La pandemia lastra las previsiones de recuperación de Azucarera
La caída de la demanda industrial ha penalizado su mejor evolución
El estado de alarma y el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus provocó un repunte en la demanda de alimentación que, en algunos productores, supuso un fuerte espaldarazo a sus ventas. Un ejemplo es Ebro Foods, que cerró el primer semestre con un incremento de los ingresos del 23%. Pero los efectos de la crisis no han sido iguales para todos.
Es el caso de AB Azucarera Iberia, siempre conocida como Azucarera Española, que culminará a finales de este mes de agosto su ejercicio fiscal 2019-2020. Un año en el que aspira a mejorar su resultado del anterior, que arrojó unas pérdidas de 35 millones de euros, como publicó este diario el pasado lunes.
“Para este ejercicio esperamos una mejora en el resultado muy significativa frente al año anterior”, explica la directora financiera de la compañía, Inés Fernández. “Sin embargo, la crisis del Covid-19 ha trastocado las estimaciones y el resultado esperado se verá mermado principalmente por las menores ventas a la industria”, explica.
Esto se debe a que la evolución de la demanda azucarera ha sido desigual según el canal. Entre marzo y junio de este año las ventas de azúcar en el comercio minorista creció un 36% respecto al mismo ejercicio del año anterior, según datos de Nielsen. Después del confinamiento este crecimiento se ha suavizado hasta un 13%. Según explica Azucarera en el informe de gestión de las cuentas del ejercicio 2018-2019, mantiene el liderazgo en el mercado de la distribución en España con una cuota del 41%, “siendo percibida por los consumidores como garantía de calidad y servicio, así como la marca de hogar más tradicional”.
No obstante, la actividad de Azucarera va más allá de los productos presentes en los lineales de los supermercados, y parte de su negocio está vinculado con productos destinados a usos industriales, tanto procedentes de la remolacha azucarera como de otras fuentes. Por ejemplo, a través de la marca Betalia comercializa soluciones para la fertilidad del suelo a través de sustratos, además de piensos u otros productos para la industria farmacéutica, cosmética, energética o de la construcción.
Esta parte del negocio es la que se vio más perjudicada por el estado de alarma y que limitará, por tanto, la recuperación prevista por la compañía. Ya en el anterior ejercicio sufrió una caída de ingresos por la menor producción.
Esta también llegará por la vía de los costes. Desde la empresa explican que la estimación de reducción de gastos ligada al nuevo modelo de retribución a los productores ha ido “en línea con lo esperado”, y que se estudian nuevas fórmulas que resulten atractivas para estos.