Cómo ahorrar si la pensión no le preocupa
Los fondos de pensiones juegan un papel secundario
Cómo complementar la pensión pública que recibiremos cuando nos retiremos del mundo laboral es lo que nos preocupa a la mayoría de nosotros. Sin embargo, cuando hablamos de personas con alto poder adquisitivo la incertidumbre es, precisamente, cómo mantener su abultado patrimonio para que rente lo suficiente como para asegurarse una jubilación cómoda y no perder nivel de vida.
Para estos perfiles, lo normal, según Belén Alarcón, directora de planificación patrimonial de Abante, “no es que opten por un vehículo para planificar la jubilación, sino que construyan una cartera de inversión en la que se combinen de forma equilibrada activos financieros y no financieros, y que se canalice ese patrimonio a través de varios vehículos de inversión”.
Se utilizan más como herencia que para rescatar en la jubilación
En el caso de clientes de grandes patrimonios, “el plan de pensiones juega un papel secundario, ya que en la mayoría de los casos las aportaciones se hacen por el ahorro en el IRPF que generan”, aclara Carmelo Lázaro, director de grandes patrimonios de Tressis.
De acuerdo con su experiencia, dentro de su planificación patrimonial, “esta inversión suele tener como objetivo destinarla directamente a los herederos, descartándose el rescate, ya que cuentan con otras fuentes de renta o liquidez, con una fiscalidad más favorable”.
Más que un vehículo para planificar la jubilación, construyen una cartera de inversión
La experta de Abante lo argumenta con el siguiente ejemplo: “La cantidad anual máxima que se puede aportar a planes de pensiones es de 8.000 euros. Eso significa que, en el supuesto de que se hubiese estado aportando desde los 30 años hasta los 65 años dicha cantidad, por la que hubiera obtenido una rentabilidad del 4%, se podría disponer de una renta de 1.000 euros mensuales (actualizado por el IPC). Esto, probablemente, para una persona con un patrimonio elevado, no sería suficiente para financiar el nivel de vida deseado”.
Otro caso es si bajamos un poco el nivel y nos referimos a personas con ingresos del trabajo o actividades económicas elevadas; estos sí invierten en planes de pensiones, ya que “tienen la ventaja fiscal de que, del importe invertido, Hacienda le devuelve entre 43,5% y el 49%, según la comunidad autónoma en la que resida. Por este motivo, el fiscal, es frecuente en este tipo de perfil invertir en planes de pensiones”, aclara Alarcón.
En clientes de grandes patrimonios, el plan de pensiones juega un papel secundario; en la mayoría de los casos las aportaciones se hacen por el ahorro en el IRPF que generan
También Lázaro habla de casos en los que sí se utilizan los planes, como el de directivos de primer nivel de grandes compañías, “que reciben las aportaciones a planes como vía de remuneración, lo que hace que acumulen sumas de dinero importantes y que el objetivo de esta inversión no sea el sucesorio, sino, por ejemplo, mantener el nivel de vida cuando se jubilen”.
No obstante, para María José Lozano, del departamento de planificación financiera de Atl Capital, “los planes de pensiones son el producto más conocido en cuanto al ahorro destinado a la jubilación, debido a la ventaja fiscal que suponen, independientemente de si nos dirigimos a un inversor medio o a un cliente de grandes patrimonios”.
En cualquier caso, el paso inicial para realizar una propuesta de inversión destinada a la jubilación de cualquier persona “es conocer el caso individual de cada uno de nuestros clientes, conociendo las necesidades y objetivos que querrán cubrir en dicho momento. Para este tipo de análisis, realizar un estudio de planificación financiera suele ser el instrumento más eficiente para escoger la mejor estrategia de inversión que se adapte a su situación particular”, resume Lozano.