El inmobiliario aguarda los efectos de las protestas en Cataluña
El sector no ve peligro inmediato que afecte a las inversiones en Barcelona
La edición de 2019 de Barcelona Meeting Point (BMP), la feria y congreso inmobiliario que se celebra en la capital catalana hasta el sábado, ha contado con el inesperado protagonismo de las protestas por la sentencia contra los líderes políticos del procés independentista.
Si el miércoles se cerraban momentáneamente los accesos de reciento de la Fira en Plaza de España por algunas protestas, el jueves las nuevas revueltas nocturnas eran la preocupación recurrente entre los asistentes. El encuentro ha sufrido cancelaciones de profesionales y los viajes de visitantes de Madrid y otras geografías se han acortado ante la huelga general convocada el viernes por sindicatos ligados al independentismo y que previsiblemente dejará en actividad bajo mínimos el BMP.
Aunque la clave de los expertos presentes en el BMP ha pasado por dilucidar si la incertidumbre que se abre por la protesta y la confrontación política puede truncar el mercado inmobiliario, fundamentalmente de Barcelona. "Lo que está ocurriendo ahora es muy difícil de valorar. Barcelona se ha comportado muy bien en los últimos años. Es muy difícil cargárselo", asegura Adolfo Ramírez, consejero delegado de CBRE, presente en una mesa de debate junto a otras grandes consultoras inmobiliarias como Colliers, JLL y Cushman & Wakefield. "Barcelona tiene una magnífica perspectiva desde el punto de vista internacional. Si no se cambian las reglas de juego, si no se tocan las partes estructurales, no tiene por qué afectar", añade.
"De ahora en adelante veremos qué sucede. De momento es muy reciente", coincide Oriol Barrachina, consejero delegado de Cushman & Wakefield. Este experto señala que en los últimos tiempos se ha visto "una apuesta superdecidida" por la inversión en Cataluña, en récord igual que ocurre en Madrid, "gracias a los fundamentales de la economía".Mikel Echevarren, consejero delegado de Colliers, apunta por su parte al interés de los inversores en Barcelona en los últimos tiempos en el mercado hotelero, cercenado por la moratoria de Ada Colau en la ciudad que ha frenado la inversión pero que ha provocado que el capital vaya hacia otras apuestas más periféricas. "Lo que sí ha afectado radicalmente es en la promoción residencial, a costa del bolsillo del promotor", lamenta, debido a la norma de la alcaldesa que exige que cualquier promoción o rehabilitación de un edificio tenga un 30% de vivienda protegida. "Ha habido un parón del 65% en la actividad residencial y una ausencia total de nuevos proyectos".
"Hay que diferenciar entre lo que pasa en las calles y lo institucional. Lo de las calles pasará y no afectará en el mercado inmobiliario", opina por su parte Enrique Losantos, consejero delegado de la consultora JLL. "Barcelona es una de las ciudades más atractivas para invertir y para vivir, por tanto no creo que caiga la inversión", añade. En los últimos años se ha visto cómo los inversores, fundamentalmente internacionales, han seguido entrando con fuerza tanto en España a pesar de celebrar cuatro elecciones generales en cuatro años como concretamente en el mercado catalán, más allá de un compás de espera de varios meses tras el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
La crisis que no llega
Aunque la economía se ha frenado en los últimos tiempos con incertidumbres internacionales de guerra arancelaria y lento crecimiento en Alemania y Francia, la previsión es que la economía española siga con un incremento del PIB superior al 2% este año, por lo que los expertos ven que los fundamentales siguen acompañando la bonanza en la apuesta por el sector inmobiliario.
"El mayor riesgo quizás es adelantar demasiado diciendo que la crisis ya está aquí", apunta Ramírez, de CBRE, sobre las sombras que algunos intentan anticipar sobre el sector. Echevarren coincide en que "el desánimo" es un factor contraproducente, pero señala como peligro una posible "subida brutal de los impuestos" tras la cita con las urnas del 10N, ya que considera que esas medidas estaban pensadas para aplicarse en tiempos de mayor bonanza hace 12 o 14 meses y que ahora, "de aplicarse tendrán efectos negativos".Losantos, de JLL, asevera que uno de los problemas que ve es que se alteren políticamente las reglas de juego para los inversores, por ejemplo en la amenaza "de cambios en las reglas fiscales de las socimis", que pondría en desventaja a las empresas nacionales frente a sus competidoras en atraer capital. Ya recuerda que hubo "mucho ruido" en el residencial con la modificación en marzo del decreto en alquiler. Por eso la coincidencia de todos ellos es la importancia crucial de garantizar la seguridad jurídica.
El ahorro va hacia el inmobiliario
Los expertos coinciden en que el inmobiliario en las principales economías del mundo y, en concreto España, se va a seguir beneficiando del enorme ahorro que se canaliza a través de fondos que invierten en activos reales. España ha recibido en los últimos años inversiones superiores a los 10.000 millones de euros, a niveles récord, y se prevé que 2019 no sea diferente a pesar de las diferentes incertidumbres políticas y electorales.
"Hay mucho ahorro que va a ir a bienes reales. Vamos a seguir con un mercado muy dinámico", apuesta Ramírez, que cree que habrá protagonismo de los fondos más core, los que buscan mejores propiedades."Hay cierta inestabilidad política, pero el mercado inmobiliario nunca ha estado tan dulce. Nunca hubo tanto dinero en el mercado ni tanto en el inmobiliario. Los fondos tienen los bolsillos llenos", asegura Losantos, de JLL. "En todas partes hay incertidumbres. No nos podemos olvidar de los fundamentales y nosotros salimos muy bien en la foto", recuerda Barrachina, de Cushman & Wakefield, quien destaca que el capital está fluyendo hacia nuevos tipos de activos alternativos (como residencias de estudiantes), además de logística y en un futuro próximo se espera que toque el turno al residencial en alquiler.
Echevarren, de Colliers, explica que el ahorro privado a nivel internacional está a niveles récord, "un inmenso balón que busca dinero a larga plazo", destaca. "El ahorro mundial intenta batir a la inflación a largo plazo y eso significa invertir en real estate a largo plazo".