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El precio de la vivienda se mantendrá estable durante 2020 pese al Covid-19

Expertos en tasación prevén incluso leves incrementos durante lo que queda de año

Un edificio en construcción junto a viviendas residenciales en Bilbao.
Un edificio en construcción junto a viviendas residenciales en Bilbao.EFE
Pablo Sempere

Aún es pronto para cuantificar el impacto de la crisis sanitaria y económica del coronavirus en el mercado de la vivienda. A la espera de ver la evolución del sector una vez se alcance y afiance la nueva normalidad, desde la Asociación Española de Análisis del Valor (AEV) destacan que, pese a la crisis del Covid-19, el año 2020 no finalizará con grandes variaciones en la media nacional de precios, "descartando por tanto las caídas bruscas a corto plazo". La AEV ha presentado este viernes el XII Observatorio de la Valoración, elaborado por la responsable del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante, Paloma Taltavull, y un grupo de 22 panelistas, formado por expertos de las sociedades de tasación y otros profesionales del sector

La mayoría de ellos prevé un crecimiento de precios a ritmos bajos (inferiores al 2%) durante el segundo y tercer trimestre de 2020, una leve caída (-0,23%) en el cuarto trimestre y un nuevo repunte a partir del inicio de 2021. Los panelistas que no comparten esta visión estiman, en cambio, que aunque en el 2020 los precios podrían experimentar caídas muy moderadas o incluso una relativa estabilidad, la recuperación será mucho más tardía. Consideran así que durante 2021 seguirán experimentándose ajustes en los precios, por razones macro y microeconómicas tales como la recesión global, la caída del empleo, la paralización del volumen de transacciones y la derivación de los recursos y ayudas públicas a otros sectores más afectados por el confinamiento. En los dos escenarios, no obstante, lo que queda de 2020 estará marcado por la estabilización de precios, y no por el fuerte retroceso que se barajaba al comienzo de la crisis sanitaria.

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Lo que suceda a partir de la nueva normalidad, no obstante, dependerá en gran medida de los efectos permanentes que deje la pandemia. "Parece claro que este año las variaciones en los precios serán, en todo caso, pequeñas. Sin embargo, el comienzo de la posterior remontada está absolutamente ligado a los efectos permanentes de la pandemia sobre los niveles de PIB, empleo y renta familiar, que todavía no se conocen con certeza", explica la secretaria general de la AEV, Paloma Arnaiz.

Alquiler residencial

Según el informe, que analiza los datos de los tres primeros meses del año y realiza una extrapolación hacia el resto del ejercicio, hasta comienzos de abril el alquiler residencial seguía confirmándose como una alternativa de inversión, con unas tasas de capitalización altas, que sin embargo podrían ajustarse a la baja si la pandemia conllevase un debilitamiento definitivo de la demanda. De hecho, la gran mayoría de los panelistas (80%) entienden que es “algo probable” o, incluso, “bastante probable” que en los próximos meses descienda ligeramente el interés de los inversores por el alquiler residencial, dado que el previsible aumento del nivel de paro, la ralentización en la llegada de demanda extranjera, la posible reducción de la movilidad estudiantil y la pérdida de capacidad adquisitiva de la demanda conllevarían un ajuste en las rentas y también en las rentabilidades.

No obstante, el resto de los panelistas consideran muy improbable que el interés inversor descienda: creen que el efecto “precaución” que se va a instalar entre los consumidores en un contexto de recesión económica favorecerá la preferencia por el alquiler frente a la compra, lo que tenderá a reforzar el sector del arrendamiento, considerando, asimismo, que los precios de las rentas se ajustarán de forma mucho más moderada que los de venta.

Otra tendencia que se afianza por el coronavirus, aunque ya venía de antes, es la caída en la construcción de vivienda. El informe constata que, ya a finales de 2019, se dejaba entrever una futura disminución de la producción de inmuebles que nada tendría que ver con la crisis del coronavirus, la cual, sencillamente, vendría ahora a redoblar o intensificar esa tendencia a la baja. En efecto, una amplia mayoría de los encuestados (más del 86%) respalda esta afirmación, y hacen alusión a las dificultades que muchas empresas constructoras habían comenzado a enfrentar ya durante el segundo semestre de 2019.

Además, de nuevo la mayoría de los expertos consultados se muestran de acuerdo con la idea de que el problema fundamental para el despegue de la producción de viviendas residía y residirá en la debilidad de la demanda que, a pesar del proceso de recuperación del sector experimentado en los últimos años, todavía arrastra desequilibrios financieros, laborales y demográficos tales como bajos salarios, por lo general incapaces de pagar los precios a los que la oferta puede promover las viviendas de nueva construcción.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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