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En colaboración conLa Ley

Los bufetes refuerzan su caja para evitar los despidos

La mayoría de firmas aplaza o congela pagos a socios para ganar liquidez; crece la preocupación por las malas perspectivas económicas

Tras superar con éxito el reto organizativo planteado por la crisis sanitaria del coronavirus (el teletrabajo de todos los equipos), los grandes despachos se preparan para hacer frente al impacto de la profunda depresión económica que provocará el parón de la actividad. Aunque el sector legal, gracias a sus servicios cíclicos (M&A, salidas a Bolsa, etc.) y contracíclicos (reestructuraciones, laboral), sufre en menor medida que otros las recesiones, lo cierto es que en la abogacía aumenta la preocupación y los nervios por lo que se avecina: nadie escapa a una caída del 8% del PIB (según prevé para España el FMI), ni siquiera los bufetes con una práctica más diversificada.

La versión oficial, en todo caso, es hablar de prudencia y de un escenario de incertidumbre. Pero los hechos revelan que el temor va más allá. La mayoría de las grandes firmas ya han adoptado (o estudian) medidas para garantizar su liquidez. Y, según media decena de socios consultados, muchas organizaciones tienen en la recámara ERE o ERTE si la situación empeora. Los ajustes laborales, en todo caso, son la última opción: el capital de los bufetes es, precisamente, sus abogados.

Alimenta la tensión el descenso del trabajo que empieza a sentirse en algunas áreas. No en laboral; tampoco en concursal o reestructuraciones. Pero en muchos otros departamentos existen abogados "mano sobre mano", según diversas fuentes, fruto de que muchos clientes han frenado operaciones, suspendido igualas y están minimizando sus consultas.

Garrigues, Cuatrecasas y Uría

"Los clientes tardarán más en pagar, pero nosotros no podemos retrasar el pago mensual de nóminas y arrendamientos". Así explica el socio director de un bufete los movimientos de un gran número de firmas para garantizar su liquidez. El esfuerzo, eso sí, ha empezado por los socios, que han aplazado o suspendido la distribución de bonus y beneficios, o reducido su retribución. O, como en el caso de Cuatrecasas, solicitando al partnership una aportación de 20 millones de euros al fondo de financiación de la firma, según informó La Vanguardia y confirma el despacho; un préstamo subordinado por la que cada socio percibirá intereses. Según Jorge Badía, su consejero delegado, así "compramos la tranquilidad de saber que no tendremos que recurrir al crédito bancario".

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Desde Uría Menéndez también subrayan la fortaleza de las cuentas de la firma, aunque avanzan medidas de precaución: "El despacho no tiene deuda y dispone de una sólida posición de tesorería. No obstante, se reducirán preventivamente las distribuciones a los socios para reforzar la liquidez". Garrigues, por su parte, descarta tomar "decisiones urgentes", pero apunta por dónde pueden ir sus movimientos. "Cuando lleguen las fechas previstas anualmente en nuestras normas internas evaluaremos el importe de financiación que solicita el despacho a sus socios. Y el resultado del ejercicio determinará la retribución variable de nuestros profesionales y la remuneración final de los socios".

En esta línea, en Gómez-Acebo & Pombo y Ecija relatan que siguen de cerca los acontecimientos, pero, de momento, no han activado ajustes. Alejandro Touriño, socio director de Ecija, asevera que están "muy pegados a la actualidad y los números para adoptar las medidas que pudiesen proceder". Roca Junyent tampoco ha movido ficha, pero el bufete se mantiene "en situación de vigilancia".

CMS Albiñana & Suárez de Lezo informa de que sus socios han acordado suspender la distribución del beneficio en el presente ejercicio, sin descartar opciones adicionales. Ramón y Cajal Abogados, por su parte, ha puesto en marcha "una estricta política de contención del gasto y una mayor variabilidad de las retribuciones para evitar, en todo lo posible, la adopción de medidas con un impacto negativo en la plantilla como pueda ser un ERTE". Un camino que CCS y Pons IP, más afectadas por el parón de la justicia y la tramitación administrativa, no han podido evitar.

El presidente de Auren, Mario Alonso, relata que han solicitado financiación adicional externa, "no para endeudarnos, sino para tener pólizas abiertas por si fuera necesario". Además, han impulsado otras acciones, como reducir gastos no esenciales o renegociar alquileres, una opción que otras firmas también han activado.

'Magic Circle' y bufetes ingleses

En los últimos días, han sido muchas las firmas internacionales que han comunicado sus medidas de ajuste o refuerzo ante la crisis. Entre otras razones, explica esta circunstancia el hecho de que el cierre del año fiscal británico es el 30 de abril. Del Magic Circle londinense, Allen & Overy fue la primera en anunciar medidas que podían conllevar la retención de parte de la retribución de los socios, la congelación de sueldos de abogados y staff. Linklaters, en la misma dirección, no distribuirá beneficios entre sus socios en junio y diferirá la entrega de los bonus. Además, retrasa seis meses el proceso de revisión salarial. Ambas paralizan las contrataciones.

Tampoco distribuirá los beneficios del primer trimestre a sus socios Freshfields Bruckhaus Deringer, según informa el digital legal Law.com. Una decisión a la que hay que añadir la congelación salarial de sus abogados y una ralentización de las contrataciones. De los despachos del Magic Circle con presencia en España, Clifford Chance es el único que aún no ha comunicado medidas.

Otros bufetes británicos que han limitado o retrasado la retribución de los socios o la distribución de beneficios son Fieldfisher Jausas, Eversheds Sutherland y Osborne Clarke. Pinsent Masons y Bird & Bird, por su parte, monitorizan la situación para poder reaccionar si fuera necesario.

Después de hacerse público el despido de 15 de sus profesionales, DWF-RCD desliga esta decisión de la situación económica y lo atribuye a cuestiones de encaje y de­sem­peño. "Operamos con normalidad; no prevemos medidas específicas", asevera.

El último despacho inglés en moverse ha sido Ashurst. El jueves, la firma anunció una reducción del 20% en la retribución de los socios durante los próximos seis meses, el diferimiento de bonus y el retraso de la revisión salarial.

Despachos internacionales

De entre el resto de firmas internacionales, destaca el anuncio de Baker McKenzie de recortar un 15% la retribución de los profesionales de sus oficinas en Estados Unidos que ganen más de 100.000 dólares. Desde sus oficinas en España, no obstante, apuntan que en las mismas no existen planes con medidas inmediatas de contención de costes, aunque siguen de cerca la situación.

Asimismo, Dentons comunica que, en su objetivo de proteger los puestos de trabajo, los socios de la Europa continental han renunciado a entre el 15% y el 20% de sus ingresos mensuales. En concreto, en Madrid y Barcelona se han adoptado "medidas para gestionar salidas de ahorro de caja a corto plazo en relación con aumentos de sueldo y pago de bonus, aunque la intención es volver a la normalidad lo antes posible".

La oficina en Madrid de Hogan Lovells informa de que ha iniciado una política de control absoluto de gastos: "Únicamente se contrata y paga lo que es absolutamente imprescindible". A nivel mundial, el bufete ha acordado posponer el abono de la distribución de beneficios, estableciendo un pago fraccionado. La prensa anglosajona relata que Herbert Smith Freehills también ha reducido el reparto de beneficios entre socios y congelado salarios. Y Ejaso ETL Global comunica que están posponiendo el cobro de dividendos y reduciendo la retribución de los miembros del partnership.

Quienes aún no han adoptado medidas, aunque todas analizan de cerca la evolución de la crisis, son las áreas legales big four. Así lo manifiestan desde KPMG Abogados. También Luis Fernando Guerra, socio director de Deloitte Legal, y Joaquín Latorre, socio responsable de PwC Tax and Legal Services. En la misma línea, en EY Abogados se mantienen alerta, pero afirman que es "pronto" para decisiones así.

Claves para entender la reacción de los despachos

Reacios a la deuda bancaria. “A los despachos no nos suele gustar endeudarnos con los bancos”, reflexiona el socio director de una firma. ¿Por qué? Existe, explica, una aversión casi intrínseca a la profesión, pero, además, es que los despachos carecen de activos que respalden unos hipotéticos préstamos. Y también, continúa, existen experiencias de bufetes devorados por su endeudamiento. Ello provoca que, aunque la práctica totalidad de ellos cuenten con líneas de crédito abiertas, su primera opción sea la autofinanciación.

El error: romper la cadena de talento. Miguel Ángel Pérez de la Manga, socio de la consultora Pérez+Partners, aconseja que los despidos sean siempre la última opción. “La inversión que hacen las firmas en el talento es muy alta y el coste de sustituirlo es muy elevado también”. Además, Pérez de la Manga advierte de que experiencias pasadas ponen de manifiesto que el parón en las contrataciones puede suponer importantes problemas en el futuro, porque los despachos pueden encontrarse con varias generaciones “cojas” dentro de su estructura.

Liderazgo. Ante la previsión de que las firmas van a experimentar momentos difíciles, con importantes medidas de ajuste, el consultor experto en dirección de organizaciones y recursos humanos Juan San Andrés resalta la importancia del liderazgo. “Es vital que los líderes de las firmas expliquen bien sus decisiones y den seguridad a los profesionales. Eso permitirá mantener la moral de los equipos, y eso se consigue cuando la gente comprende el porqué de las cosas”, manifiesta. En caso contrario, concluye, puede aparecer el desánimo y el desapego con la organización.

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