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El Parlamento británico tumba de nuevo el Brexit y deja al Reino Unido frente al abismo

Tusk convoca una reunión extraordinaria del consejo europeo para el 10 de abril, dos días antes de una ruptura brusca

CINCO DÍAS

Tres veces ha votado el Parlamento británico el acuerdo de Theresa May sobre el Brexit y tres veces han dicho no. Con 344 votos en contra y 286 a favor, es decir 58 votos de diferencia, el plan de la premier queda definitivamente en vía muerta. Y el escenario que se abre es incierto. Cualquier opción es posible, desde un Brexit duro en dos semanas (el 12 de abril, el peor de los escenarios) a una prórroga que puede ser de meses (no  se descarta que sean años) y que obliga a Reino Unido a participar en las elecciones europeas del próximo mes de mayo. 

La libra que registraba ligeras subidas antes de la votación (cercanas al 0,15%) cae ahora un 0,4%. 

Poco después de conocerse el resultado de la votación, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha convocado una reunión de emergencia para el próximo 10 de abril. "A la vista del rechazo del Acuerdo de retirada por parte de la Cámara de los Comunes, he decidido convocar un Consejo Europeo el 10 de abril", ha señalado en un tuit. Para poder acordar una nueva prórroga del Brexit, y evitar la salida brusca de Reino Unido, los 27 líderes europeos tendrán que dar visto bueno, por unanimidad, a esa extensión del plazo. 

Tras certificarse su derrota, May aseguró que continuará luchando por un "Brexit ordenadado". Reconoció que las implicaciones del tercer rechazo parlamentario son "graves": el efecto legal, ha dicho, es que ahora "Reino Unido tiene que abandonar la Unión Europea el 12 de abril". Solo 14 días, ha añadido, un plazo que "no es suficiente para acordar, legislar y ratificar un acuerdo. Y sin embargo, la cámara ha dejado claro que no permitirá irse sin un acuerdo. Tendremos que acordar un camino alternativo para seguir adelante", dijo. 

La de este viernes era la última oportunidad de May para que el próximo 22 de mayo Reino Unido abandonara la Unión Europea con el plan pactado. Ahora se abre un escenario de incertidumbre. Primero, los diputados tendrán que decidir si el 12 de abril dejan la UE a las bravas, sin acuerdo: es el escenario más temido, pero a la vez improbable, ya que una mayoría parlamentaria tendría que apoyarlo. Después, Londres tendrá que explicar a Bruselas sus planes, y los 28 países europeos aprobar la prórroga, más o menos larga.  

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Los plazos implican "casi con toda seguridad", según ha reconocido May, que Reino Unido participará en las elecciones europeas de mayo. "Me temo que estamos llegando a los límites de este proceso en la Cámara", ha asegurado.

Estrategia para la votación

La decisión del jueves de May de dividir en dos el acuerdo y someter hoy únicamente a votación el plan de salida (un texto jurídicamente vinculante que regula los derechos de los ciudadanos, la factura millonaria de Reino Unido a la UE, así como la polémica salvaguardia para impedir una frontera dura entre las dos Irlandas) y dejar fuera la declaración sobre la relación futura (un texto político no vinculante que sienta la bases de los futuros lazos comerciales)  no surtió el efecto esperado entre determinados laboristas, ya que muchos eran partidarios de una relación comercial mucho más cercana con la UE, como la permanencia en la Unión aduanera.

Durante toda la mañana, varios diputados  cambiaron el sentido de su voto (habían votado en contra las dos veces anteriores) y alentó las expectativas de que el plan de May pudiera salir adelante.  A ello se sumaron dos prominentes euroescépticos y ex ministros, Dominic Raab y Boris Johnson que anunciaron que votará a favor. En paralelo, los medios británicos informan de que un grupo de laboristas (elegidos en distritos pro Brexit) podrían también cambiar de opinión. Quienes no movieron su posición son los 10 diputados norirlandeses del DUP, socios de Gobierno de Theresa May. "No vamos a permitir que la posición de Irlanda del Norte dentro de Reino Unido, su economía, y la voluntad de todo el país sea un juego en manos de los burócratas de Bruselas", criticóel diputado norirlandés Sammy Wilson.

Para conseguir sacar adelante el acuerdo, , la líder conservadora hubiera necesitado el respaldo de 317 diputados. Tras la primera e histórica derrota el 15 de enero, el pasado 12 de marzo, el texto fue tumbado por segunda vez ya que solo obtuvo los votos a favor de 242 diputados (235 tories, 3 laboristas y cuatro independientes), frente a 391 votos en contra. En la tercera votación han sido 344 votos en contra, es decir, 47 diputados han cambiado el sentido de su voto.

Para salir victoriosa, May hubiera necesitado que, además de esos 242, 75 diputados que entonces votaron en contra cambiaran hoy el sentido de su voto.  

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