Las grandes aerolíneas incluyen ya 200.000 despidos en sus planes antivirus
Ryanair avisa del cierre de bases en España, Reino Unido y Alemania ante próximas pérdidas, mientras Thai va camino del concurso
El sector aéreo ha pasado de los temores y llamadas de emergencia, al descalabro. Los despidos previstos superan ya los 200.000 entre las grandes referencias de Europa, Oriente Medio y América a medida que se van conociendo los planes para un reinicio de la actividad bajo mínimos por la amenaza del Covid-19.
La reina europea del low cost, Ryanair, avanzó ayer la posibilidad del cierre de bases en España, Reino Unido y Alemania, junto al conocido plan para desprenderse de 3.000 trabajadores en toda Europa. La irlandesa ha cerrado su ejercicio fiscal 2019-2020 con un alza del 13% en el beneficio neto, hasta los 1.002 millones de euros. Pero ahora espera pérdidas por 200 millones en su primer trimestre, hasta junio, y elude comprometerse con estimaciones para el año.
Los ingresos de Ryanair, de 7.690 millones, suben un 10%, lastrados ya por la paralización de la flota desde mediados de marzo. A lo largo del año ha transportado a 148,6 millones de pasajeros, un 4% más, y para su actual ejercicio rebaja de nuevo sus expectativas a 80 millones, desde los 155 millones de pasajeros iniciales y los 100 millones correspondientes a una estimación intermedia.
Recorte de flota
Lufthansa volará con 100 aparatos menos. Lufthansa prevé que un centenar de los 763 aviones del grupo (106 en alquiler al cierre de 2019) serán prescindibles en la vuelta.
IAG y su accionista Qatar sueltan lastre. Qatar Airways planea prescindir de 50 de sus 245 aeronaves, mientras que IAG negocia diferir la entrega de 68 aparatos entre 2020 y 2023. La compañía también renunciará a 20 aviones en alquiler este mismo año, estando otros 96 aparatos en el aire ante la finalización de sus arrendamientos entre 2021 y 2022.
Easyjet aplaza compras y Norwegian renuncia a flota. Easyjet ha aplazado la entrada de 24 aviones y jugará con el vencimiento de 24 alquileres en los próximos 16 meses. Norwegian, por su parte, dejará en tierra el 95% de sus 168 aparatos (92 alquilados), para volver con 110 no antes de dos años.
La de Ryanair es una buena foto de lo que sucede en el sector. Pese a asegurar que cuenta con un colchón de liquidez suficiente para soportar la crisis, la empresa también impulsará recortes salariales de hasta un 20%. Y está previsto que los ajustes se prolonguen hasta 2025, aunque confía en salir reforzada de esta situación sin precedentes mientras caen otras compañías.
Tijeretazos
El previsible miedo a volar mientras no haya tratamiento y vacuna contra el Covid-19 se traduce en trágicos anuncios. Entre los últimos, Air Canadá prevé despedir entre 19.000 y 23.000 de sus 38.000 efectivos en junio. Emirates baraja un tijeretazo de 30.000 empleados sobre su fuerza laboral de 105.000. Los ajustes en Qatar Airways podrían afectar a 9.000 de sus 46.000 trabajadores, mientras se esperan miles de bajas entre las aerolíneas de Arabia Saudí. Otra grande, la sudamericana Latam, anunció el viernes que prescindirá de 1.400 empleados.
En Europa destaca el plan de 12.000 despidos en British Airways, un 28% de la plantilla. La también británica Virgin Atlantic espera ejecutar 3.000. En la irlandesa Aer Lingus el excedente se cifra ya en un 20%, lo que supondría 900 bajas. Y las escandinavas SAS y Norwegian prescinden de 4.900 y más de 7.000 personas, respectivamente.
El grupo Lufthansa ha expresado, a través de su CEO Carsten Spohr, que unos 10.000, de 138.000 trabajadores, serán prescindibles a la vista de una menor flota y producción. Y aún se desconocen los planes de Air France y KLM, entre otras, o de las españolas Iberia, Vueling y Air Europa una vez que decaigan los ERTE por fuerza mayor.
En Norteamérica, además del macroajuste de Air Canadá, las cuatro grandes estadounidenses (American Airlines, United, Delta y Southwest) han prescindido ya de 100.000 personas entre prejubilaciones y excedencias. Falta ver cuántos volverán con la reactivación de las operaciones.
Junto a lo que llaman ejercicio de adaptación, hay referencias que luchan directamente por sobrevivir. Uno de los exponentes del lujo asiático, la tailandesa Thai Airways, va a acudir esta semana al Tribunal de Quiebras de su país con un plan de reestructuración, una vez descartado el rescate con fondos públicos.
Antes que ella, la segunda aerolínea de Latinoamérica, la colombiana Avianca, se ha acogido al Capítulo 11 en EE UU para tratar de reestructurar su deuda. Y la citada Norwegian, que llegó a revolucionar el negocio del largo radio con vuelos baratos, emprende nueva etapa con solo siete aviones para vuelos domésticos tras capitalizar bonos y deuda comercial. Está claro que casi nada va a ser igual en el sector, enfermo por el temor al Covid-19.