Las recetas del Fondo contra la crisis
El FMI destaca los estímulos fiscales de múltiples países, entre ellos España, y resalta que la cooperación multilateral acelerará la salida de la crisis
Las políticas públicas activas, a través de estímulos fiscales decididos para los actores económicos, y la cooperación multilateral son las recetas que permitirán salir a la economía global de la crisis del coronavirus, según el Fondo Monetario Internacional. En su último informe, Perspectiva económica mundial. El Gran Confinamiento, la entidad que preside Kristalina Georgieva señala que los esfuerzos de gobiernos y entidades como los bancos centrales van por el buen camino gracias a las políticas fiscales expansivas, que acelerarán la fase de recuperación después de los confinamientos. No obstante, el FMI demanda mayor cooperación internacional para que ningún país se quede atrás y el reflote sea más rápido.
El FMI enumera una serie de recetas de aplicación inmediata, algunas ya en marcha, para evitar en lo posible el contagio de la crisis sanitaria a la actividad económica:
Medidas fiscales específicas
El organismo destaca que con ellas se logran dos grandes objetivos: amortiguar "el impacto en los hogares y negocios más expuestos", y preservar las relaciones económicas (en particular reduciendo cierres de empresas) para la postcrisis. Sobre estas políticas específicas el FMI incide en que deben ser “grandes, oportunas y temporales y con objetivos” y destaca, entre otros países, la respuesta española, que describe como "rápida y considerable".
Al mismo tiempo, el informe destaca que "si el golpe se prolonga más de lo esperado, se debe ampliar la duración de los beneficios acompañado con un mayor gasto en políticas activas del mercado laboral”. Ante el previsible aumento del paro, el FMI sugiere considerar subsidios a la contratación. Desde el punto de vista de las empresas, el organismo pide ahondar en la reducción de impuestos y subsidios salariales.
Provisión de liquidez y garantías de crédito
La segunda gran receta de la organización que preside Georgieva también ha sido implementada en gran medida por bancos centrales de todo el mundo. "Los bancos centrales deben dotar de liquidez a entidades financieras y no financieras, sobre todo a las que prestan a negocios pequeños y medianos", destaca el informe. El FMI reconoce los esfuerzos de liquidez de distintos supervisores, entre ellos el BCE. Además, recomienda a los gobiernos ofrecer garantías de crédito y préstamos directos para apuntalar "la liquidez a corto plazo" de los negocios".
Reestructuración de préstamos
Los supervisores también podrían alentar a los bancos a renegociar las condiciones de los préstamos para aquellos prestatarios con dificultades "sin modificar la clasificación de los préstamos ni las normas de aprovisionamiento".
El FMI añade que los bancos deben absorber el coste de reestructurar los préstamos recurriendo a su capital de colchón, o liberando capital anticíclico.
Estímulos más amplios
El informe defiende los programas de compras de activos que se han llevado a cabo en diferentes economías en las últimas semanas y considera que permitirán a países emergentes y en desarrollo ganar flexibilidad para adaptar las políticas monetarias a su mercado doméstico. Sobre las líneas de canje de divisas activadas por los bancos centrales, el FMI defiende que "mejorarán el acceso a la liquidez internacional". Sin embargo, el organismo piensa que la efectividad sobre el gasto de este grupo de medidas será más tenue que en otras crisis "mientras duren las restricciones de movilidad".
Multilateralismo
No obstante, el FMI hace hincapié en que las medidas, sin una coordinación internacional, perderán parte de su efectividad. Al contrario, la respuesta coordinada entre países "magnificará el impacto de las acciones de cada país".
En este sentido, y tras los desencuentros entre los estados miembros de la Unión Europea para alcanzar soluciones coordinadas las pasadas semanas, el FMI subraya, sin citar países o bloques, que "hasta que exista una vacuna o terapia viable y esta se universalice, ningún país escapa de la pandemia. Por este motivo, el FMI demanda que se levanten las restricciones al comercio y se ayude a financiar a aquellos países con menos recursos económicos, ya sea con material médico o con préstamos de emergencia con tipo de interés cero".
Políticas para la fase de recuperación
La fase de recuperación, que el FMI proyecta que llegaría a España en 2021, precisará un cambio de enfoque que pasa por desescalar "las medidas especiales desplegadas" durante el confinamiento en múltiples países. En este sentido, el organismo indica que habrá que prestar mucha atención a que "los excesos de deuda [de la primera fase] no pesen sobre la actividad". "Esto requerirá esfuerzos a nivel nacional y la continua y fuerte cooperación multilateral", asevera.
El organismo da por descontada una desconfianza entre la población cuando se levanten las restricciones de movimiento, con el riesgo probable de que se traslade a las empresas: “La incertidumbre sobre el contagio podría conducir a un persistente distanciamiento social voluntario y la tenue demanda de servicios por parte de los consumidores. Las empresas podrían empezar a contratar trabajadores despacio y a mejorar las nóminas lentamente porque siguen sin estar seguros de la evolución de la demanda”.
Las subvenciones a la contratación, según el FMI, serían un componente importante de la estrategia fiscal para fomentar que las empresas contraten trabajadores. También los programas de recapacitación de trabajadores y políticas activas de mercado laboral, puesto que "facilitarían la adecuación de los desempleados a las vacantes".
Eso sí, los técnicos del Fondo piden no dar pasos en falso: el levantamiento de las medidas extraordinarias de la primera fase solo deberá ocurrir cuando haya garantías de que la recuperación sea "firme". Entonces, precisa el FMI, "los recursos podrán reenfocarse al aumento de la demanda: reducir las garantías de crédito, revertir los subsidios a empleados y relajar las participaciones en el capital de las compañías".
Más gasto público en recursos sanitarios
El Fondo subraya que los países no deben escatimar en gasto público: "Se deben poner a disposición recursos para los sistemas de atención sanitaria. Esto significa ampliar el gasto público en pruebas adicionales, volver a contratar profesionales jubilados, comprar equipos de protección y respiradores, así como ampliar salas de aislamiento en hospitales".
Asimismo, reclama a los Gobiernos que dejen a un lado "restricciones al comercio de productos médicos y sanitarios". También solicita ayuda internacional para prestar apoyo a los países con una atención sanitaria "limitada".