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La reducción de daños, estrategia para luchar contra el consumo de tabaco

Los productos de riesgo reducido potencial se erigen en la alternativa a los efectos perjudiciales de los cigarrillos

Este producto contiene nicotina, una sustancia muy adictiva. No se recomienda su consumo a los no fumadores.
Este producto contiene nicotina, una sustancia muy adictiva. No se recomienda su consumo a los no fumadores.

Uno de los grandes retos de las autoridades sanitarias en todo el mundo es el daño asociado al consumo de tabaco. En 2017 murieron prematuramente 7,1 millones de personas a causa del consumo directo de este producto y alrededor de 1,2 millones por la exposición al humo ajeno, según el estudio Global Burden of Disease. En España, las muertes prematuras por enfermedades relacionadas con el tabaquismo superaron las 60.000 anuales en 2019, según una investigación realizada por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya).

Los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desvelan una disminución progresiva del número de fumadores en el mundo pero advierten de que este descenso todavía está lejos de alcanzar el objetivo previsto para 2025, que es de un 30%.

España, con unas 60.000 muertes al año relacionadas al tabaquismo,  sigue una tendencia a la baja de la prevalencia del consumo de tabaco

España ha seguido una tendencia descendente de la prevalencia del consumo de tabaco, más pronunciada desde 2013, hasta llegar a una posición cercana a la media de la UE, situada en el 26%, de acuerdo con el ranking del WHO Global Health Observatory.

Reino Unido, Suecia y Austria son los países que han experimentado una caída mayor de la prevalencia del consumo de tabaco. Es relevante señalar que, tanto en el caso de Suecia como en el de Reino Unido, la reducción ha venido acompañada de un cambio de la condición de fumador a la de consumidor de productos de nicotina sin combustión.

Regulación sanitaria

La lucha contra el tabaquismo está regulada por directivas de la Unión Europea, por lo que las políticas estatales son similares. No obstante, hay diferencias nacionales y ello se puede observar con lo ocurrido en Reino Unido. En este país, autoridades sanitarias, Parlamento y colectivos sociosanitarios han promocionado políticas de lucha contra el tabaquismo que combinan las medidas tradicionales y severas con un enfoque de reducción de daños.

La estrategia de la reducción de daños desarrolla ideas para intentar modificar comportamientos humanos. Nació en los años ochenta, a la vista de la dificultad de estas modificaciones, que llevó al fracaso medidas prohibicionistas de lucha contra el sida o contra el consumo de drogas por vía parenteral.

El vapeo

Reino Unido se ha convertido en el líder europeo en la aplicación de políticas de control del tabaco junto con la estrategia de reducción del daño. Un ejemplo de esta estrategia lo ofrece Public Heath England al afirmar que "vapear implica solo una fracción de los riesgos de fumar y migrar por completo de fumar a vapear conlleva beneficios sustanciales para la salud frente a continuar fumando.

Basado en el conocimiento actual, vapear es un 95% menos perjudicial que fumar". De hecho, el Plan de Control del Tabaco publicado en 2017 plantea que el Gobierno apoye a los consumidores para dejar de fumar considerando el empleo de estas alternativas, aunque siempre evaluando igualmente sus riesgos.

Producto destinado exclusivamente a fumadores adultos.
Producto destinado exclusivamente a fumadores adultos.

A las autoridades sanitarias les preocupa que el vapeo pueda ser una puerta de entrada al consumo de nicotina por parte de personas que antes no fumaban. En España, los datos del Eurobarómetro muestran que la primera experiencia del consumo de nicotina es con cigarrillos para el 91% de los encuestados, con tabaco de liar para el 4% y con pipa o cachimba para el 3%.

Otro dato de la misma encuesta indica que la proporción de fumadores consultados que han probado dispositivos de vapeo es mayor que la proporción de exfumadores que lo han probado.

Productos de Riesgo Reducido Potencial

La iniciativa de reducción de daños en el caso del tabaco se ha materializado desde algunos años en los llamados Productos de Riesgo Reducido Potencial (PRRP). Son productos que no queman tabaco pero que, sin embargo, llevan nicotina para satisfacer a los fumadores que desean abandonar los cigarrillos tradicionales.

La quema de tabaco y la liberación e inhalación del humo es lo que causa las enfermedades y la nicotina por sí misma no es carcinógena, según pone de manifiesto el Foro Global Anual sobre Nicotina (GFN, por sus siglas en inglés), una de las principales conferencias a nivel internacional dedicada al papel de los PRRP y donde se examinan la evolución científica en esta materia y las respuestas regulatorias.

Sede de British American Tobacco, en Londres.
Sede de British American Tobacco, en Londres.

Este año ha celebrado su 7ª edición los pasados días 11 y 12 de junio y, bajo el lema Nicotina: ciencia, ética y derechos humanos, ha reunido por vía telemática, dadas las circunstancias provocadas por la pandemia de Covid-19, a 30 expertos entre académicos, médicos, investigadores y políticos. Sus ingresos provienen de las tarifas al registrarse para participar y esta edición ha sido gratuita.

Lograr una gama cada vez más amplia de PRRP se ha convertido en el gran objetivo de las compañías tabaqueras. Una de ellas, British American Tobacco (BAT), líder mundial del sector en PRRP, lleva invertidos 4.000 millones de dólares (unos 3.558 millones de euros), en el desarrollo, investigación y el lanzamiento de este tipo de productos y pretende lograr que 5.000 millones de libras de sus ingresos (unos 5.500 millones de euros), provenga de los mismos en 2025.

Los PRRP requieren un esfuerzo investigador por parte de los fabricantes y, a tal efecto, BAT ha enfocado su departamento de I+D, impulsado por más de 1.500 científicos en todo el mundo, a la investigación de alternativas con menor riesgo potencial para los fumadores.

La oferta de BAT

En España, BAT es la única tabaquera multicategoría que comercializa, además de tabaco tradicional, los PRRP:

 

Cigarrillos electrónicos o vapeadores, dispositivos alimentados por baterías que calientan formulaciones líquidas (e-líquidos) para crear un vapor para ser inhalado. La mayoría de los e-líquidos contienen agua, propilenglicol y glicerol, saborizantes y, algunos, nicotina. No tienen tabaco ni tampoco necesitan combustión.

 

 

Los THP (por sus siglas en inglés) son dispositivos que calientan el tabaco para generar aerosol con nicotina que el usuario inhala. Debido a que el tabaco se calienta en lugar de quemarse, el aerosol resultante comprende principalmente agua, glicerol, sabores de nicotina y tabaco pero que es completamente diferente al humo del cigarrillo.

Además, en otros países, como parte de la categoría PRRP, se comercializan bolsas de nicotina (con o sin tabaco) que se colocan debajo del labio para que la nicotina pueda ser absorbida por el cuerpo.

 

Los controles

En la reciente GFN, la mayoría de los ponentes han defendido de nuevo la política de reducción de daños. El cofundador y director de la edición, Gerry Stimson, profesor emérito del Imperial College de Londres y exprofesor honorario de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, apuntó en su intervención que "la reducción del daño del tabaco es una buena medida de salud pública. No es antitética para el control del tabaco. Debería ser parte del mismo”.

“La comunidad internacional debe ser más ambiciosa sobre lo que se puede hacer, así como tener una buena dosis de compasión por las personas que viven con las consecuencias de la inacción, de las cuales más de 7 millones morirán este año", añadió.

Por su parte, el profesor David Sweanor, del Centro de Derecho, Políticas y Ética de la Salud de la Universidad de Ottawa (Canadá) se preguntó qué sucedería si las personas tuviesen acceso a una amplia gama de opciones de bajo riesgo a los cigarrillos y si se les empujara hacia las mismas a través de una regulación "inteligente y proporcional al riesgo".

Disclaimer: Las autoridades sanitarias advierten de que el tabaco perjudica seriamente la salud.

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