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Mercado residencial

Los promotores piden beneficios fiscales para que los jóvenes accedan a la vivienda

Sostienen que se necesitan 120.000 nuevas casas al año, un 5% más de lo que se construirá en 2019

Promoción de viviendas nuevas en El Cañaveral, Madrid.
Promoción de viviendas nuevas en El Cañaveral, Madrid. Pablo Monge

Los promotores creen que los niveles actuales de construcción de vivienda todavía no cubren las necesidades de los hogares españoles. Según la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) hacen falta 120.000 nuevas viviendas al año para cubrir los niveles actuales de demanda residencial, un 5% más de los 115.000 visados de obra nueva con los que la patronal estima que se cerrará el 2019. De cumplirse esa previsión, se trataría de la cifra más alta de nueva construcción de la última década y supondría casi un 15% más de los visados registrados en 2018.

El presidente de la patronal de los promotores, Juan Antonio Gómez-Pintado, ha señalado este lunes que España requiere de 120.000 casas nuevas al año de aquí a 2030, lo que supone 1,2 millones de viviendas más para la próxima década. Una necesidad que ha ligado a la previsión del Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula que hasta 2030 se crearán cerca de 1,8 millones de nuevos hogares por la emancipación de los más jóvenes y especialmente por el aumento de la inmigración. 

No obstante, el responsable de la APCE es consciente de que la falta de acceso de los jóvenes al mercado residencial constituye un gran "problema estructural en nuestro país", por lo que ha pedido que se establezcan beneficios fiscales que incentiven la compra de primera vivienda -las deducciones fueron eliminadas por el Gobierno en 2012- y que se apueste por la colaboración público-privada para incrementar la oferta de vivienda social. En ese sentido, ha mencionado la iniciativa británica Help to buy, que permite a las entidades ofrecer hasta un 95% de financiación mediante un aval del Estado, el caso francés, que ofrece créditos a los jóvenes al 0% de interés, o el portugués, que en diferentes grados, puede llegar a subvencionar hasta los tres primeros años de alquiler. 

Esta previsión de demanda residencial anual se topa, sin embargo, con el hecho de las que las compraventas se han ralentizado respecto al año pasado e incluso han crecido algo menos. En efecto, según el INE, entre enero y agosto (últimos datos disponibles), la compra de viviendas cayó un ligero 2,2% respecto a los mismos ocho meses de 2018, si bien el descenso afectó únicamente a las operaciones sobre viviendas de segunda mano, que bajaron un 3,5%, mientras que las realizadas sobre obra nueva crecieron un 4,2%.

Una ley hipotecaria "muy mejorable"

Lejos de que el descenso de las compraventas anuncie un fin de ciclo, Gómez-Pintado ha defendido que "la industria inmobiliaria todavía cuenta con margen de crecimiento" al menos hasta 2022, si bien ha sostenido que el mercado se adentra en una fase de "normalización", en la que los precios registrarán alzas que se situarán en adelante entre el 3,5% y 5% anual.

Respecto a los datos de compraventas, ha achacado "la ligera ralentización" a la incertidumbre política de España, así como a los últimos cambios normativos que ha sufrido el sector, como el relativo al pago de impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) en la firma de créditos hipotecarios, el cambio regulatorio de los alquileres, así como la entrada en vigor a mediados de junio de la nueva ley hipotecaria. En concreto, sobre esta última, el director de la APCE ha criticado que su puesta en marcha haya retrasado entre dos y tres meses la elevación a escritura pública de las compraventas, algo que explicaría la caída de las operaciones, por lo que ha vaticinado que esa demora se trasladará también a los datos de los próximos meses.

El representante de la patronal de los promotores también ha añadido que la ley hipotecaria es "muy mejorable" en el ámbito burocrático y que está pensada para compraventas entra particulares pero no para la entrega de grandes promociones, lo que produce "cuellos de botella" en las notarías.

Para poder alcanzar la cifra de 120.000 nuevas viviendas al año, Gómez-Pintado también ha pedido a la Administración que saque más suelo finalista, que reduzca el coste burocrático ligado a la promoción y que agilice la concesión de licencias urbanísticas. En ese sentido, ha propuesto que no se tenga que esperar a tener concedida la licencia de primera ocupación (LPO) para iniciar la tramitación y que se pueda operar solo con el certificado de obra, algo que, ha dicho, podría acortar el proceso en un mes y medio. "De media se tardan entre tres y cinco meses para obtener la licencia de primera ocupación y a partir de ahí es cuando se inician los trámites para subrogar la vivienda, lo que provoca que una promoción pueda estar finalizada y sin ocupar durante seis meses", ha lamentado.

Crece el desequilibrio entre oferta y demanda

Los desequilibrios entre oferta y demanda en el mercado residencial se agrandan. En los últimos seis meses, la demanda de vivienda en propiedad ha crecido más que la oferta de casas, según un estudio publicado este lunes por el portal inmobiliario Fotocasa. Según el informe, la intención de compra crece en la mayoría de las comunidades autónomas, si bien la decisión final se sigue aplazando sobre todo por falta de ahorros. 

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