Bankinter apunta a los escándalos en el sector financiero como un riesgo reputacional
El banco tiene provisionados cerca de 240 millones por las hipotecas multidivisa
Bankinter ha señalado como riesgo reputacional a los escándalos en el sector financiero propios y los ajenos al grupo por actuaciones indebidas de entidades concretas o individuos, ya que podrían fomentar la generalización de una mala imagen o posicionamiento negativo en la mente de los clientes.
"Actualmente, debido a los diversos acontecimientos acaecidos en el sector bancario español en los últimos años, tales como los litigios derivados de los préstamos multidivisa o las cláusulas suelo, este riesgo es particularmente relevante para las entidades financieras de tamaño y número de clientes como Bankinter ya que, debido a la naturaleza del negocio bancario, resulta imprescindible mantener la confianza de los clientes, inversores, acreedores y del mercado en general", señala el banco en su folleto continuado remitido este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Bankinter tenía a 30 de septiembre provisiones de unos 240 millones de euros con las que podrá hacer frente a eventuales responsabilidades por las hipotecas multidivisa.
"Aunque el Grupo Bankinter intenta llevar a cabo una política de selección de personal basada en la honestidad y capacidad de estos, es inevitable que el Grupo esté afectado por un riesgo reputacional consistente en la eventual actuación indebida de estos", admite.
El banco presidido por Pedro Guerrero cree que además de los riesgos propios hay factores externos que también podrían derivar en una pérdida de confianza vinculada a la caída de la credibilidad en el sector y, por consiguiente, el crecimiento de nuevos actores no tradicionales en el mercado de préstamos, según consta en el folleto.
Aunque no hace referencia a ningún caso en concreto, BBVA está investigado en la novena pieza separada de la macrocausa Tándem por los contratos que durante 13 años y por importe superior a los 10 millones de euros habría suscrito con las empresas del excomisario encarcelado José Manuel Villarejo para tareas diversas.
A su vez, a finales del pasado mes de diciembre, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, abrió a instancias de la Fiscalía Anticorrupción una nueva línea de investigación secreta sobre el 'caso Villarejo' que indaga sobre los servicios que las empresas del excomisario pudieron haber prestado a Repsol y CaixaBank en un encargo que le habrían realizado de forma conjunta.
Del mismo modo, el Juzgado de lo Penal número 27 de Madrid condenó hace apenas unos días al expresidente de Bankinter Jaime Botín a 18 meses de cárcel y multa de 52,4 millones de euros por un delito de contrabando de bienes culturales por querer sacar en barco el cuadro de Picasso 'Cabeza de mujer joven' e intentar venderlo.
Botín tiene una participación del 22,88% en el capital de Bankinter a través de la sociedad Cartival, si bien no cuenta con ningún puesto ejecutivo ni con ningún rol activo en el banco.
Además de la exposición a estos pleitos, el sector se mantiene a la espera de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se posicione sobre la transparencia o abusividad del Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH). Bankinter, en cambio, es la única entidad que puede confirmar no haber comercializado hipotecas referenciadas a este índice.
Nuevos competidores
En un apartado del documento dedicado al riesgo de competencia, Bankinter cita expresamente a Amazon, Google, Facebook y Apple como competidores no tradicionales al haber comenzado a ofrecer servicios bancarios principalmente relacionados con los pagos o los créditos.
En este sentido, la entidad ha criticado que actualmente existe una desigualdad de condiciones entre bancos y operadores no bancarios.
"Los grupos bancarios están sujetos a regulaciones prudenciales que tienen implicaciones para la mayoría de sus negocios, incluyendo en los que compiten con los operadores no bancarios, que sólo están sujetos a regulaciones específicas de la actividad o que se benefician de la incertidumbre regulatoria", ha subrayado.
También ha juzgado el hecho de que los operadores digitales, sujetos a menores o ningunos requisitos regulatorios, tienen estructuras de costes más ágiles, que en ocasiones les otorga una mayor fortaleza financiera y que irrumpen en el sector principalmente a través de la disociación facultada por la normativa de pagos PSD2.
"En síntesis, los principales impactos o factores de riesgo son susceptibles de expresarse como una asimetría de costes y operativa", ha remarcado Bankinter, indicando que esta situación está obligando a la banca a replantear sus objetivos de negocio y esquemas para mantener su competitividad.
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