La Airef eleva su previsión del déficit al 2,1%, una décima más que el Gobierno
El órgano fiscalizador de las cuentas públicas critica la insuficiente reducción de la deuda pública a pesar del vigor del crecimiento económico y del abaratamiento de la financiación
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha dado este viernes el visto bueno al Plan Presupuestario enviado la semana pasada a Bruselas, al considerar “factibles” y “verosímiles” las previsiones del cuadro macroeconómico. Considera, eso sí, que el déficit cerrará este año al 2,1%, una décima más de lo previsto por el Ejecutivo, y al 1,7% en 2020, en línea con Gobierno. Sin embargo, el órgano dirigido por José Luis Escrivá considera “improbable” la reducción de deuda para ese año y el que viene y afea que la ratio sobre el PIB apenas haya disminuido a pesar del fuerte crecimiento económico del último lustro y de los tipos de interés históricamente bajos.
La Airef avala las previsiones del escenario macroeconómico del Gobierno al considerar que están “en línea” con sus propios cálculos. De esta forma, estima que la economía española crecerá este año al 2,1% y al 1,8% el que viene, siguiendo los cálculos del Ejecutivo. Como el resto de organismos, respecto a sus últimas previsiones, la Airef ha rebajado dos décimas su previsión para 2019, debido principalmente a la revisión de los datos de Contabilidad Nacional publicados en septiembre por el INE. Destaca que el principal motor de la economía nacional seguirá siendo la demanda interna, impulsada por un mercado laboral todavía dinámico pero que se modera suavemente y unas condiciones crediticias favorables.
A pesar de que la economía española crecerá menos de lo esperado, la Airef se cree en parte el objetivo de déficit planteado por el Gobierno para este año, ya que prevé que el desajuste presupuestario cerrará en el 2,1% del PIB, una décima más de la estimada por el Ejecutivo y en el 1,7% para el que viene, al igual que el Gobierno. Se trata, con todo, de previsiones más optimistas de las que estiman otros organismos: el FMI no espera que el desajuste baje del 2,2% este año, mientras que BBVA Research y Funcas lo sitúan en el 2,3% y 2,4%, respectivamente. Bruselas, por su parte, ya ha advertido esta semana del “riesgo significativo de desviación”.
Mucho más contundente se ha mostrado la Airef con la reducción de la deuda pública, al considerar “improbable” el objetivo del 95,6% del PIB para este año y “en el límite de lo factible” bajar al 94,6% para 2020. El organismo presidido por Escrivá ha criticado que la ratio de apalancamiento sobre el PIB prácticamente no haya disminuido en los últimos cinco años a pesar de tener muchos factores a su favor: un crecimiento económico fuerte y sostenido y unos tipos de interés en mínimos históricos. Por ello, recalca que el abaratamiento de la financiación, que ha permitido una reducción considerable de la carga de la deuda, tiene que servir para acelerar el ritmo de desapalancamiento, pero afea que lo poco que se ha avanzando haya sido meramente por el crecimiento cíclico de la economía, lo que puede generar una "situación de vulnerabilidad muy clara" aún pendiente de abordar.
Volviendo al déficit, la Airef ha quitado hierro al aviso mandado por la UE, al recalcar que ha sido “igual de exigente” que con otros países con Gobiernos en funciones como Portugal o Bélgica. “Un gobierno como el actual con las cuentas prorrogadas, no puede comprometerse a casi nada”, sostienen fuentes de la institución, que si bien comparten el mensaje de urgencia de Bruselas en la necesidad de aprobar nuevos presupuestos que permitan profundizar en la consolidación fiscal.
La previsión del agujero fiscal de la Airef para este año empeora en una décima respecto a sus últimas previsiones de julio (del 2% al 2,1%), algo que obedece a la revisión estadística de las cuentas de las Administraciones Públicas, al nuevo escenario macroeconómico y a los datos de ejecución de las administraciones. En concreto, calcula que el déficit de la Administración Central se incrementará en una décima de PIB (1.000 millones de euros), hasta alcanzar el 0,7%, principalmente por el aumento de las trasferencias a las Comunidades Autónomas (700 millones).
Para el año que viene, el órgano supervisor de las cuentas públicas cree que el Gobierno recaudará y desembolsará algo más de lo que dice. Calcula que los ingresos alcanzarán el 39,7% del PIB y los gastos, el 41,4% –de ahí del desfase del 1,7%–, lo que supone una décima más en ambos casos respecto al Plan Presupuestario del Ejecutivo. Atendiendo a los ingresos, si bien considera que las previsiones del Gobierno en torno a la recaudación del impuesto sobre la renta y sobre el patrimonio son demasiado optimistas, cree que ello se verá compensado gracias a los recursos derivados de los impuestos sobre la producción y las importaciones que, a su juicio, están estimados a la baja en los cálculos del Ejecutivo. En cuanto a los gastos, el aumento se deriva del mayor peso relativo de los gastos corrientes.
De bajar al 1,7% el año que viene, se lograría una reducción del déficit de ocho décimas del PIB respecto a 2018, cuando cerró por primera vez tras una década por debajo de la línea roja del 3% (en el 2,5%) y salió por Procedimiento de Déficit Excesivo impuesto por Bruselas. El brazo preventivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento exige, sin embargo, un ajuste estructural adicional (ya sea vía gastos o ingresos) del 0,65% del PIB anual para este 2019 y 2020, aunque la Airef constata que el Ejecutivo incumplirá estos objetivos. De la misma forma, el gasto computable, que según Bruselas no debería crecer más de un 0,6% y un 0,9% este año y el siguiente, lo hará a un ritmo del 2,9% y 3,6%, respectivamente.