Los compañeros son la tabla de salvación de los empleados quemados
Un estudio refleja que cuando un trabajador tiene problemas laborales recibe un apoyo mayoritario de sus iguales
Los compañeros de trabajo son una de las razones principales para que los profesionales quemados con su empresa no abandonen su puesto. Es una de las conclusiones que se extraen del II Índice de Medición de la Experiencia de Empleado en España, elaborado por la consultora Lukkap. Hay diferentes situaciones que se viven en el día a día de una compañía, y en todas, la respuesta de los compañeros supera, en mayor o menor medida, a la que ofrece el empleador. “Los compañeros son los artífices de que la experiencia de empleado mejore, ya que son ellos quienes están presentes en los momentos verdaderamente importantes”, explica José Luis Pascual, director de experiencia de empleado de Lukkap.
El documento, elaborado en base a entrevistas a 6.000 profesionales de diferentes sectores y posiciones, ha analizado las respuestas que recibe un trabajador de sus semejantes y de su organización en diferentes situaciones. En el día a día, en cuestiones meramente profesionales, un 83% de los empleados recibe directrices y encargos por parte de la compañía, mientras que el 91% de encuestados lo hace también de sus iguales, con sugerencias o intercambio de ideas e impresiones. Hay diferencia, pero solo de ocho puntos porcentuales.
Donde hay más saltos es en los aspectos personales. En el acompañamiento vital, referido principalmente a la gestión de situaciones personales de calado, un 68% de los trabajadores ha recibido apoyo por parte de la empresa, lejos del 84% de soporte que llega por parte de los colegas de oficina. La diferencia también es notable en el acompañamiento profesional, relacionado con las necesidades y contratiempos relativos al trabajo. Aquí, un 69% de los consultados reconoce haber recibido apoyo por parte de los jefes, cifra que asciende al 88% en el caso de los que reciben por parte de sus compañeros.
“Ayudar a resolver un problema grave del trabajo, dar apoyo cuando un familiar está ingresado, felicitar y mostrar interés cuando alguien ha tenido un hijo... En todos estos aspectos son los compañeros los que más se involucran”, prosigue Pascual. Y estos, a su vez, son elementos que pueden incidir hasta un 26% en que alguien que está pensando en abandonar su trabajo reconsidere su idea. Por eso, “podemos afirmar que cuando los empleadores no están a la altura, son los compañeros los que cubren ese hueco”.
Uno de los puntos que más llegan a marcar la experiencia del empleado, continúa Pascual, está relacionado con los procesos de salida de la empresa, sobre todo en aquellos casos en los que la relación laboral se termina por decisión de la organización, “por ejemplo, cuando hay que recortar en plantilla”. En estos movimientos, las empresas dan el soporte oportuno en un 66% de los casos, la cifra más baja de todas las analizadas. Al lado contrario, los compañeros responden en un 83% de las veces. Esto provoca, además, lo que “llamamos efecto espejo. El empleado que se queda se ve reflejado en el que se va, y la confianza en la empresa por parte de los que permanecen en ella cae en picado”.
La experiencia de empleado cae un 16% desde que se llega al trabajo hasta que acaba la relación
Sin embargo, pese al importante apoyo de los semejantes, quien tiene la mayor capacidad de incidir en la vida, el bienestar y la experiencia de los profesionales es la empresa. Y en este sentido las cosas no van del todo bien. Atendiendo a los datos, las buenas sensaciones del empleado caen un 16% desde que se llega a la compañía el primer día hasta que se sale de ella por última vez. “La experiencia se sitúa en un 90% en el onboarding, y cae a un 74% en el offboarding”, resume Pascual. Cabe cuestionarse, por ello, qué es lo que sucede entre ambos momentos. Sobre todo porque, recuerda Pascual, la tasa de experiencia con la que se empieza a trabajar es muy alta. “Es una pena que las compañías no sepan aprovecharla para seguir creciendo”.
En todos estos procesos los directivos también dejan su huella. “La experiencia es mayor cuando el empleado tiene un jefe directo, y cae si no tiene ninguno o más de dos”, prosigue Pascual. Además, el profesional busca alguien que le transmita información, que le dedique algo de tiempo de forma periódica y que marque con claridad los hitos y siguientes pasos. A la experiencia del empleado tampoco le ayudan los entornos de incertidumbre o los cambios excesivos, como el de rol, el de jefe, el de lugar o el de compañeros. “Hemos visto que solo nos gusta la promoción”.