Desconexión digital: posible con respeto y diálogo
El primer paso es crear una relación de confianza, responsable y profesional, entre empleado y jefe
Todos necesitamos desconectar, ya sea en nuestro día a día o en periodos de vacaciones. Nuestra mente necesita descansar y el tiempo libre es indispensable para trabajar mejor, volver con energías renovadas, alimentar la creatividad e incluso estar de mejor humor.
Sin embargo, la transformación digital ha convertido esa antaño obvia separación entre lo personal y lo laboral en un auténtico reto. Las herramientas online son capaces de llevar la productividad de las organizaciones a niveles nunca vistos, pero al mismo tiempo difuminan las fronteras que hay entre la jornada laboral y el tiempo libre. En un mundo hiperconectado, es imprescindible abordar cómo gestionar un equilibrio adecuado en relación con la desconexión digital.
No son pocos los estudios que alertan sobre esta tendencia: dos de cada tres españoles sufren algún tipo de estrés laboral como consecuencia de la incompatibilidad entre el trabajo y las necesidades personales. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Y, más importante: ¿cómo podemos controlarla?
Dejando a un lado la cuestión de la dependencia tecnológica, haber convertido el móvil personal en una ventana al mundo laboral desde luego es el factor determinante en esta situación. Así pues, tanto desde la empresa como a título individual, es fundamental que realicemos acciones de concienciación sobre el uso razonable de las herramientas tecnológicas.
Precisamente, con el fin de defender los derechos del empleado, a finales del pasado año entró en vigor la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal y Garantía de los Derechos Digitales, que, entre otras cuestiones, reconoció legalmente por primera vez en España el denominado derecho a la desconexión digital en el ámbito de la relación laboral. Sin embargo, no es tan sencillo de aplicar. El derecho a la desconexión es un asunto complejo que depende tanto de las personas como de los resultados.
La creciente digitalización del trabajo debería ser también una oportunidad para dar entrada a un nuevo liderazgo empresarial en el que se ponga el foco en el rendimiento y en la productividad. El presentismo deriva en que las jornadas de trabajo se alarguen en exceso y nos resten tiempo para atender nuestra vida personal y nuestro ocio.
Definir con la mayor exactitud posible qué es una emergencia laboral, establecer normas claras o vetar abiertamente ciertos canales de comunicación son algunas medidas que se pueden adoptar para fomentar la desconexión.
El primer paso debe ser crear una relación sana y de confianza, responsable y profesional, entre empleado y jefe. Solo construyendo una relación así se podrá dar una combinación de compromiso y respeto que permita el ideal equilibrio entre aumento de la productividad y desconexión real.
Miriam Martín es directora de marketing de Sodexo Beneficios e Incentivos