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Los arquitectos españoles 'reconstruyen' Notre Dame

La mayoría apuesta por hacer una copia fidedigna de la catedral gótica, aunque hay sugerencias arriesgadas que introducen la tecnología

AP

Apagada la última llama, toca reconstruir. Lo anunció el presidente francés Emmanuel Macron, cuando el fuego todavía no estaba totalmente sofocado, en un mensaje esperanzador. “Vamos a reconstruir la catedral de Notre Dame todos juntos”. Pocas horas más tarde le puso fecha a esa reconstrucción, ya que aseguró que en cinco años lo conseguirían.

De lo que se trata ahora, señala el arquitecto Iñigo Ortiz, socio fundador de Ortiz León Arquitectos, es de acometer varias fases que comienzan con un diagnóstico de la situación para realizar la foto fija de los desperfectos. Este trabajo puede llevar cerca de un año, al que le sigue un periodo de debate sobre el proyecto a desarrollar, si se reconstruye como estaba o se realiza con técnicas modernas, o por el contrario se realiza una actuación que lleve la firma de algún arquitecto reconocido internacionalmente. En total serían unos seis años hasta que la catedral vuelva a lucir en todo su esplendor. “A este trabajo lo llamaría de recuperación del edificio a la ciudad, y creo que no tendría sentido hacerlo igual, ese será el gran debate”, apunta Ortiz, que apuesta por un planteamiento diferente utilizando las nuevas tecnologías. “Se entendería más un edificio virtual en 3D, en el que se viera cómo estaba antes del incendio, y hacer un planteamiento más en la línea del siglo XXI”, señala el arquitecto, que recuerda la reconstrucción que se realizó en el siglo XIX, a cargo del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, que incorporó al edificio original del siglo XII la cubierta y la aguja que se desplomó este lunes con las llamas.

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Para el arquitecto Rafael de La-Hoz la mejor opción sería reproducir la catedral tal y como estaba, “ya que forma parte de la memoria de la gente”, aunque lo más complicado, asegura, es recuperar las piezas que se hayan perdido de mayor valor artístico, “ya que con estas no se podrá innovar”. En su opinión, la parte más dañada aparentemente por el fuego, en esta ocasión, es la que mejor se podrá reproducir, ya que data del siglo XIX, y aunque tiene “valor histórico, desde el punto de vista arquitectónico es menor porque era la zona más joven”. Y recuerda el gran daño que se hizo a este templo durante la Revolución francesa, “y se pudo recuperar”.

A la espera de que se evalúen definitivamente los daños, que como señalaba Ortiz puede pasar un año antes de tener el inventario definitivo, otro arquitecto, Carlos Lamela, al frente de Estudio Lamela, recuerda que todo siniestro arquitectónico es fácil de recuperar. “Solo hace falta dinero y tiempo, pero lo que es irremplazable son las obras de arte, los retablos, las pinturas y las esculturas”, apunta. Y recuerda que todo edificio de las características de Notre Dame, a lo largo de su historia, en este caso 850 años, está sometido a continuas modificaciones. “Desgraciadamente es bastante normal, porque los incendios se suelen producir cuando se hace una obra. Pasó con el Liceo de Barcelona o con el Teatro La Fenice de Venecia, que se incendiaron cuando se estaban haciendo obras”, recuerda Lamela, que también apuesta por reproducir la obra tal cual estaba, ya que se trata de un trabajo de una gran responsabilidad.

El mismo patrón seguiría Antonio Cruz, socio fundador del estudio Cruz y Ortiz Arquitectos, que cree que es todavía pronto para hablar de proyectos, aunque debido al componente histórico y sentimental de esta catedral, la opción más segura es reproducir de manera fidedigna, sin realizar interpretaciones, esta obra de arte. “La catedral es una imagen que está fijada en el conocimiento de toda Europa, no solo de los parisinos. Por tanto, creo que se debería reconstruir de la misma manera y no es necesario realizar modificaciones”, afirma Cruz, que aporta otra reflexión más. “Debería ser una construcción ortodoxa en cuanto materiales y técnicas existentes, sin utilizar la tecnología, pero garantizando la seguridad del edificio”, señala.

En esta línea de trabajo, el estudio escocés Page Park está reproduciendo a imagen y semejanza, con la mismas piedra, materiales y técnica, la escuela de arte de Glasgow, tal y como la concibió el arquitecto Mackintosh, que fue devastada en un incendio en 2014. “Con este trabajo también están recuperando oficios que se habían perdido”, señala Iñigo Ortiz. Una idea con la que comulga el profesor de la Universidad Politécnica y exdirector del Instituto Patrimonio Cultural de España, Alfonso Muñoz, quien apunta que también existe un patrimonio inmaterial asociado. “Desde los elementos de culto al sonido de las campanas”, recuerda.

Lo que ha pasado esta semana en París debería ser objeto de una profunda reflexión, ilustra el arquitecto Enrique Ibáñez, quien asegura que la mayoría de los edificios que conforman el patrimonio cultural de muchos países, entre ellos España, no cumplen con el código técnico de electricidad. “Es necesario invertir en cómo se protege, en seguridad, y sobre todo cuando se va a acometer una obra de reforma de esta magnitud”, señala el experto, que, al igual que el resto de los arquitectos consultados, le quita hierro a lo sucedido, ya que todo este tipo de acontecimientos forman parte de la historia de una catedral.

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