El papel clave de las tecnologías digitales en la crisis del Covid-19
Soportar el enorme tráfico que ha exigido la emergencia no hubiera sido posible sin la sólida infraestructura de telecomunicaciones que tiene España
Es innegable el papel imprescindible y crítico que las tecnologías digitales están jugando en la gestión de la grave emergencia a la que nos estamos enfrentando como consecuencia de la enfermedad Covid-19 causada por el coronavirus. Las aplicaciones digitales posibilitan no solo la gestión de la evolución y la coordinación de la lucha contra la pandemia por parte de las autoridades sanitarias, sino también el teletrabajo, la teleenseñanza, el teleocio y la socialización, mientras estamos confinados en nuestros hogares. De esta forma, mientras permanecemos recluidos en nuestras casas, las empresas, organizaciones e instituciones pueden mantener su actividad, los estudiantes pueden seguir sus cursos, podemos ejercer actividades de ocio y podemos seguir manteniendo el contacto y la relación con nuestros colegas, familiares y amigos a través de las redes sociales.
Soportar el enorme tráfico que el uso extensivo de estas aplicaciones a distancia genera no hubiera sido posible sin disponer de una sólida infraestructura de telecomunicaciones en nuestro país. Como se sabe, España es el país con la mayor densidad de fibra óptica de Europa y el tercero del mundo. Si algunos son de la opinión de que la inversión en infraestructuras es excesiva, no hay duda de que en situaciones excepcionales es un valor diferencial disponer de capacidad suficiente. Ello no exime de que en circunstancias normales debamos aprovechar esta capacidad para llenarla de aplicaciones, contenidos y usos que hagan rentable la inversión. De hecho, en estos días la saturación de nuestra infraestructura sanitaria nos ha mostrado dramáticamente la importancia de disponer de capacidad suficiente para hacer frente a crecimientos de demanda imprevistos, pero necesarios, especialmente en las infraestructuras críticas.
Mención aparte merecen los medios de comunicación, la radio y la televisión y de forma especial los medios gratuitos que han sido y son el soporte universal de la información y para muchos el único medio disponible. La radio y la televisión, con su alcance universal, su disponibilidad y su cercanía, están acompañando y aliviando las necesidades de información de toda la población.
Es muy importante que nuestro país disponga de unas redes de radio y TDT con cobertura geográfica completa del país y con una amplia variedad de canales públicos y privados.
En cuanto a la gestión sanitaria de la pandemia, la estrategia seguida por alguno de los países que mejor la han gestionado, como Corea del Sur, Singapur o Taiwán, muestra el papel fundamental de los datos y de los modelos digitales de gestión sanitaria. En efecto, la disponibilidad de gran número de datos geolocalizados y la colaboración de la población para proporcionarlos ha permitido a las autoridades sanitarias un seguimiento preciso de los focos o clústeres de contaminación y su aislamiento rápido. No solo la disponibilidad de muchos datos (big data) y la rapidez para procesarlos con los algoritmos adecuados han sido claves, sino también lo han sido la organización y estrategia digitales que han permitido actuar con agilidad y precisión. En este sentido, la sanidad coreana se ha comportado como una organización transformada digitalmente, es decir, con un modo de actuación basado en las tecnologías digitales. Otros países asiáticos, como Singapur, han demostrado la importancia de disponer de planes de contingencia preparados para hacer frente a grandes crisis imprevistas. La enseñanza que estos países nos ofrecen es la necesidad de que nuestro sistema sanitario evolucione. Es demasiado presencial y poco teledigitalizada. Es necesario facilitar su uso por parte de los nativos analógicos mayores, incluso aprovechando que el confinamiento está suponiendo un ejercicio masivo de entrenamiento en el uso de herramientas digitales para toda la población.
Otra enseñanza de la crisis es la importancia de la ciencia y no de cualquier ciencia, sino como suele decir Mateo Valero, fundador y director del BSC-Centro Nacional de Supercomputación y premio Nacional de Investigación, “la ciencia tiene que ser no solo excelente, sino sobre todo relevante”. En esta línea es sintomático que una de las primeras medidas pospandemia adoptadas por el Gobierno chino ha sido modificar los criterios para valorar a sus científicos a la hora de conceder presupuestos y apoyo a sus investigaciones, sustituyendo el criterio tradicional de publicaciones en revistas científicas de prestigio, por el impacto y beneficio de sus investigaciones para la sociedad.
Llegados a este punto se abre un panorama totalmente nuevo para la organización futura del trabajo, con repercusiones sociales, legales, laborales y de todo tipo. Efectivamente, una consecuencia probable de la implantación masiva del teletrabajo provocada por la crisis sanitaria será su extensión como forma habitual de trabajo. Ello comportará la necesidad de rediseñar la organización del trabajo en las empresas, dando más importancia a los objetivos y a los resultados que a la permanencia horaria. Además, se abrirán nuevas oportunidades a la conciliación familiar, para lo cual será necesaria una redefinición completa de la legislación laboral para adaptarla a la nueva situación.
Entre los aspectos positivos que esta crisis nos deja es la constatación del alto grado de solidaridad y generosidad mostrada por toda la sociedad española y en ese sentido vale la pena resaltar el papel que la industria de las tecnologías digitales ha jugado poniendo inmediatamente a disposición de los ciudadanos aplicaciones gratuitas, mejoras en la capacidad de datos sin coste, acceso gratuito a plataformas sanitarias, etc.
Una iniciativa destacada ha sido la reacción inmediata de nuestra organización coordinando a la industria digital electrónica española para poner a disposición de nuestros hospitales de forma urgente respiradores, elementos imprescindibles para el tratamiento de los enfermos críticos en los hospitales. La eficaz y rápida reacción para multiplicar la capacidad de producción por órdenes de magnitud en solo dos semanas no hubiera sido posible sin disponer de empresas y profesionales con conocimientos técnicos profundos. Ha resultado alentador y emocionante ver la capacidad, generosidad y entrega puestas de manifiesto por nuestra industria y sus profesionales.
Como resumen final queremos resaltar no solo la importancia que las tecnologías digitales y su dominio están demostrando en la gestión de la crisis, sino la necesidad de disponer de industria con tecnologías avanzadas y conocimientos profundos para hacer frente a una emergencia social como la que estamos afrontando y a otras que puedan presentarse en el futuro.
Grupo de Reflexión de Ametic