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Economía endurece el control de solvencia y la publicidad de los créditos ‘revolving’

Calviño emite una orden ministerial que exige una mayor transparencia a la banca sobre unos préstamos que pueden acabar imponiendo una deuda perpetua al cliente

La vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño
La vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño Efe
Juande Portillo

El Gobierno ha decidido finalmente poner coto a los llamados créditos revolving, una especie de préstamos al consumo usualmente ligados a las tarjetas que permiten establecer cuotas mensuales tan bajas que sus elevados intereses pueden convertir la deuda en perpetua.

Para tratar de atajar los abusos cometidos por la banca en este campo, ya castigados por el Tribunal Supremo, que ha tachado los intereses de abusivos, y advertidos por el propio Banco de España, que ha alertado de los riesgos de endeudarse de por vida, el Ministerio de Economía ha tomado cartas en el asunto.

Lo ha hecho a través de una orden ministerial, publicada este lunes en el Boletín Oficial del Estado, mediante la cual el Gobierno eleva la vigilancia sobre la publicidad de estos productos e impone un mayor control de la solvencia de los clientes a la banca.

Aunque no va tan lejos como otros países vecinos, como Portugal que ha limitado el tipo de interés máximo que la banca puede fijar a este tipo de créditos, el Gobierno confía en que el incremento de la transparencia que introduce, consensuado con el supervisor y las entidades del sector, permita reducir los excesos cometidos en el pasado y la litigiosidad que han despertado.

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Para ello, el departamento que dirige la vicepresidentaNadia Calviño ha trabajado en dos terrenos en paralelo. En primer lugar en el de la transparencia, con el objetivo de que el cliente sepa siempre exactamente qué está firmando y el coste que le supondrá solicitar una línea de financiación de este tipo

Así, se exigirá a la banca que ofrezca una información más clara sobre el producto y su funcionamiento en la publicidad que emita al respecto; se le pedirán detalles adicionales en la fase precontractual en la que oferte el producto a un consumidor concreto y se le pedirá que informe exhaustiva e ilustrativamente al cliente de las condiciones de la fase postcontractual.

La idea es que el consumidor reciba ejemplos concretos del funcionamiento del crédito en función de las cuotas que acepte devolver mensualmente para que conozca el enorme grado de oscilación en el coste final que afronta en función de si decide pagar al mes unos pocos euros más.

Uno de estos ejemplos representativos sería el de un crédito de 1.500 euros a un tipo de interés del 19%. Con una cuota mensual de 45 euros se devolvería en cuatro años con un coste de 649 euros en intereses. En el caso de una cuota de 30 euros, se acabarían abonando 1.451 euros en intereses, prácticamente lo mismo que el conjunto del préstamo y 800 euros más que con la otra cuota.

Evaluación de solvencia

En segundo término, Economía eleva el análisis de solvencia que las entidades deben de llevar a cabo para evitar que sus clientes acaben sometidos a un endeudamiento insostenible. En concreto, deberán verificar la capacidad del cliente para hacer frente al crédito en cuatro años a un 25% anual.

En paralelo, el Ministerio eleva las obligaciones que tienen las entidades a la hora de dar parte de sus datos a la Central de Información de Riesgos del Banco de España, la Cirbe, a fin de que la información compartida por todo el sector permita arrojar alertas tempranas sobre el perfil de insolvencia de determinados clientes.

Así, el monto de cada operación a comunicar se rebaja de 9.000 a 1.000 euros, para todo tipo de créditos, no solo los revolving, lo cual se espera que pueda ponerse en marcha en un plazo de unos seis meses. Además, la periodicidad con la que dan parte al supervisor se rebaja de 30 a 20 días, si bien la adaptación tecnológica podría demorar su puesta en marcha un par de años, según admiten fuentes de Economía.

Pese a todas estas medidas, Economía reconoce que una orden ministerial no puede ir más lejos, limitando el interés o prohibiendo las deudas perpetuas, por lo que no descartan que haya que tomar medidas legislativas adicionales en el futuro una vez se haga seguimiento del comportamiento del sector ante la nueva regulación.

Un modelo sin multas que no convence a los consumidores

Recomendaciones. La orden ministerial impulsada por el Ministerio de Economía para regular los créditos revolving no termina de convencer a asociaciones de usuarios como Asufin, especializada en servicios financieros, que considera que es “una oportunidad perdida” para acabar con las deudas perpetuas que generan estos préstamos. Desde la asociación critican que la orden “no prevé sanciones a las entidades que concedan préstamos irresponsables, como sí sucede en países de nuestro entorno”. “Con ello no conseguiremos poner coto a la deuda perpetua que generan estos contratos de crédito y que van claramente en contra de la concesión de crédito responsable que se recomienda desde el Banco de España y desde Europa”, subraya Patricia Suárez, presidenta de Asufin, que sí en todo caso ve algún avance en el texto. “Creemos que las nuevas medidas, orientadas a la mejora de la transparencia, van a aportar una mayor protección a los consumidores para evitar nuevos abusos bancarios”, estima, por su parte, Javier Moyano, CEO de Reclama Por Mí, quien recuerda que aunque la norma no limita tipos de interés que el Supremo ha declarado usurarios eleva su transparencia, otra causa de nulidad.

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