La pérdida de productividad que implica el cambio climático
La ineficiencia derivada del calentamiento global equivaldrá a 80 millones de empleos, según la OIT
La ola de calor comienza a dar tregua en gran parte de las provincias españolas, pero esta solo ha sido la primera de un verano que se presenta caluroso. No es un fenómeno aislado, las temperaturas a nivel mundial no dejan de aumentar y el problema, más allá de la grave emergencia medioambiental que representa, también acarrea un detrimento en la productividad laboral. Según el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Trabajar en un planeta más caliente: El impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente, el malestar derivado del cambio climático derivará, en 2030, en una pérdida de productividad equivalente a 80 millones de puestos de trabajo.
Esta proyección se basa en un aumento de la temperatura promedio de 1,5ºC, lo que provocaría que se desperdicien el 2,2% de las horas de trabajo a nivel mundial y pérdidas económicas por valor de 2.118 millones de euros. Sin embargo, las estimaciones del informe son prudentes y el impacto podría ser mucho mayor ya que, según la ONU, para que el calentamiento global se mantenga por debajo de los 2ºC, se requieren medidas drásticas. Además, estos cálculos consideran que los trabajos al aire libre se realizan a la sombra, algo que no siempre es posible.
El calor del verano afecta tanto física como psíquicamente, explica María Luisa de Cáceres, miembro del Consejo Científico del Colegio de Médicos de Madrid y de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), para quien el malestar, la falta de concentración, la somnolencia y la irritabilidad son las principales consecuencias de las temperaturas extremas. “El calor no actúa solo durante la jornada laboral, sino que también se sufre en el domicilio o el tiempo de ocio. La falta de un descanso reparador influye en la productividad y en la calidad del trabajo, y a su vez, provoca que los individuos se adapten peor a las altas temperaturas durante su jornada”, añade la experta. Aunque el problema afecta a todos, quienes desempeñan actividades al aire libre están más expuestos, pues la falta de concentración es especialmente peligrosa en su caso, puntualiza De Cáceres.
Una idea con la que coincide la tutora del área de prevención de riesgos laborales de IMF Business School Josefina Del Prado. “La mayoría de las oficinas son lugares climatizados, pero los empleados llegan ya damnificados porque duermen peor y están más irritables, lo que también perjudica a las relaciones entre compañeros”, comenta. Para quienes realizan actividades al aire libre, la experta hace alusión al Real Decreto 486/1997, que recoge que las empresas deben tomar medidas para que los trabajadores puedan protegerse de las inclemencias del tiempo. La norma también manifiesta que, en las oficinas, la temperatura debe oscilar entre los 17ºC y los 27ºC. En este caso Del Prado sugiere prudencia con el uso del aire acondicionado y recuerda: “Las molestias térmicas pueden ser ocasionadas tanto por el frío como por el calor. La temperatura ideal no es la misma para todo el mundo”. Para enfrentarse a los meses de verano, la profesora recomienda reubicar puestos en función de las corrientes de aire y las preferencias individuales, levantar la mano con la vestimenta, así como contar con uniformes diferenciados para cada estación, y comenzar antes la jornada para evitar las horas con temperaturas más extremas.
En los casos más graves, el calor puede desembocar en un accidente laboral. El pasado verano se produjeron 92 accidentes de trabajo con baja por calor o insolaciones en España, según datos de la subdirección general de estadística del Ministerio de Trabajo. “Algo especialmente llamativo en estos casos es su alcance. En la mayoría de los accidentes laborales, los graves representan menos del 1% del total, pero en las insolaciones, el 5% son graves, y el 4%, mortales”, comenta la responsable del departamento de investigación e información del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, Marta Zimmermann. Asimismo, un 18% de los afectados por el calor, prosigue la directiva, necesitan ser hospitalizados, mientras que este porcentaje cae al 2% en el resto de accidentes.
El sector de la construcción, seguido de la agricultura y el reparto de comida y bebida son los principales afectados de un problema que se recrudece en agosto, cuando, el año pasado, se concentraron 38 de los 92 casos. Por horas, las seis de la tarde son el momento más peligroso del día, según Zimmermann, seguido de la franja que comprende desde las doce del mediodía a la una de la tarde.