Madrid apuesta por el turismo cinematográfico
La capital batió en 2019 su propio récord de peticiones de rodaje
Silencio, se rueda. Esto es lo que las entidades encargadas de fomentar el turismo en Madrid, con el Ayuntamiento a la cabeza, anhelan que se escuche mucho más en la ciudad para promocionar su imagen en el mundo y subirse al tren del turismo cinematográfico. El fenómeno, subrayado por la explosión de las series, movió 80 millones de turistas en 2018, según TCI Research, y proporciona a las ciudades clientes cuyo primer interés es visitar los lugares donde se han rodado sus ficciones favoritas. “Hay un camino por recorrer, pero tenemos claro que el cine y las series son cada vez más importantes para las ciudades a la hora de postularse como destinos turísticos”, explica Almudena Maíllo, titular del área de Turismo en el Ayuntamiento de Madrid.
Los números refuerzan la idea de que el turismo cinematográfico es una apuesta de la ciudad. Al cierre de 2019, se tramitaron 11.760 solicitudes de espacios de rodaje, récord histórico de la ciudad, según datos del Ayuntamiento. La cifra es comparable, por ejemplo, con su rival, Barcelona, que en 2018, última referencia disponible, recibió 8.354 solicitudes de este tipo. De las recibidas en la capital, solo 4.438, el 38%, correspondientes a 944 proyectos diferentes, pagaron tasas, lo que supuso un ingreso de más de medio millón de euros, que fueron a parar a las arcas de municipales. La recaudación anda lejos aún de los casi cinco millones, según la consultora Olsberg and Spi, que supuso en 2014 para Reino Unido la localidad de Alnwick, donde está ubicado el castillo que sirve de escenario a Hogwarts, la escuela de magia de la saga Harry Potter. El informe analizó además el impacto en la economía británica de otros siete lugares cinematográficos, entre los que se encontraban localidades como Holkham (escenario de Shakespeare in love), Bampton (Downtown Abbey), Lyme Park (Orgullo y prejuicio) o Puzzlewood (Doctor Who). El resultado, un ingreso de entre 115 y 160 millones de euros en el citado ejercicio, alertó a otras capitales europeas, como Budapest, Barcelona o Madrid. Había que participar de esa tarta.
Sin embargo, los avances en la concesión de permisos así como en los tramites burocráticos, para los profesionales de las producciones audiovisuales, están llegando algo lentos en Madrid. “Es una ciudad que todavía no está del todo preparada para grandes rodajes”, opina Néstor Calvo, director de fotografía de las series La valla y Estoy vivo. Calvo ha rodado en lugares tan dispares como EE UU, Rusia, Islandia o el Líbano, y tiene, por tanto, dónde comparar: “En un lugar con tanta gente como Nueva York, un permiso de rodaje es cuestión de un par de días, mientras que en Madrid aún tarda un par de semanas o tres. Necesitamos que todo sea más ágil”.
La posibilidad de acceder a todo tipo de ambientes es, a ojos de los profesionales, una de las principales ventajas de Madrid. Esta capacidad camaleónica de la ciudad convenció a Josep Amorós, director de producción de la película Todo por el juego, de que este era el lugar para su ficción. En las calles madrileñas encontró rastro de lugares de Argentina, Brasil e incluso de Barcelona. “La burocracia en Madrid ha mejorado muchísimo en los últimos años a la hora de rodar”, destaca. En su caso, procura estar en contacto con la Madrid Film Office, un órgano dependiente del área de Cultura cuya principal misión es promocionar la ciudad como escenario de rodajes y, sobre todo, llenarla de turistas.
Para ello, a través de distintos folletos, desde hace un año proponen a los visitantes distintas rutas cinematográficas, desde El Madrid de Pedro Almodóvar, para los seguidores del director manchego, hasta la última tendencia, Madrid, capital de las series, que detalla el recorrido de escenarios que aparecen en Gigantes, Las chicas del cable, Vergüenza, El Ministerio del Tiempo o Paquita Salas. De hecho, cada comunidad autónoma tiene su propia oficina, todas bajo el auspicio de la Spain Film Office, dirigida por Carlos Rosado, que destaca el buen momento que vive el país en relación a los rodajes, además del impacto que supuso que algunas escenas de Juegos de Tronos se rodaran en España. “Tenemos unas condiciones buenísimas para atraer rodajes”. Todo para captar la atención del turista y acabar con la hegemonía anglosajona.