Las ramas STEM no logran frenar la brecha de género
Las ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas consiguen reducir en parte las diferencias A pesar de ello, el salario y la inserción y seguridad laboral siguen desequilibrados
Las mujeres son mayoría en la universidad. Durante el último curso, el espectro femenino representaba al 55% del total de egresados frente al 45% masculino. Además, de cada diez graduados que salían al mercado laboral, seis eran mujeres. Sin embargo, tras los estudios, este trabajo e implicación no se ven del todo reconocidos. Los hombres con estudios superiores sufren menores tasas de paro que las mujeres (un 17,2% frente el 20,5%), menores cifras de precariedad laboral (40,1% de contratos indefinidos frente a un 47,7%) y menores tasas de relaciones laborales temporales (27% de contratos temporales frente a un 38%).
Mientras tanto, a la espera de que la brecha de género se corrija mediante el impulso de las políticas necesarias, algunas titulaciones se erigen como alternativa para conseguir, al menos, hacer este salto más pequeño. Es lo que se deduce del último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), en el que se analiza la participación e inserción laboral de la mujer titulada en las conocidas como ramas STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).
A bote pronto, se observa que en lo relativo al nivel salarial hay menos discriminación para las mujeres STEM que para el conjunto de tituladas. De la misma forma que, en general, hay una mejor inserción laboral que en el resto de grados. Sin embargo, a la hora de analizar la presencia femenina en estas ramas, las cifras, aunque a paso lento, descienden año tras año de forma ininterrumpida. Mientras que en el curso 2006-2007 el porcentaje femenino que ocupaba esta categoría se situaba casi en un 33%, en el curso 2016-2017 la cifra se quedó en el 31,6%.
Este descenso, explican desde la Fundación CYD, se observa en todas las subdivisiones STEM, pero cobra fuerza en ramas que hace 10 años eran eminentemente femeninas, como las ciencias, las matemáticas y la estadística. En estos campos, por aquel entonces, el porcentaje femenino superaba el 57% del total, mientras que a día de hoy no pasa del 49%. La caída también ha sido acusada en especialidades como la informática, que ha pasado en este tiempo del 17,6% de presencia femenina al 12%. Y mucho más suave en ramas como la ingeniería, que ha pasado del 29,9% al 28,4%.
La presencia de mujeres únicamente es mayoritaria en algunas ramas cuando se disgrega el conjunto de las titulaciones. De un total de 48 grados dentro de las ramas STEM, como Física, Ingeniería de Minas, Ingeniería del Automóvil, Desarrollo de Videojuegos o Enología, las mujeres solo tienen presencia mayoritaria en 11. El título más feminizado es Biomedicina (75,9% de mujeres), seguido por Ciencia y Tecnología de los Alimentos (67,7%) y Bioquímica (64,3%). A estos les siguen por este orden Ingeniería Alimentaria, la suma de otras ciencias, Biología, Biotecnología, Ciencias del Mar, Química, Urbanismo y Paisajismo y, por último, Ingeniería Medioambiental, con un 51%.
Con todos estos datos sobre la mesa se observa que la pérdida de presencia femenina en estas ramas de conocimiento no hace otra cosa que empeorar aún más las estadísticas sobre igualdad. Y es que tanto para los hombres como para las mujeres STEM se observa, en general, una mejor inserción laboral que para el resto de graduados, que queda desaprovechada si las tasas de presencia femenina no avanzan.
Más aún cuando los titulados de estas ramas siguen teniendo más facilidades que sus compañeras. Un 78% de los graduados STEM trabaja, frente al 74% de las graduadas. El 27% de ellos tiene un contrato temporal frente al 38% de ellas. Y casi el 30% de los varones graduados se encuentra dentro del quinto quintil de ingresos (el más elevado), casi el doble que el porcentaje de mujeres dentro de esta franja salarial (15,2%).
Menor salario en las ramas más feminizadas
Mejor que la media, pero lejos de la igualdad. La brecha salarial entre hombres y mujeres a los cuatro años de haberse graduado es de un 11,4%. Las carreras STEM son las que más consiguen reducir esta diferencia, pero los resultados no son absolutos. Así, en matemáticas, el salto salarial entre ellos y ellas es del 10%, en físicas, químicas y geología asciende al 8,4%, y en ingenierías llega al 6%. Incluso en las profesiones más feminizadas, como las ciencias de la salud, la diferencia sigue siendo importante, llegando al 5,4%.