año y el que viene y no sitúan la recuperación de la actividad y el empleo hasta 2022. Otros son aún más pesimistas.

Ante este panorama, en el que desde el inicio de la pandemia no hay nada que no se pudiera esperar, la Administración caería en una grave dejación si no acelera su comunicación con las empresas. En términos políticos, las decisiones y las propuestas de soluciones deben llegar de la mano de la moderación, como reclama la CEOE, y alejarse lo más posible de una radicalización política poco deseable en cualquier momento, pero en la que ha desembocado España en las peores circunstancias y por intereses contrarios al buen hacer social y económico. Si el Gobierno no adapta eficazmente el marco a la grave situación de las empresas, con medidas de apoyo fiscales, financieras y laborales que ayuden a la supervivencia, la tragedia también estará asegurada para la economía.

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