Las divisiones de la UE se arriesgan a elevar la factura de la crisis
Si la zona euro no muestra una mayor solidaridad, los costes económicos y políticos pueden ser enormes
La Unión Europea está en peligro de convertir una crisis de salud en un desastre económico prolongado. El jueves, los líderes de la UE no llegaron a un acuerdo sobre una respuesta fiscal conjunta a la pandemia de Covid-19 que asola el continente. A pesar del audaz apoyo del Banco Central Europeo, la inacción de los Gobiernos europeos dificultará que Italia y otras naciones endeudadas de la zona euro aumenten el gasto para apoyar a sus afectadas economías.
La nueva crisis del coronavirus ha reabierto las antiguas divisiones de la zona euro. Los líderes de nueve naciones, incluidas Italia, Francia y España, han pedido un instrumento de deuda conjunta para ayudar a enfrentar una crisis que los economistas de Goldman Sachs estiman que puede reducir la economía de la zona euro en un 9% este año.
Juntos, representan casi el 60% del producto interno bruto del bloque de la moneda única. Pero otros como Alemania y Países Bajos se oponen a la idea. Preferirían que los países con dificultades solicitaran individualmente las líneas de crédito de emergencia ofrecidas (con condiciones) por los fondos de rescate existentes.
Los opositores a la intervención fiscal conjunta de la Unión Europea señalan que Christine Lagarde ya ha impulsado su programa de compra de bonos hasta 1,1 billones de euros, y que podría incrementarlo. Eso debería hacer que sea más factible para las naciones sostener un mayor endeudamiento.
Pero están apareciendo algunas grietas. Grecia descartó el viernes planes para emitir bonos a finales de este año debido al coronavirus. El diferencial entre la deuda pública a 10 años de Italia y su equivalente alemán, que se redujo tras la intervención del BCE, se amplió el viernes, después de la cumbre no concluyente de la UE.
Los países europeos necesitan la confianza para impulsar el gasto en el sistema de salud y pagar el apoyo a los trabajadores y las empresas. Como argumenta el ex presidente del BCE Mario Draghi, no debería haber restricciones para actuar rápidamente a fin de abrir los monederos públicos.
Sin embargo, el riesgo es que Italia, con una deuda pública del 135% del PIB, se sienta perjudicada. Hasta ahora, Roma solo ha aprobado 25.000 millones de euros de gastos adicionales para su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial. Eso es el 1,4% de la producción económica anual de Italia. Por el contrario, Alemania puede pedir prestado el 10%.
Si la zona euro no muestra una mayor solidaridad, algunos Estados miembros pueden quedar incapacitados para prevenir una depresión. Los costes económicos y políticos de ese fracaso serán enormes.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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