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INVERSIÓN

Las ventajas de empezar a invertir desde joven

El tiempo siempre es nuestro mayor aliado a la hora de rentabilizar nuestro ahorro y conseguir la rentabilidad final que deseamos

Cuando somos jóvenes, tomar decisiones financieras para el largo plazo no suele ser una de nuestras prioridades. El aquí y ahora se suele imponer porque, por lo general, solemos anteponer nuestros objetivos más inmediatos y dejamos de lado las necesidades financieras que vamos a tener dentro de mucho tiempo, como puede ser la jubilación.

El clásico me preocupo, pero no me ocupo, suele ser el mantra que seguimos muchos de nosotros cuando pensamos en el futuro. A pesar de que nos preocupamos por nuestras finanzas futuras y de que queremos, al menos, mantener nuestro nivel de vida actual cuando nos jubilemos, en la actualidad no nos ocupamos tanto por comenzar a ahorrar y, por ende, a invertir para cuando dejemos de trabajar.

Planificar en la era de la longevidad

¿Cuánto tiempo vamos a vivir y cuánto tiempo lo vamos a hacer como jubilados? Aunque a priori no podemos responder, lo que ya sabemos de antemano es que es muy probable que muchos de nosotros lleguemos a vivir cien años. En el último siglo, la esperanza media de vida se ha duplicado en España, situándose en la actualidad, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 80,5 años para los hombres y en 85,9 para las mujeres. Esta tendencia ya anticipa que el incremento va a ir a más, tanto que, para el año 2040, ya son muchos los organismos que estiman que nuestro país va a ser el más longevo del mundo.

Una de las consecuencias de tener vidas centenarias es que vamos a tener jubilaciones más largas. Vamos a gastar más, pero vamos a contar, probablemente, con menos recursos públicos, por lo que potenciar el ahorro privado va a ser fundamental para que cuando nos jubilemos podamos cumplir los con objetivos que nos habíamos fijado. Desde el Fondo Monetario Internacional ya han alertado en varias ocasiones de que la generación millennial va a ser la primera en notar el impacto del envejecimiento poblacional en sus pensiones. Una preocupación que recientemente ha compartido el Banco de España que, con el foco puesto en el envejecimiento poblacional, ha propuesto retrasar más la edad de jubilación.

¿Invertimos con suficiente antelación?

De la encuesta de jubilación y longevidad elaborada por Abante en 2018se desprende que los españoles que se preparan económicamente para la jubilación comienzan a hacerlo cada vez antes. Así, el 34% de los encuestados de entre 30 y 45 años declaró que había empezado a ahorrar para esta etapa cuando tenía entre 20 y 29 años, aunque la franja de edad más común en la que se empieza a mirar económicamente para este periodo se extiende desde los 30 hasta los 49 años.

Con todo, lo primero que hay que tener en cuenta es que no solo nos basta con ahorrar, sino que tenemos que poner nuestro dinero a trabajar, es decir, invertir adecuadamente nuestro capital en función de nuestro horizonte temporal y de nuestros objetivos, siendo conscientes de que el tiempo es un factor fundamental. ¿Por qué? Cuanto antes comencemos a invertir, menor será el esfuerzo de ahorro anual que tendremos que hacer.

Los efectos de retrasar la decisión de invertir

Para ver cómo influye el tiempo a la hora de invertir, vamos a poner el caso de una persona que decide comenzar a ahorrar con 25 años, otra con 35 y otra con 45, hasta los 67 años (que, a partir de 2027 será la edad legal de jubilación). En todos los ejemplos el objetivo de rentabilidad va a ser del 5% -para superar en tres puntos a la inflación- y la cantidad que se ahorra va a ser de 3.000 euros al año.

En el primer caso, al comenzar a invertir a los 25 años, durante un periodo de tiempo de 42 años, la cantidad final que se obtiene es de 253.265 euros, mientras que, si se invierte desde los 35, el capital final es de 163.865 euros, es decir, un 35% menos. Y si se decide retrasar el momento de invertir hasta los 45 años, la cifra final es de 96.962 euros -actuales en los tres casos-, un 62% menos que si se hubiera invertido desde los 25 años.

Abante

A mayor plazo, mejores resultados

Una de las ventajas de acudir a los mercados financieros desde joven y no necesitar el dinero hasta dentro de un largo periodo de tiempo, es que podemos asumir más riesgo con nuestras inversiones sin temor a perder nuestro capital. Al estar más tiempo invertidos y realizar aportaciones periódicas, capturamos todas las oportunidades que se producen en el mercado y mitigamos el efecto de la volatilidad en el corto plazo, lo que hace que tengamos más probabilidades de obtener la rentabilidad que esperábamos para cumplir nuestros objetivos.

Además, al invertir durante un largo horizonte temporal nos podemos beneficiar del efecto del interés compuesto, que consiste en ir reinvirtiendo los beneficios que nos van generando nuestras inversiones. De esta forma, al invertir desde joven en un fondo de inversión, el capital que invertimos cada año es mayor porque acumulamos los intereses que vamos generando y que volvemos a invertir, por lo que al final obtenemos una ganancia mayor.

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