La brecha entre la deuda española e italiana se amplía a máximos sin precedentes durante la crisis
El mercado pide casi 200 puntos básicos más por el bono de Italia respecto al español La deuda española no se contagia y apenas sufre por la debilidad del Gobierno de Sánchez
El castigo del mercado sobre la deuda italiana va in crescendo después del desafío lanzado por el Gobierno de Roma a la Comisión Europea en la elaboración de los Presupuestos de 2019. El incremento del déficit público estimado para el próximo año al 2,4% ha reavivado la desconfianza de los inversores hacia Italia, de la que ahora se pone seriamente en duda su compromiso con la disciplina fiscal. Y el consiguiente aumento de la prima de riesgo italiana, que estos días se mueve en torno a los 300 puntos básicos, está estableciendo además una situación sin precedentes respecto a la deuda soberana española.
La brecha abierta entre el bono español a 10 años y el italiano se amplió hoy al inicio de la sesión a casi los 200 puntos básicos a favor de España, un nivel nunca visto a lo largo de la crisis. El rendimiento del bono italiano comenzó la jornada cerca del 3,6%, frente al 1,6% español, si bien se modera durante la jornada por debajo del 3,5% gracias a la confianza mostrada por el ministro de Economía Giovanni Tria en un acuerdo con Bruselas. Aun así, el rendimiento del bono italiano ha trepado estos días a máximos de febrero de 2014, mientras que el del español se mantiene sin apenas cambios en el 1,6%, prueba de que la deuda soberana evita el contagio desde Italia.
"Observamos una falta de liquidez tremenda en el bono italiano, cuesta mucho hacer operaciones. Los inversores tienen miedo", explica Javier Casal, director de la mesa de deuda pública de Ahorro Corporación. El experto apunta que, a diferencia de lo visto en la crisis de deuda soberana de 2012, "ahora el único mal es Italia", y añade que España se mueve en la actualidad en otra división en el mercado de capitales después de las mejoras de rating registradas en la primera mitad del año. "Los inversores tienen a España en otro concepto, el impacto por Italia es muy limitado", añade. En este sentido, los expertos destacan el compromiso mostrado por el Gobierno español con la disciplina fiscal, después de que los objetivos más flexibles planteados por Pedro Sánchez hayan obtenido el visto bueno de Bruselas.
La debilidad del Gobierno español y las dificultades para sacar adelante los Presupuestos de 2019 no están de hecho penalizando a la deuda soberana española. "Lo importante es que el Gobierno esté comprometido con el ajuste fiscal, quizá habrá más gasto pero eso también se apoyará en mayores ingresos", apunta Salvador Jiménez, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Jiménez también quita hierro a la ausencia de Presupuestos y recuerda que el Tesoro español se financió sin dificultades a lo largo de 2016, cuando la repetición de las elecciones generales en junio de aquel año provocó la ausencia de Gobierno efectivo durante casi todo el año.
La penalización del mercado sobre a Italia respecto a España se ha ensanchado aún más respecto a lo visto en mayo pasado, cuando los inversores comenzaron a inquietarse con la formación del nuevo Gobierno italiano de La Liga y el Movimiento 5 Estrellas. El bono italiano superó en aquella fecha el umbral del 3% y la distancia respecto al español se amplificó a casi los 150 puntos básicos, que quedan ahora superados con creces, con la referencia italiana a 10 años por encima del 3,5%.
Mientras la deuda soberana española mantiene la calma pese al ruido político interno, la italiana afrontará en las próximas semanas citas clave que pueden encarecer aún más la prima de riesgo de Italia. Para empezar, el Gobierno remitirá el lunes a Bruselas su proyecto de Presupuesto de 2019 y a finales de mes, S&P (el día 26) y Moody's (el día 31) se pronunciarán sobre la revisión del rating soberano italiano. El mercado da por hecha una rebaja de rating, hasta quedar solo un peldaño por encima del bono basura. El gran riesgo es que alguna de ellas lo recorte en dos peldaños y excluya a Italia del grupo de grado de inversión. "Solo eso bastaría para que muchas gestoras consideraran la deuda italiana bono basura", advierte Casal.
Las negociaciones de los próximos días entre Roma y Bruselas serán clave para establecer el grado de tensión que puede llegar a alcanzar la deuda italiana. "Italia juega la carta de que es un país clave para el euro, a diferencia de Grecia, lo que obligará a la Comisión Europea a ceder en parte", explica Casal. Desde AFI, esperan un tira y afloja que concluya con cesiones por ambas partes."El juicio del mercado y las agencias de rating será determinante. El bono está ya en niveles delicados pero si sube al 3,9% ó el 4% puede dispararse a los niveles vistos en 2012. Tendrá que darse una situación muy extrema en Italia para que haya contagio", concluye Salvador Jiménez.