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Petróleo por las nubes... aunque solo por unos días

La sensibilidad del crudo a los conflictos bélicos, como el de Irán y EE UU estos días, ha decaído en los últimos años. Una caída importante del suministro, clave para el alza de precios, está descartada

Brent
Belén Trincado / Cinco Días

Año nuevo para problemas viejos. El pasado 3 de enero, Estados Unidos asesinaba al general iraní Qsem Soleimani, lo que provocaba una brusca subida del precio del petróleo que pasaba a superar los 70 dólares por barril. Los mercados, tan habituados a la sobrerreacción, se vieron invadidos por el miedo, aunque a lo largo de esta semana los precios se han ido moderando y vuelven a niveles de 65 dólares, previos al estallido de la crisis geopolítica. Y eso, que Irán respondía el pasado miércoles con un ataque a bases militares de Estados Unidos en Irak con el lanzamiento de más de 20 misiles.

Esta tensión, que amenaza con ser antesala de un conflicto abierto en la principal zona del mundo en la producción de petróleo, es un paso más en un proceso que se inició a mediados de 2019. En septiembre se produjo un ataque a la refinería más importante de Arabia Saudí, también fueron objetivos militares busques petroleros en el Golfo de Omán y a finales de junio Irán derribaba un dron estadounidense.

En estos graves episodios, como en el que ha estrenado el año, el precio del petróleo reaccionó al alza solo unas pocas sesiones. Como indica el experto Juan Ignacio Crespo “parece claro que la sensibilidad del precio del petróleo a los acontecimientos en el Golfo Pérsico u otros lugares del globo donde se produce petróleo ya no es ni de lejos la de antes”. Y pone como ejemplo tiempos cercanos donde una situación conflictiva provocaba fuertes alzas del crudo. Así, en 2011, con motivo de la llamada primavera árabe, y ante una caída de la producción en Libia por causa de la revuelta desatada allí, el precio del Brent subió desde los 90 a los 126 dólares por barril.

Los analistas apuntan a que Estados Unidos se está volviendo menos sensible a las interrupciones del petróleo y los picos de precios, ya que el país se convirtió en un exportador neto en septiembre por primera vez en la historia moderna. Además, el ataque a la gran refinería de Arabia Saudí en el pasado septiembre mostró que “el mercado del crudo tiene una gran flexibilidad de suministro a partir de los 70 dólares por barril, sugiriendo solo un alza moderada desde estos niveles en caso de un ataque a los activos petroleros”, explican en el banco estadounidense Goldman Sachs.

EE UU e Irán han renunciado a una escalada bélica de negativos efectos para ambos

La entidad tampoco da muestras de especial preocupación ya que tras los ataques a bases militares en Irak mantenía su previsión de precio de 63 dólares el barril para los próximos tres meses. La razón de esta momentánea tranquilidad no es otra que el nulo efecto en el suministro del crudo mundial. Además, desde este banco apuntan a que ya el petróleo cotizaba con una prima elevada ante el optimismo de final del pasado año sobre una mejoría global de las economías. Un optimismo que Goldman Sachs considera algo exagerado. La subida del viernes 3 de enero “puede interpretarse como que el mercado valora de forma inmediata y preventiva una interrupción en la producción de 800.000 barriles diarios durante tres meses o una probabilidad del 30% de una interrupción mucho mayor de 2,7 millones de barriles”, añade.

Además, el petróleo encara esta crisis desde niveles elevados, con una subida de su precio del 23% en los últimos doce meses, lo que refuerza la idea de no esperar alzas mucho más significativas. En cinco años acumula una subida del 31,7%, aunque curiosamente ha bajado un 15% si calculamos un periodo de 10 años.

En el suministro puede estar la clave de una mayor escalada en el precio del crudo, como sucedería ante el cierre del estrecho de Ormuz, por el que transita más del 20% del suministro mundial. Entonces sí se podría esperar una significativa alza de los precios de la principal materia prima. Norbert Rücker, jefe de economía e investigación del banco de inversión Julius Baer explica que “el régimen iraní es bastante racional y estratégico. Los costos de la confrontación militar directa son prohibitivos, y la interrupción de los flujos de petróleo alejaría a los aliados como China. El cierre del Estrecho de Ormuz, un punto clave de los flujos mundiales de petróleo, sigue siendo un evento muy poco probable”.

Es un punto de vista con el que coincide Saurabh Lele, analista senior de Commodities de Loomis Sayles, que no espera que los líderes iraníes tomen decisiones drásticas tales como cerrar el estrecho de Ormuz, “porque esto aproximaría innecesariamente el teatro del conflicto hacia Irán e impulsaría una mayor unidad global contra ellos. En definitiva, no creemos que haya un peligro inminente de interrupción grave del suministro del petróleo, a no ser que la escalada entre rápidamente en una espiral fuera de control”, explica el experto.

Los expertos no prevén el cierre del estrecho de Ormuz, lo que garantiza el suministro

Previsiones

Desde el banco estadounidense Citi apuntan en un informe de esta misma semana que las noticias llegadas desde Irak deberían empujar los precios del petróleo a corto plazo, pero estos son potencialmente bajistas a largo plazo, “con la posibilidad de que Irán y Estados Unidos pudieran encontrar un propósito común para llegar a un nuevo acuerdo”.

Las previsiones del consenso del mercado para este primer trimestre del año sobre el precio del crudo lo sitúan en torno a los 69 dólares el barril, destacando los 78 dólares esperados por Barclays por la parte de arriba o los 60 que estima Julius Baer por la de abajo. Pero esta última entidad ha elevado su previsión hasta los 65 dólares en el corto plazo.

“Los precios de hoy brindan un respiro al maltratado negocio de esquisto de Estados Unidos. Mirando más adelante en el año, el aumento de los suministros de Canadá al Mar del Norte y la floja demanda deberían mantener el mercado del petróleo en equilibrio y los precios bajo control”, explica el experto. Saurabh Lele, analista senior de la gestora Loomis Sayles, indica que “anticipamos una subida moderada de los precios del petróleo, ya que el mercado aplicará una prima de riesgo”, fruto de los momentos de tensión que se viven en Oriente Medio. Esperan, asimismo, que continúen los escarceos sobre instalaciones y barcos petroleros, pero serán esporádicos y a pequeña escala, para poder seguir negando la autoría de los mismos.

Los efectos del alza del crudo en el crecimiento económico y la inversión

Miedo a gastar menos. En la reciente desaceleración económica, el consumo ha demostrado su resistencia en todas las áreas geográficas compensando la debilidad de la inversión. Por eso, “lo último que necesitamos en este momento es un shock negativo para el poder adquisitivo de los consumidores con un alza fuerte del petróleo”, explica Gilles Moëc, Economistas Jefe en AXA Invesment.

Cómo actuar en Bolsa. La subida del precio del petróleo tiene consecuencias en Bolsa por sus efectos en el crecimiento económico y de distinta manera en los sectores cotizados. Los valores petroleros suelen ser los más beneficiados porque incrementan sus márgenes, mientras que el transporte, las manufacturas o las firmas de restauración se ven perjudicadas.

Trump no está interesado en el conflicto. Esto es al menos los que piensan los expertos en un año 2020 en el que se celebrarán elecciones presidenciales. Una parte del atractivo electoral de Trump proviene de la renuncia a desplegar tropas para luchar en guerras extranjeras. Esto debería ser un argumento contra la escalada bélica total en el lado estadounidense.

El oro es mejor refugio. Aunque el oro arrastra una subida de 100 dólares en diciembre con la onza por encima de los 1.500 dólares, los analistas de Goldman han descubierto que los picos de las tensiones geopolíticas conducen a mayores precios del metal amarillo cuando se produce una depreciación de las monedas. Esto ocurre con mayor frecuencia durante guerras o escaladas militares.

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