Londres tiene hasta el 12 de abril para pedir una prórroga o exponerse a un Brexit sin acuerdo
El Parlamento volverá a reunirse el lunes para tratar de encontrar una salida al proceso
Por tercera vez, los diputados británicos han rechazado este 29 de marzo el plan del Brexit de Theresa May, el mismo día en que estaba inicialmente previsto el divorcio de Reino Unido de la UE. La derrota, aunque menor que las dos anteriores, podría enterrar definitivamente el acuerdo sellado entre la primera ministra y Bruselas, tras más de dos años de duras negociaciones. Supone también que Reino Unido no podría acceder a la prórroga acordada por la UE hasta el 22 de mayo, sino que se vería ante un nuevo precipicio en tan solo dos semanas.
Sin la luz verde al acuerdo, Londres deberá solicitar cuanto antes a los Veintisiete una prórroga larga si no quiere exponerse nuevamente a un Brexit duro el próximo 12 de abril, un escenario potencialmente catastrófico y rechazado por la mayoría de los Comunes, aunque "probable", según ha valorado esta tarde la Comisión Europea. "Siento que estamos llegando al límite de este proceso", ha lamentado May tras conocer el resultado de la votación, perdida por 58 votos de diferencia (344 votos en contra y 286). Cualquier prórroga, ha añadido, "necesitará ir acompañada de un objetivo claro para ser aprobada de forma unánime por los Veintisiete y supondrá, con casi total seguridad, participar en las elecciones europeas", que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo.
Tras conocer la nueva derrota de la premier, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha anunciado la convocatoria de una cumbre europea de emergencia el próximo 10 de abril en Bruselas. El negociador jefe de la UE para el Brexit, Michel Barnier, ha lamentado el resultado de la votación y ha emplazado a Reino Unido a informar sobre los próximos pasos antes de que se celebre la cumbre. Aún así, la institución comunitaria afirma estar preparada para afrontar un Brexit duro, después de haber adoptado numerosos planes de contingencia que, a pesar de que no erradicarían los efectos adversos, sí permitirían minimizarlos.
Este lunes 1 de abril la Cámara de los Comunes volverá a pronunciarse sobre una serie de votos indicativos, unas enmiendas alternativas para tratar de consensuar una hoja de ruta que consiga de una vez un respaldo mayoritario de los Comunes. Una estrategia que, sin embargo, fracasó estrepitosamente el miércoles, cuando los diputados tumbaron las ocho propuestas que se habían puesto encima de la mesa. Aunque ninguna consiguió una mayoría clara, dos de ellas recabaron más apoyos que el resto: la de permanecer en una unión aduanera (rechazada por apenas 6 votos de diferencia) y la que condicionaba la ratificación de cualquier acuerdo a la celebración de un segundo referéndum (una diferencia de 27 votos), lo que da una idea de hacía dónde podrían ir los tiros la semana que viene.
Precisamente sobre la posibilidad de profundizar la relación comercial entre ambos bloques se había pronunciado esta mañana Barnier, adivinando el rechazo en Westminster. "Estamos listos para una relación más ambiciosa entre la UE y Reino Unido tras el Brexit. Estamos abiertos a trabajar en una unión aduanera permanente si el Reino Unido así lo propone", había anunciado Barnier en una conferencia en Varsovia.
Según sostiene la responsable para Europa de la BBC, Katya Adler, la UE podría llegar a plantearse mantener la prórroga hasta el 22 de mayo, pero únicamente si de los votos indicativos del lunes resulta un respaldo mayoritario por alguna opción, como podría ser la de la unión aduanera. Pero para ello, May tendría que recoger el guante del mandato parlamentario (que no es jurídicamente vinculante) y solicitar a la UE que incluyera esta nueva vía en la declaración sobre la relación futura (el único texto que Bruselas está dispuesta a modificar), y asegurar a la UE que entonces así podría aprobar el acuerdo. Muchas hipótesis para unos socios comunitarios que ya han perdido prácticamente toda la confianza en May.
Volviendo a la posible extensión, sería imprescindible que Londres presentara una hoja de ruta clara, algo que podría implicar, según indicó Barnier hace unas semanas, la puesta en marcha de un proceso de cambio político en Londres. Esto pasaría bien por la marcha de May, la convocatoria de elecciones anticipadas que pudieran dar una nueva aritmética al Parlamento, o la celebración de un segundo referéndum, que según la mayoría de encuestas, podría dar por muerto el Brexit. Como último recurso, Reino Unido podría decidir revocar el artículo 50 y poner punto final a todo el proceso, tres años después de que el pueblo británico decidiera salirse de la UE.
Aunque el miércoles May supeditó su dimisión a la aprobación del acuerdo, tras el nuevo fracaso, la oposición le ha pedido que se marche. "[May] debe irse ya, no en el futuro, para que podamos decidir los próximos pasos en unas elecciones generales", ha instado el líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, una petición secundada por los escoceses del SNP.
La convocatoria de comicios anticipados, una opción que parece cada vez más probable, tendría que se propuesta por la primera ministra y lograr el respaldo de dos tercios del Parlamento. De salir adelante, serían las terceras elecciones generales en apenas cuatro años, tras las celebradas en 2015 (en las que ganó David Cameron) y las de 2017 (en las que Theresa May salió debilitada), una secuencia sin precedentes en las últimas décadas.