Lecciones bursátiles Trump 2.0: el precio de intentar cabalgar la ola de la volatilidad
La inversión en la Bolsa de EE UU ha dejado evidentes beneficios en el largo plazo pero la ganancia se reduce de forma considerable si el inversor vende presa del pánico de forma precipitada


Donald Trump está crispando los nervios y el ánimo de inversores y ciudadanos de todo el planeta. Su declaración de guerra comercial ha precipitado una crisis bursátil insólita, prueba de cómo la sola voluntad del presidente de la mayor economía del mundo puede llegar a poner patas arriba el statu quo de la economía mundial establecido desde hace décadas, sin necesidad de quiebras bancarias ni guerras de verdad. La sangría de ventas ha sido tal que ha llegado a calar en la deuda soberana estadounidense, pilar para la financiación y sostenibilidad del país, ante lo que Trump decidió este miércoles anunciar una tregua de 90 días en la aplicación de sus aranceles, con la excepción de China. La noticia permitió una subida del 9,52% en el S&P, la mayor desde 2008, y del 12,16% en el Nasdaq, la segunda mayor de su historia. Son las alzas que se han perdido quienes decidieron vender con la declaración de guerra comercial el día 2 de abril y que en una inversión a largo plazo, pueden minimizar las ganancias frente a quienes optaron por aguantar la ola bajista.
Trump ya lanzó en la tarde del miércoles, antes del anuncio de su tregua, un aviso del subidón bursátil que podría estar al llegar cuando aseguró en su red social que era “un gran momento para comprar”. El tiempo dirá si hubo información privilegiada o no en la Casa Blanca pero para aquellos inversores que llegaron tarde a esa subida, o directamente se la perdieron, queda el consuelo de las ganancias que deja la Bolsa estadounidense en el largo plazo y la lección reiterada por muchos gestores de que en momentos de gran volatilidad, hay que evitar entrar y salir del mercado. Desde la gestora estadounidense Fidelity recuerdan que estar fuera de la Bolsa en las cinco mejores sesiones, y también en las 30 mejores, reduce de forma muy significativa las ganancias en el largo plazo.
Fidelity parte de la evidencia, aplicable al S&P pero no a todos los índices bursátiles, de que la renta variable es la opción más rentable en el tiempo. El S&P 500 deja una rentabilidad anual en los últimos 20 años del 10,23%; del 13,15% en los últimos 15 años y del 10,98% desde 1970. La rentabilidad total cosechada por quien invirtiera en el S&P 500 a cierre de 1992 se eleva al 2.061%, haciendo balance hasta la sesión de este pasado lunes. Pero si se excluyen las cinco mejores sesiones en ese período de tiempo, la ganancia queda en el 1.265% y se reduce aún más si se estuvo fuera del mercado en las treinta sesiones más alcistas de esos años, quedando solo en el 267% según explican en Fidelity.
La lección también se aplica a otros índices bursátiles. Así, la ganancia acumulada en el Dax desde 1993 asciende al 1.181%, encoje al 682% si se estuvo fuera del índice en las cinco sesiones más alcistas y queda en el 75% si el inversor se perdió las 30 mayores subidas del período. En el caso de Cac francés, la ganancia acumulada para el inversor que perseveró en el tiempo es del 899% y del 522% para el que, presa del miedo o de la prudencia, se perdió las cinco sesiones más alcistas. La rentabilidad total si se excluyen las 30 mejores jornadas queda en el 40%.
La resaca alcista a la tregua arancelaria de Trump ha dejado alzas diarias que van a pasar al listado de mejores sesiones bursátiles de las últimas décadas, aquellas capaces de marcar la diferencia. En el Ibex dejó este jueves la mayor subida desde 2022. Aunque esa euforia sea algo puntual y los expertos aconsejen cautela y adviertan de que no es aún momento de regresar a la Bolsa, a la vista de que EE UU está decidido a aplicar aranceles, en mayor o meno medida, y de que ello repercutirá en el crecimiento y la inflación. De hecho, las pérdidas volvieron a Wall Street solo un día después y la volatilidad promete ser una constante durante el segundo mandato de Donald Trump.
Los gestores sí aconsejan en todo caso aprovechar los repuntes para hacer beneficios con los que ir diversificando la inversión. Precisamente, las abruptas caídas de estos días han estado motivadas por el miedo evidente a una recesión y también por la recogida de ganancias después de un intenso rally en el primer trimestre para la Bolsa europea. En Wall Street, el movimiento a la baja con que había empezado el año no ha hecho sino acelerarse, purgando excesos en un mercado que acumula 15 años consecutivos al alza.
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