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Turquía prevé recuperar otros 2,4 millones de viajeros europeos este año

La devaluación de la lira y la mayor conectividad aérea, claves en la recuperación del destino

Llegadas de turistas a Turquía

El ciclo virtuoso del turismo español, que le ha llevado a ganar 30 millones de viajeros extranjeros entre 2010 y 2018, da muestras de agotamiento. En el último ejercicio, la llegada de turistas apenas creció un 0,9% y reflejó un profundo ajuste en el volumen de turistas británicos y alemanes, con un recorte cercano a los 850.000 viajeros, que optaron por otros destinos.

La principal razón de ese ajuste está en Turquía, que solo en 2018 ha recuperado 8 millones de viajeros, una parte importante europeos. Las previsiones que maneja el Ejecutivo otomano son aún mucho más optimistas y auguran que este año se podrían recuperar hasta 2,5 millones de viajeros europeos, volviendo a las cifras previas a la última crisis, que arrancó en 2015.

El análisis del lobby Exceltur, a partir de los últimos datos del Ministerio de Turismo de Turquía y al que ha tenido acceso Cinco Días, muestra cómo la llegada de turistas europeos a Turquía todavía no ha recuperado el nivel previo a la última crisis, iniciada en 2015, y que podría alcanzarlo este año, siempre según las previsiones oficiales del Ejecutivo turco. Entre enero y noviembre de 2018, los grandes mercados europeos aportaron 9,5 millones de viajeros a Turquía frente a los 11,9 millones registrados en 2015.

La lira turca perdió un 24,8% de su valor en 2018 respecto al euro, abaratando los viajes desde la zona euro

El mercado europeo más importante es Alemania, de donde llegaron 4,3 millones de viajeros el pasado ejercicio, lo que supone un 45% del total. Esa cifra, sin embargo, revela que aún queda un margen de un millón de viajeros para recuperar los niveles precrisis. El segundo mercado por volumen de viajeros es Reino Unido, con 2,2 millones (un 23% del total), en el que el margen de mejora se reduce a 263.000 viajeros. El tercero en la clasificación es Holanda, con 980.555 viajeros (un 10,3% del total), a la que todavía le faltan 219.000 personas para llegar a las cifras registradas en 2015. El cuarto lugar lo ocupa Países Nórdicos, con 969.187 viajeros y una brecha de 533.190 viajeros. La lista la completan Italia y Francia, que podrían aportar 224.191 y 120.966 viajeros este año, respectivamente.

Esa recuperación para volver a niveles precrisis ya se ha producido en el resto de mercados e incluso se ha llegado a superar esos niveles. Eso explica que entre enero y noviembre de 2018, Turquía recibiera 37,5 millones de viajeros, lo que supone 2,7 millones más respecto a 2015. La clave, según Oscar Perelli, director de estudios e investigación de Exceltur, está en la recuperación de los mercados de proximidad, fundamentalmente Oriente Medio, Rusia, Golfo Pérsico y ciertos destinos asiáticos. En su opinión, la clave de la recuperación del turismo en Turquía obedece a varias razones.

La más importante es la devaluación de la lira turca frente al resto de divisas. En la comparación con el euro, la divisa turca perdió un 24,8% de su valor en 2018, convirtiéndose en la segunda divisa que más valor perdió, tan solo por delante del peso argentino, que se depreció un 48,2%. Esta bajada de precios en Turquía ha coincidido en el tiempo con un fuerte incremento de tarifas en España, lo que podría explicar la pérdida de 535.000 viajeros alemanes en 2018. En el caso de la libra esterlina, la depreciación ha sido del 21% frente a la lira turca, lo que también justificaría la pérdida de 356.000 viajeros británicos. “Por el precio de un tres estrellas en Palma de Mallorca tienes un cinco estrellas en Antalya”, recalca el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda.

El segundo elemento que ha disparado el atractivo turístico es la mejora de la conectividad aérea. Y en este punto ha jugado un papel protagonista Turkish Airlines, la aerolínea de bandera de Turquía, que ya vuela a 304 aeropuertos de 120 naciones, convirtiéndose en la aerolínea del mundo que vuela a más países. La aerolínea cerró 2018, según sus primeras estimaciones, con un balance de 74 millones de pasajeros y se prepara para seguir creciendo gracias al nuevo aeropuerto de Estambul, que una vez finalice su construcción (la inauguración está prevista para 2025) se consolidará como el de mayor capacidad de pasajeros, con 200 millones de usuarios, por delante del aeródromo de Atlanta (104 millones) y el de Beijing (94 millones). En este punto también ha jugado a favor del turismo el apoyo del Ejecutivo turco, que cerró un acuerdo con la aerolínea para añadir 850.000 asientos adicionales en vuelos directos.

Perelli resalta también la recuperación de las relaciones institucionales entre Berlín y Ankara y el estrechamiento de relaciones económicas entre grandes firmas alemanas y turcas, pese al impacto negativo que ha tenido la depreciación de la lira turca. En Alemania viven 3,1 millones de ciudadanos turcos, mientras que las empresas alemanas tienen comprometidas inversiones en suelo turco por valor de 12.000 millones de euros.

El último factor determinante para el auge del sector turístico en Turquía son los reducidos costes laborales frente a España, lo que supone una ventaja añadida para aquellas empresas que apuestan por crecer en los grandes destinos de sol y playa de Turquía. En paralelo se ha producido una recuperación de los salarios en la hostelería en España para tratar de compensar los profundos ajustes que se realizaron durante la crisis. El caso más paradigmático se produjo en Baleares, con una subida del 17% en cuatro años.

El impacto de los atentados en Egipto

Seguridad. El otro gran destino que compite con España es Egipto, que llegó a albergar a 14 millones de viajeros en 2010. La sucesión de atentados terroristas y la falta de seguridad le ha impedido recuperar esa cifra. En 2017, las llegadas llegaron a 8,3 millones.

Rusia. Es el mercado que más se ha resentido, como consecuencia de la prohibición de volar a Egipto desde octubre de 2015. Esa prohibición solo se ha levantado de forma parcial.

Asia. Los turistas asiáticos (en el último atentado de diciembre murieron tres viajeros vietnamitas) han cogido el testigo de los rusos y ya suponen el 12% del total, lo que supone el doble del porcentaje que representaban en 2010.

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