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Breakingviews
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La aguja de la sanidad de EE UU apunta un poco a la izquierda

Algunos demócratas quieren deshacerse de la participación privada, y Trump, incrementarla

El presidente de EE UU, Donald Trump.
El presidente de EE UU, Donald Trump.REUTERS

Escuchando a los políticos hablar de la atención médica en EE UU, parece que hay dos opciones: deshacerse de la participación privada, como defienden algunos demócratas, o incrementarla, como sugiere la Casa Blanca. Quizás la aguja apunte más a la izquierda.

El nuevo plan de Trump, anunciado el jueves, se centra en Medicare, el programa público para mayores. La idea es canalizar a los pacientes hacia Medicare Advantage, un plan gestionado por las aseguradoras, y alejarlos del Medicare normal, que gestiona el Gobierno directamente. Ya el 34% de los pacientes de Medicare eligen la opción aseguradora. El plan de Trump mejoraría eso con servicios de telemedicina, permitiendo a las aseguradoras transferir algunos ahorros a los pacientes, y haciendo en la práctica más caro el Medicare tradicional. Eso contrasta con las propuestas de Bernie Sanders o Elizabeth Warren. Su idea, compleja en la práctica, suena simple: extender Medicare a todos los estadounidenses. ¿Qué prevalecerá? Los inversores no apuestan por Trump. Medicare Advantage es muy rentable para las aseguradoras. UnitedHealth y Humana tienen el 44% de los clientes, pero sus acciones han perdido el 14% en dos meses, mientras el S&P ha estado plano. Las aseguradoras tampoco se movieron el jueves.

Además, las empresas están perdiendo la fe en la situación actual. Amazon, JP Morgan, Berkshire Hathaway y Walmart están experimentando con programas para reducir los costes de sus casi 3 millones de empleados. Sería poco probable que lo hicieran si pensarn que la atención gratuita universal está a la vuelta de la esquina. Pero tampoco lo harían si creyesen que la Casa Blanca está en camino de hacer que la atención sea más eficiente y rentable.

Luego están los votantes. Consideran sistemáticamente la salud una de sus prioridades, y una vez se les concede sanidad pública, tienden a querer mantenerla. En las legislativas de 2018, incluso tres estados típicamente republicanos votaron a favor de extender Medicaid, el programa para pacientes pobres. No hay solución fácil, pero los intentos de dar más voz al sector privado parecen luchar contracorriente.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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