Los milenials y el futuro de las finanzas
Es una generación con menos renta, gran aversión al riesgo y deseo de tener control sobre sus decisiones financieras
La transformación del sector financiero mediante la introducción de las tecnologías digitales debe tener en cuenta a la “generación Y” o milenials. Se denomina así a los nacidos entre 1980 y 1994-00, cuya consciencia vital tuvo lugar alrededor del cambio de siglo. Esta generación sigue a la “generación X” (nacidos entre 1965 y 1979) y a los “baby boomers” (nacidos entre 1944 y 1964). La generación más joven es la Z (entre 1994 y 2019).
Los milenials tienen entre 25 y 40 años y se encuentran en una etapa vital en la que se están estableciendo laboralmente o formando familias y pueden estar acumulando ahorro. Los milenals, junto con la población de la generación Z que está en edad laboral (más de 15 años), suponen alrededor del 30% de la población, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Numerosos estudios analizan continuamente a la población milenial (y a la posterior), desde la optica sociológica y también económica. Por ejemplo, el Foro Económico Mundial lleva varias convocatorias hablando de lo que opinan los milenials respecto a diferentes cuestiones. La Reserva Federal norteamericana y bancos de la Reserva Federal (como el de San Louis, San Francisco o Atlanta) han dedicado estudios a los milenials. Las principales consultoras, Delloite, PWC o KPMG, o institutos de análisis, como Brookings o Pew, vienen tambien realizando surveys sobre esta generación.
Nunca antes se ha estudiado a una nueva generación con tanta profundidad y la razón estriba en que implica una ruptura profunda respecto a las anteriores. En primer lugar, es una generación completamente digital y ello conlleva su conexión social a traves de redes. En segundo lugar, es una generación con menor capacidad financiera que las precedentes no sólo en el presente sino, previsiblemente, en su jubilación. Estas dos características suponen un reto para la sociedad, especialmente para aquellos que tienen responsabilidades en el diseño de las políticas que contribuyen a configurar las condiciones economicas del futuro.
La nueva generación es diferente, pero esa diferencia no es transitoria. No se trata simplemente de un cambio generacional, sino de un cambio permanente en las condiciones económicas y en los medios tecnológicos. Las generaciones anteriores tendrán que adaptarse a las circunstancias en las que los milenials son nativos.
Cuando se piensa en el futuro de las finanzas, no sólo hay que considerar los factores macroeconómicos o la competencia de las empresas fintech, hay que tener en cuenta las preferencias de la población y, en el caso de la generación milenial, nos encontramos con cambios importantes.
Su rasgo más distintivo viene por la tecnología y la comunicación. Alrededor del 80% de los milenials tienen smartphone, un 90% de los que tienen smartphone lo miran en los 15 primeros minutos al despertarse y la actividad más común con el mismo es consultar redes sociales.
Su vinculación con el móvil hace lógico que cerca del 70% de sus transacciones bancarias las realicen a través del mismo. La generación milenial es la que hace un menor uso del efectivo como medio de pago. Como consecuencia, los bancos y empresas fintech estan desarrollando aplicaciones que permiten pagos en débito en cuenta de forma inmediata.
El segundo de los rasgos de los milenials tiene que ver con su capacidad financiera. Un estudio de la Reserva Federal, publicado a finales de 2018, señala que los milenials tienen alrededor de un 14% menos de renta y un 20% menos riqueza neta. que los baby boomers a la misma edad. Además, en 2016 la riqueza esperada por el grupo de personas con 32 años era un 41% inferior a la renta esperada por la gente de 32 años en 1989.
Quizá porque sus posibilidades financieras son menores, los milenials prefieren disfrutar de experiencias que acumular activos. También puede deberse a ello que una gran mayoría señale que sus decisiones de inversión deben servir para expresar sus valores sociales, políticos y medioambientales. Según el último survey (2019) de Deloitte sobre los milenials, la principal preocupación fue el cambio climático, señalada por un 29% de los respondentes, seguida por la desigualdad de las rentas (el 22% de las respuestas).
Por otro lado, es importante resaltar que esta generación vivió tempranamente la recesión de 2007-8, y ello ha influido en sus preferencias de inversión, especialmente en su aversión al riesgo. Un estudio de U. Malmendier y S. Ulrike, de 2011, demostró que la experiencia de malos resultados en rendimientos bursátiles reduce el apetito por el riesgo y que, aunque la experiencia reciente es la que más influye, también es significativa la influencia de vivencias tempranas durante varias décadas posteriores. Con la misma metodología, el Banco Central europeo repitió el estudio en 2014, con datos referidos a la población europea, y los resultados se mantienen.
Como resultado, el apetito por el riesgo de la generación milenial no es el que cabría esperar desde el punto de vista del ciclo vital de la renta, según el cual la población jóven está más dispuesta a tomar riesgo y según se aproxima a la jubilación prefiere inversiones más seguras. La población milenial muestra una aversión al riesgo mucho más elevada que la de otras generaciones anteriores a la misma edad.
También quizá como consecuencia de la vivencia de la gran recesión, los milenials desconfian de las instituciones. Y ello contribuye a explicar que ellos señalen que desean tener el control de sus decisiones financieras, aunque muchos declaran su inseguridad en manejar las finanzas familiares.
En conjunto, tenemos a una población con menos renta actual y esperada, con gran aversión al riesgo, y con deseo de tener control sobre sus decisiones financieras y dirigirlas a sectores en línea con sus valores. Estos son los rasgos del consumidor milenial al que el sector financiero y las fintech deben dar servicio.
Nieves Garcia Santos es Economista y exdirectora de inversores de la CNMV