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La salud corporativa, un reto para la empresa tras la crisis

Los expertos insisten en la necesidad de volver al trabajo presencial de forma escalonada y flexible

Getty Images

Los españoles están saliendo de la cuarentena con peor salud física y mental de la que tenían al empezarla. Al menos, esto es lo que dicen los estudios llevados a cabo hasta ahora sobre la cuestión. Uno de los primeros fue puesto en marcha por los profesores del curso superior de Nutrición y Herbodietética de Deusto Salud, que aseguraron hace escasamente un mes que los españoles ganarían entre tres y cinco kilos de peso debido al confinamiento. A pesar de los denodados esfuerzos de muchos por mantener rutinas saludables y practicar algo de ejercicio físico superando las limitaciones de espacio en el hogar, los expertos creen que la ansiedad y la incertidumbre se han impuesto y esto se ha traducido en una ingesta excesiva de alimentos.

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Por su parte, el catedrático de Psicología por la UNED Miguel Ángel Vallejo Pareja empezó a preparar el pasado mes de abril una investigación sobre las consecuencias psicológicas del encierro, en el que participaron más de medio millar de participantes, y el resultado fue que uno de cada tres encuestados afirmaba presentar síntomas de ansiedad generalizada; uno de cada cinco, depresión; un 15%, trastornos del sueño y, finalmente, uno de cada cinco reconocía haber necesitado ayuda profesional para evitar caer en la depresión.

Con un 70% de los españoles residiendo en regiones que han entrado en fase 2 de la desescalada y con el país retomando poco a poco la actividad empresarial, los departamentos de recursos humanos de las empresas son ahora más conscientes que nunca de que tienen una importante misión: recuperar la salud física y mental de sus empleados, deteriorada durante estos meses. “Las empresas saben que deben prestar más atención que nunca a su gente, y hay que decir que la mayoría de ellas lo está haciendo bien. Creo que esta sensibilización ha llegado para quedarse”, afirma Eva Fernández, directora comercial en España de Affor, una compañía que presta servicios de apoyo psicosocial a más de 400 empresas, entre las que se encuentran FCC, Red Eléctrica, Meliá o Mapfre, entre otras.

Para paliar el estrés de la vuelta al trabajo, los expertos subrayan la importancia de mantener unas medidas de higiene máximas que den a la plantilla la seguridad de que los contagios están controlados. En segundo término destacan la importancia de la flexibilidad. “Lo ideal sería que cada trabajador pudiera, dentro de unas posibilidades, elegir cuándo quiere volver a su puesto de manera presencial. No es igual el trabajador que tiene a los niños en casa sin poder ir al colegio que el que no”, explica Elisa Sánchez, psicóloga especialista en ansiedad y estrés del centro Área Humana y perito de la Comunidad de Madrid de prevención de riesgos laborales.

Por ahora, los datos avalan un relativo éxito del teletrabajo. Una encuesta elaborada por la aseguradora Cigna entre más de 10.000 personas y presentada este lunes cifra en un 80% el porcentaje de personas que afirma que su vida laboral ha mejorado trabajando desde casa gracias a la flexibilidad.

Existe, por otra parte, una tercera palabra que cada vez se repite más entre los expertos en recursos humanos: sinceridad. Con la economía detenida durante meses, es razonable pensar que el balance de resultados de muchas compañías no va a ser favorable. Esto puede desatar una ola de de­sinformación sobre si unos departamentos son prescindibles o no, un hecho que los expertos recomiendan cortar de raíz: “Si se me permite decirlo, la rumorología en las empresas es casi otro virus. Para cuidar al empleado y no generarle más estrés, es fundamental que la comunicación de la empresa sea clara, fluida, frecuente y transparente”, explica Fernández.

No acaban ahí las novedades que esperan a los trabajadores para cuidar de su salud tras la crisis sanitaria. Las clases colectivas de disciplinas como pilates, yoga o la meditación, vaticina Sánchez, ganarán cada vez más terreno a otras actividades físicas llevadas a cabo por empresas con muchos empleados, como son los partidos de fútbol o baloncesto, que irán formando poco a poco parte del pasado. “Las empresas están viendo que no se trata de que nuestras actividades complementarias nos vuelvan más competitivos, sino de que nos enseñen a gestionar nuestras emociones, algo que va a ser especialmente importante estos meses”, reflexiona Sánchez.

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