Por qué no hay vocaciones ‘STEM’ en España
Descienden las matriculaciones en carreras técnicas, a pesar de la demanda laboral, y los jóvenes alegan falta de vocación, orientación y dificultad académica
La alarma está sonando. Y fuerte. España ya perdió el tren de la revolución industrial en el siglo XIX, y si nadie lo remedia, a pesar de que se encuentra entre las mayores economías del mundo, se puede quedar atrás en la presente transformación tecnológica y digital. Por varias razones, pero la principal, por falta de orientación y dificultad académica, factores que agravan la escasez de vocación en las ramas STEM (acrónimo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y la caída de matriculaciones en las carreras técnicas. “Porque si en el siglo XX, a raíz de la revolución industrial, el factor estratégico dejó de ser la tierra para depender del capital, ahora el factor de producción es el trabajo cualificado, el talento”, explicó este martes, durante la presentación del estudio El desafío de las vocaciones STEM, el exministro Eduardo Serra, presidente de DigitalES, asociación que agrupa a 50 empresas del sector tecnológico.
Según datos ofrecidos por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, entre 2010 y 2017 las matriculaciones en estudios de ingeniería y arquitectura descendieron en España un 28%, a pesar de que la demanda de este tipo de este tipo de perfiles por parte de las empresas no ha dejado de crecer, y existen en el mercado laboral español unas 10.000 vacantes dentro del sector tecnológico por falta de cualificación.
Este dato lo corroboró Miguel Ángel Turrado, director general de HP, durante la presentación del estudio, elaborado por EY, en el que han participado más de 2.000 alumnos de secundaria, FP y universitarios, además de profesorado y responsables de colegios y universidades: “Las ofertas de trabajo no se cubren. En nuestra empresa, las vacantes tardan una media de 76 días en cubrirse y esto supone un enorme hándicap en un entorno tan competitivo como el actual”.
Una justificación a la anterior cifra podría ser que el 65% de los alumnos participantes en el estudio no dispone de la suficiente información sobre las salidas profesionales, pero sobre todo están indecisos a la hora de elegir una rama técnica o no conocen a ningún ingeniero.
La ausencia de referentes a los que admirar es otro problema, sobre todo para las mujeres, un hecho que quiso resaltar la ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, quien hizo hincapié en los nuevos desafíos que debe asumir la escuela del siglo XXI, “y no solo es leer, escribir y las cuatro reglas, ahora hay que unirle el desarrollo de las destrezas de la revolución digital y no podemos demorarnos”.
La ministra añadió que uno de sus objetivos es aplicar un módulo de digitalización a cada uno de los títulos profesionales. “Nuestra intención es desarrollar una estrategia de educación digital con 236 millones de inversión, conectado con las comunidades autónomas y con otras experiencias de éxito”, afirmó la titular de Educación, que aprovechó su intervención para tender la mano al resto de grupos políticos con el fin de llegar a un Pacto de Estado por la educación STEM. Y señaló que, en este sentido, “no hay voces disonantes para impulsar vocaciones ante la revolución digital”. Pero para ello hay que comenzar por la base, ya que el 73% de los alumnos de secundaria manifiesta tener dificultades para entender las matemáticas. Además, el 30% de este colectivo de estudiantes no ha cursado ninguna asignatura tecnológica, ya que esta siempre se presenta como optativa y condicionada a la oferta de cada centro.
También los directores de colegio consideran que los profesores de sus centros no reciben la formación necesaria para orientar a los alumnos en la elección del itinerario, a la vez que destacan que solo el 38% de los alumnos de secundaria, bachillerato y FP tienen claro lo que desean estudiar y mantienen el itinerario elegido inicialmente. Además, desconocen las salidas profesionales: el 25% de este colectivo asegura que no elegiría ninguna rama técnica porque desconoce las oportunidades laborales que ofrece.
Sin embargo, uno de los datos más preocupantes tiene que ver con las mujeres: si en la universidad, las alumnas forman el colectivo mayoritario (el 55% de las matriculaciones) la representación de estas en las ingenierías no superó en 2018 el 25%. Y la apatía hacia este tipo de titulaciones va en aumento. Según el informe, hay tres puntos clave: la confianza en sí mismas sobre las asignaturas STEM, tener mayor orientación social e influencia de expectativas y estereotipos.
Recomendaciones
El informe propone algunas propuestas para mejorar los problemas identificados:
-Estimular las actividades STEM extracurriculares y la tecnología como asignatura transversal y obligatoria para que los alumnos de secundaria, bachillerato y FP dispongan de la formación técnica académica suficiente.
-Mejorar los programas de Magisterio en materias técnicas, con el fin de que los profesores dispongan de la formación y la confianza suficientes para impartir matemáticas y tecnología.
-Impulsar departamentos exclusivos de orientación para los profesores que necesitan de formación para orientar a los alumnos en la toma de decisiones académicas.
-Se debe impulsar una visión más social sobre las carreras técnicas.
-Aumentar la visibilidad de referentes femeninos en estas materias, ya que hoy siguen existiendo estereotipos asociados a determinadas carreras técnicas que deben eliminarse.