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Los bonos de Italia tienen mal arreglo, con o sin Trump

La idea de que EE UU compre deuda del país es menos absurda de lo que parece, pero no basta

Giuseppe Conte, primer ministro italiano, y Donald Trump, presidente estadounidense, el 30 de julio pasado en la Casa Blanca.
Giuseppe Conte, primer ministro italiano, y Donald Trump, presidente estadounidense, el 30 de julio pasado en la Casa Blanca.REUTERS

Italia tiene una mala mano a pesar de su último as. El presidente de EE UU, Donald Trump, ha ofrecido hace poco comprar deuda italiana, según el Corriere della Sera. Aunque quiera apoyar al Gobierno radical de Roma, su administración tiene poco margen para ayudar a un país que tiene más de 2 billones de deuda.

La idea de que EE UU compre deuda italiana es menos absurda de lo que parece. Roma comparte los instintos euroescépticos de Trump, que una vez describió la UE como “enemiga”. Y sus planes para impulsar el gasto podrían llevar a una mayor demanda de exportaciones estadounidenses.

Sin embargo, es poco probable que Trump obtenga apoyo interno para ayudar a Italia, cuya deuda equivale a más del 130% del PIB y que tendrá que refinanciar 258.000 millones el próximo año. Y el FMI espera que sus recortes de impuestos eleven el déficit fiscal del país a más del 5% del PIB en 2018 y 2019.

La filtración de la oferta de Trump puede ser una señal de que el Gobierno italiano está cada vez más preo­cupado por el mercado de bonos. Las promesas de los dos partidos gobernantes de reducir los impuestos y aumentar el gasto social podrían costar hasta 100.000 millones, según Barclays. Mientras, el BCE debería detener la compra de activos a finales de este año, a pesar de los recientes llamamientos de los políticos italianos para que siga comprando.

Además, el gobierno está alejando a los inversores internacionales, al deshacer las reformas laborales y de pensiones, y amenazando con nacionalizar la concesión de autopistas. Barclays estima que las recientes reformas laborales podrían rebajar hasta 0,3 puntos porcentuales la tasa de crecimiento potencial del país, que el banco estima en solo un 1%.

La deuda italiana a diez años rinde casi tres puntos porcentuales más que la alemana y Société Générale espera que el déficit fiscal alcance el 2% del PIB el próximo año, el doble del nivel recomendado por Bruselas. Pero una caída del mercado de bonos no es ine­vitable. la UE –y los inversores– pueden mostrarse tolerantes si Italia puede hacer más para impulsar el crecimiento y reducir la deuda, por ejemplo vendiendo activos como bienes inmuebles, o haciendo que el país sea más amable con los negocios. La autoayuda es la mejor opción para Italia.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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