Luca de Meo: “El coche eléctrico solo pueden comprarlo los ricos”
El consejero delegado de Repsol achaca la contaminación al envejecimiento del parque automovilístico
El grupo Volkswagen invertirá más de 40.000 millones de euros hasta 2022 en el coche eléctrico. Así lo corroboró el presidente de Seat, Luca de Meo, durante su participación en el Congreso de Directivos CEDE, quien destacó que las reglas del juego han cambiado en el último año, en cuanto a las exigencias de reducción de emisiones y contaminación. “Todo esto nos ha forzado a marcar el objetivo para 2025 de que uno de cada cuatro coches que vendamos sea eléctrico”, afirmó el ejecutivo que se preguntó sobre las razones de la demonización del diésel.
A su lado se encontraba el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, quien destacó que, aunque se ataca a este tipo de combustible como fuente de contaminación , el verdadero problema es el envejecimiento del parque automovilístico en España, ya que en los últimos años ha envejecido cuatro años, situándose en los 12,5 años. “El parque es viejo, el 60% de los coches tiene más de 10 años”, detalló Imaz, que criticó los procesos de fabricación del coche eléctrico, cuyas baterías se hacen, por ejemplo, en China, “y es allí donde mandamos el CO2”, a la vez que exigió analizar de una manera global los retos de sostenibilidad, y no castigar una tecnología, algo que tiene consecuencias en las ventas.
En este sentido, De Meo aseguró que su defensa del coche eléctrico tiene varios fines: por un lađo, vender, pero a la vez, evitar pagar multas millonarias por el incumplimiento de la normativa. E insistió, como puso de manifiesto Imaz, en que los 1.700 puntos de recarga eléctrica de los que dispone Repsol hasta la fecha, son insuficientes, “ya que se necesitarán 800.000 puntos, por lo que el regulador debe fomentar el desarrollo de infraestructuras, ya que el 80% de las emisiones las emiten los coches con más de 10 años”.
Por ello, prosiguió De Meo, la clave está en renovar el parque de vehículos en España, “pero además de que los coches aguantan más, la gente no tiene dinero para renovarlo”. Y vaticinó que “el coche eléctrico lo va a comprar gente con pasta, los ricos, como pasó en 2007 con el iPhone, que no todo el mundo podía comprarlo”.
En ese punto ahondó Imaz, “la sostenibilidad es para ricos, pero hay que buscar alternativas al resto de la sociedad”, y por eso cree que es relevante no penalizar a los coches de diésel o de gasolina, “sino medirlo bien y no tener que forzar al sector automovilístico a tener que fabricar por el tema de las emisiones, ya que esto impacta en la industria europea, en la española y en nuestra competitividad”.