Cuatro presidentes en cinco años y una definición estratégica pendiente
Desde 2014 ha habido más presidentes que en los 84 años previos
La presidencia de El Corte Inglés, un puesto históricamente estable, se ha convertido en el último lustro en un puesto con una inusual rotación. La llegada al cargo de Marta Álvarez la convertirá en la tercera presidenta en un año, y en la cuarta en los últimos cinco. Son más que todos los que hubo entre 1935, año de la fundación de la primera tienda de El Corte Inglés, y 2014, cuando falleció Isidoro Álvarez.
Este accedió al cargo en 1989, después de que su tío Ramón Areces, uno de los fundadores del grupo, ocupara el mismo durante 23 años. César Rodríguez fue el primer presidente de El Corte Inglés y se mantuvo en el puesto durante 33 años. El fallecimiento de Isidoro Álvarez en septiembre de 2014, a los 79 años, inició el particular desfile de presidentes. El elegido por el histórico dirigente para su sucesión fue su sobrino Dimas Gimeno, señalado un año antes como consejero director general.
Tuvo el mando total del grupo durante tres años, hasta que en octubre de 2017 el consejo decidió retirarle sus funciones ejecutivas. Esto abrió una profunda brecha en el seno del grupo, en especial con las herederas de Isidoro Álvarez, Marta y Cristina Álvarez Guil, que desembocó en la destitución de Gimeno en julio y en su salida de la empresa en agosto del año pasado.
Le sustituyó Jesús Nuño de la Rosa, hombre de confianza de las hermanas Álvarez tras dos décadas en la agencia de viajes. Fue el primer presidente del grupo sin lazos de sangre con las familias fundadoras, y también pasará a la historia por ser el más breve, un año en el puesto. En julio será relevado por Marta Álvarez, primera mujer que presidirá El Corte Inglés, y que supone también volver a la tradición de que sea un miembro de la familia fundadora el que ocupe este sillón.
Una experta en el mundo del arte y también en el retail
Recorrido. Marta Álvarez llegará a la presidencia de El Corte Inglés apenas un año después de su primera aparición pública como representante del grupo de grandes almacenes. Fue en el World Retail Forum que se celebró en abril del año pasado en Madrid, para entregar la primera edición de los premios Isidoro Álvarez. Antes, en 2014, entró junto a su hermana mayor Cristina en el consejo de administración de El Corte Inglés, tras el fallecimiento de su padre Isidoro Álvarez. Sin embargo, según se explica desde la compañía, su recorrido dentro de la misma alcanza los 20 años, en distintas áreas y etapas. Desde el trabajo en tienda mientras completaba sus estudios de Derecho, a un paso por la agencia de viajes o por el área de compras de El Corte Inglés. Un recorrido por la compañía que interrumpió durante su estancia en Londres, en la que llev´´o a cabo estudios sobre el mercado del arte y trabajó en la casa de subastas Sotheby’s. El arte es, precisamente, su mayor afición, más allá del propio negocio del retail. Pese a no haber estado en la primera línea, se destaca de ella su conocimiento del sector y del funcionamiento de la empresa. Su hermana, Cristina, es vicepresidenta de la Fundación Ramón Areces, y es la mejor colocada para dirigirla en sustitución de Florencio Lasaga. Ambas, que acumulan el 15% del capital, son hijas adoptivas de Isidoro Álvarez, y enfrentan una denuncia de la hermana de este, María Antonia, pidiendo la nulidad de las adopciones, que fue admitida a trámite. El proceso vivió su primera vista judicial la semana pasada.
Cambios que han coincidido en el tiempo con los años más difíciles para el grupo. Justo antes de desencadenarse la crisis, en 2007, los ingresos de El Corte Inglés rozaban los 18.000 millones de euros, el beneficio neto los 700 millones, y el ebitda alcanzaba los 1.327 millones.
El grupo ha mejorado sus ingresos de forma consecutiva en los últimos cuatro ejercicios, aunque la cifra del ejercicio 2017, de algo más de 15.900 millones, seguía un 10% de las cifras de una década antes. Las ventas de 2018, que se presentarán este viernes, serán muy parecidas a las de 2017. El ebitda acumula también varios años de crecimiento y volvió a superar los 1.000 millones el año pasado por primera vez desde 2010.
El peso del retail
Los últimos datos financieros de El Corte Inglés corresponden al primer semestre del ejercicio 2018, y en ellos se reflejaba cómo el negocio principal, el del retail, se contraía un 0,6%. Alrededor de la compañía de distribución se debate sobre si esta está acometiendo en profundidad los retos que dominan hoy el sector del retail, principalmente dominados por la irrupción del comercio electrónico y la transformación que este está provocando en el comercio físico. Algo con una incidencia especial en una empresa como El Corte Inglés.
A este respecto, el grupo ha acometido algunos cambios en el enfoque que quiere dar a sus grandes almacenes: un mayor peso de las áreas de restauración, una apuesta más acentuada por firmas de lujo, introducción de espacios experienciales para complementar las compras de la mano de terceras marcas, o incluso cambios radicales, como el que acometerá en su centro de Arroyosur (Leganés). Este, que cerrará el 31 de julio para comenzar las obras, se convertirá en MAD-FD, y combinará moda, gastronomía, entretenimiento y arte, según explicó la empresa, y que puede ser exportado a otras localizaciones.
Una variedad de alternativas para revitalizar y rejuvenecer el tráfico de sus centros comerciales, aunque estos, en su gran mayoría, conservan el modelo tradicional de venta. Los menos rentables, eso sí, ya no tienen asegurada su continuidad, como los de Los Arcos (Sevilla) y Bahía Sur (Cádiz), vendidos en mayo a Castellana Properties. Un cambio de mentalidad ya que, hace no tanto, el cierre de un centro de El Corte Inglés parecía una cuestión tabú.
El papel del vasto patrimonio inmobiliario que la compañía tiene en sus tiendas también tiene que ver con el reto online. A cierre del año pasado, El Corte Inglés contaba con 92 grandes almacenes, 174 tiendas de conveniencia y 41 hipermercados en España, además de las tiendas de Sfera o Bricor.
Una capilaridad por todo el territorio nacional al alcance de pocos operadores, sobre todo a la hora de garantizar entregas de pedidos online en poco tiempo sea la ciudad que sea, o como puntos de recogida. Durante el año pasado, El Corte Inglés estrenó la posibilidad de entregar productos de alimentación a partir de dos horas desde la realización en los pedidos, algo que solo es realizable con una notable eficiencia logística y de recursos. En estos también entra la plantilla: más de 90.000 personas. El grupo contrató a AT Kearney reorganizar puestos u ganar en eficiencia, una de las obsesiones para una empresa de este tamaño.
Como presidenta de El Corte Inglés Marta Álvarez no será la encargada de gestionar el día a día de todas estas cuestiones, puesto que su presidencia no tendrá responsabilidades ejecutivas. Pero sí deberá asegurarse de que esa gestión va en la línea del camino que el consejo de administración fije para el futuro de El Corte Inglés, algo que deberá acometer una vez compruebe si las novedades que está incorporando definen o no su modelo de negocio futuro.