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A fondo
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Claves para invertir en la era del 5G

El arranque comercial debería ser en 2020 y en las dos primeras fases los márgenes serán muy atractivos

Reuters

La tecnología emergente 5G es una red inalámbrica muy rápida y de baja latencia, que favorecerá el despliegue masivo de dispositivos IoT, potentes móviles o coches autónomos hiperconectados, entre otras posibilidades.

Para invertir en 5G hay varias alternativas. Una estrategia pasa por analizar las distintas fases en el tiempo en que se desarrollará el mercado, poniendo el foco en compañías que directamente se beneficiarán del 5G. Por el momento, en esta temprana etapa de mercado, pocos beneficios se han podido extraer del 5G

La primera fase está clara: se trata de disponer de chips o módems. Sin ellos, simplemente no hay 5G. Son circuitos integrados complejos y multimodales (capaces de operar con distintas redes, no sólo 5G), basados en potentes procesadores que gestionan la conectividad. Estos módems descargan a la CPU principal del dispositivo (un terminal móvil, por ejemplo) de esta tediosa actividad, que podría llegar a consumir múltiples recursos del procesador principal. Ya están operativos los primeros chips 5G y continuarán apareciendo versiones más evolucionadas.

En esta primera etapa, como líder destacado está la americana Qualcomm, que dispone de un potente portafolio de soluciones y patentes. Qualcomm tiene un ingenioso y eficiente modelo para gestión de ingresos de propiedad intelectual: no los percibe con la venta del chip, sino cuando se vende el dispositivo que integra su modem. Esto hace que pueda beneficiarse de otras mejoras ajenas a su tecnología y que se introducen en el móvil (cámara, pantalla, etc). Hay varios procesos judiciales abiertos por esta cuestión. En esta primera fase, también pueden incluirse otros proveedores de componentes, como MediaTek, Broadcom, Skyworks, Qorvo o Xilinx, por ejemplo.

También están las compañías que ofrecen instrumentos de medida y verificación para tecnología 5G, imprescindibles para diseñar y validar productos. Sus instrumentos serán utilizados por fabricantes de circuitos integrados o terminales móviles. Empresas como la alemana Rohde & Schwarz o la japonesa Anritsu, están bien posicionadas en este segmento.

En la segunda fase del mercado están los proveedores de equipos que utilizarán estos módems, junto con el hardware y software necesario que posibilite el despliegue 5G. Sin duda, la compañía aventajada del grupo es la china Huawei. No obstante, las recientes tensiones en materia de seguridad y disputa comercial entre USA y China pueden limitar significativamente el avance de Huawei y, por ende, trastocar los planes de muchas empresas que iban a integrar sus productos. Si esto se produce, implicará un retraso en el despliegue efectivo del 5G (quizá un año). En este escenario, los candidatos naturales para beneficiarse de tal situación son las europeas Ericsson y Nokia. Sin embargo, estas empresas también quedan expuestas a perder su cuota de negocio en el mercado chino, una fuente importante de sus ingresos.

Además, en esta etapa también hay que contemplar a proveedores de torres de comunicación e infraestructura, como es el caso de Cellnex, American Tower, Crown Castle o Inwit, por citar algunos. Concretamente, Cellnex es el primer operador de infraestructura inalámbrica en Europa.

Será en la tercera fase cuando ya se incorporará un amplio abanico de compañías que comercializarán productos y servicios heterogéneos 5G. Un grupo de ellas está formado por operadoras de telefonía: AT&T, Deutche Telekom, NTT, Telefónica, Verizon o Vodafone, entre otras. Muchas de ellas ya han acudido a las subastas de frecuencias que se llevan a cabo en distintos países, un proceso que aún sigue en marcha. Obtener estas licencias de frecuencias es imprescindible para operar, las cuales suelen tienen un coste elevado de inversión y periodos largos de recuperación del capital.

Pero en esta fase, el grupo más vistoso es el que forman los fabricantes de terminales y dispositivos móviles, como Apple, Samsung, ZTE o Xiaomi, por citar algunos.

También hay que contemplar a empresas que ofrecerán servicios orientados a la red y a los actores que la orquestan (B2B y B2A) como, por ejemplo, gestoras de tráfico de datos y seguridad, analítica de servicio o desarrolladores de aplicaciones varias, muchas de ellas de nueva concepción.

En cualquier caso, para invertir en 5G, será determinante prestar atención al timing para cada una de estas fases y al solapamiento que se producirá entre ellas. En este apartado hay que hacer algunas consideraciones.

En el 2019, ya operan sistemas 5G a modo prueba o con escala reducida. En este inicio, las prestaciones están lejos del potencial de 5G. El verdadero arranque comercial debería de producirse a partir del 2020, con un despliegue masivo entre 2022 y 2025, para luego continuar creciendo. Hay que tener en cuenta que muchas de estas empresas recogerán sus beneficios de actividades 5G diferidos en el tiempo (un año, por ejemplo).

Durante las dos primeras fases, los márgenes se perfilan muy atractivos para las compañías. En las siguientes etapas, hay más variables que entran en juego, dado que son grandes inversiones a largo plazo. De hecho, la utilización de varias frecuencias, la fragmentación geográfica, la competencia existente y la sincronización en el despliegue de la infraestructura y aplicaciones, pueden repercutir significativamente en los resultados de las empresas.

Además, hay que tener en cuenta la incertidumbre inducida por las tensiones entre USA y China, que podrían condicionar sensiblemente el desarrollo del mercado.

Por último, comentar que se han nombrado algunas compañías con exposición relativamente directa al 5G, pero hay muchas más. Tampoco hay que olvidarse de los que ofrecen infraestructura y servicios en la nube, como Intel (CPUs de servidores), Amazon, Google, Microsoft, etc. Además, se añadirán miles de empresas en múltiples sectores, que también se beneficiarán de esta tecnología a medida que el mercado vaya madurando.

En estas circunstancias, parece que hay tiempo de sobra para invertir en 5G.

 Xavier Alcober es Ingeniero consultor

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