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Banco de España: los jubilados se llevan una media de 1,74 euros por cada euro que aportaron al sistema

Un informe del organismo regulador sitúa la rentabilidad del sistema español de pensiones en una media del 3,5%

Imagen de una concentración del Movimiento de Pensionistas de Bilbao.
Imagen de una concentración del Movimiento de Pensionistas de Bilbao. EFE
Raquel Pascual Cortés

Una de las cuestiones que los organismos internacionales destacan del sistema de pensiones español es su mayor generosidad respecto a los sistemas de otros países. El Banco de España ha publicado hoy un informe que pone cifras a esa generosidad: los pensionistas cobran 1,74 euros por cada euro que han aportado en cotizaciones a lo largo de su vida laboral.

El estudio Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones conocido hoy ha determinado, ha utilizado la Muestra Continua de Vidas Laborales, analizando un modelo de nuevas altas de jubilación del año 2017 para llegar a la conclusión de que dicho rendimiento del sistema de pensiones español alcanzaría una media anual del 3,5%.

Los autores de este informe --María Moraga y Roberto Ramos, de la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España— explican que España cuenta con un sistema de pensiones denominado «de reparto», que está presente en la gran mayoría de los países europeos, y “puede entenderse como un mecanismo de inversión en el que los participantes aportan fondos durante su vida activa (las cotizaciones sociales) con objeto de recibir en el futuro dichos fondos junto con un cierto rendimiento acumulado, en forma de renta vitalicia (la pensión que se percibe durante la jubilación)”.

Por ello un sistema de pensiones de reparto puede analizarse desde una perspectiva financiero-actuarial –alguien aporta dinero durante un tiempo parar recibirlo en un futuro incrementado por rendimientos--.

El informe ha estudiado tanto la rentabilidad de los tramos más bajos y más altos de ingresos, así como los distintos tipos de jubilación. Según esto, los resultados muestran que el sistema de pensiones proveería un rendimiento medio real, antes citado, del 3,5% anual. Si bien para los percentiles 25 (menos aportaciones) y 75 (más aportaciones) del sistema estos rendimientos serían del 2,5% y el 4,2%, respectivamente. Esto, en términos de coste de prestación unitaria se traduciría en que quienes están en el percentil 25 de la distribución reciben 1,25 euros por cada euro aportado y los del percentil 75, 2,03 euros por euro depositado a la Seguridad Social durante su vida en activo.

Por tipos de pensión, las jubilaciones ordinarias generarían un rendimiento medio mayor (4,1%), frente a las altas procedentes de jubilación parcial (3,9%), las jubilaciones demoradas voluntariamente (3,7%) y las jubilaciones anticipadas (2,8%), explica el documento.

Para llegar a estas cuantías, los autores han analizado la denominada tasa interna de retorno (TIR) y el coste por pensión unitaria (CPU) que mide el número de euros de pensión que provee el sistema por cada euro de cotización aportado.

La TIR se define como la tasa de descuento que iguala el valor presente de las cotizaciones realizadas por un trabajador a lo largo de su vida laboral con el valor presente de los importes de pensión que recibe durante su jubilación. Esta tasa podría interpretarse como una rentabilidad esperada, ya que al inicio de la carrera laboral existe incertidumbre sobre los flujos de cotización, la inflación, la pensión que se va a recibir o la longevidad.

Según explican los autores de este trabajo, el cálculo de la rentabilidad esperada por la participación en el sistema de pensiones es relevante porque facilita información sobre su equilibrio financiero. Además, es útil para que los individuos puedan optimizar los incentivos individuales a la hora de decidir en qué momento jubilarse.

Caso práctico

El documento incluye una simulación para ilustrar la utilidad de la rentabilidad esperada. Así un trabajador ficticio que se jubilase en 2017 a distintas edades, en concreto entre los 63 y los 67 años, y tras un periodo de cotización de 459 meses (aproximadamente, 38 años), con una base de cotización equivale al 45% de la base máxima de cotización en cada mes, obtendría una pensión de jubilación de 1.338 euros al mes si se jubilara a los 65 años (esta cantidad es muy similar a la pensión media de las altas de jubilación observada en 2017, que se situó en 1.318 euros).

Pero dependiendo de la edad a la que se retirara dicho trabajador la pensión variaría entre los 1.124 euros si se jubilase a los 63 años y los 1.445 euros si lo hiciese a los 67 años. Sin embargo, en términos de rentabilidad económica, el incentivo a posponer la edad de jubilación sería muy limitado. Así, la rentabilidad máxima la obtendría al jubilarse a la edad legal de 65 años. Pero si el trabajador retrasara uno o dos años su edad de jubilación, aunque obtendría una pensión de mayor cuantía (por la bonificación asociada a posponer la jubilación), la recibiría durante un período de tiempo esperado más corto, por lo que la rentabilidad no aumentaría con respecto a la jubilación a la edad, explican estos expertos.

Si bien, precisan que el resultado final de la pensión que se obtendrá depende de muchos otros factores, entre los que se encuentran la cuantía de las aportaciones realizadas y la posible aplicación de los topes máximos y mínimos en la cuantía de las pensiones. Estos factores pueden aumentar el atractivo de unos tipos de jubilación sobre otros, concluyen.

Comparativa con otros activos

El estudio compara también rentabilidad media de las nuevas altas de pensión de 2017 con el rendimiento obtenido por otros activos de inversión en las últimas décadas. Por ejemplo, el tipo de interés real ofrecido por el bono español a diez años ha caído desde el 6,6% de mediados de los años noventa hasta valores ligeramente negativos en el período más reciente.

Otra comparativa que se puede hacer,  aunque no se refleja en este estudio, es respecto a la rentabilidad de los planes privados de pensiones individuales y colectivos (de empleo). En este punto, el sistema público de pensiones también es más generoso que los privados en la mayoría de los supuestos.

Así, los planes individuales a veinte años (el pensionista tiene una vida media ligeramente superior) tiene actualmente una rentabilidad media del 1,4% anual, mientras que la de los planes de empleo, que se hacen en el seno de las empresas para sus trabajadores, también a 20 años es del 2,42% anual, según las cifras de Inverco de junio pasado.

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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