El auge del proteccionismo dispara las denuncias ante la OMC
Se han presentado 25 demandas este año, el máximo de la serie histórica Más de la mitad apuntan a malas prácticas por parte de EE UU
La guerra comercial iniciada por EE UU contra China, a la que acusa de ser el principal responsable de un déficit comercial que supera el medio billón de euros, se ha extendido como una mancha de aceite. Los aranceles impuestos por Trump al acero y al aluminio chino se han ampliado a la Unión Europea, México o Canadá y eso ha llevado a un incremento sin precedentes de las denuncias ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por prácticas que vulneran las normas del citado organismo en favor del libre comercio.
En lo que va de año se han presentado 25 denuncias por malas prácticas comerciales, lo que supone la cifra más elevada de la serie histórica iniciada en 1995. Solo las disputas registradas en 1998, con 23 denuncias, se acercan al registro alcanzado en los ocho primeros meses de 2018. Una cifra aún provisional y que puede crecer si se tiene en cuenta que EE UU no parece estar dispuesta a dar su brazo a torcer en su lucha contra el resto de grandes socios comerciales. La cita que mantendrán este miércoles y jueves las delegaciones de China y EE UU en Washington para tratar de rebajar la tensión entre ambos países puede ser determinante a la hora de marcar el futuro de la guerra comercial. Los expertos consideran que si esta se prolonga durante un año podría tener efectos devastadores sobre la economía mundial.
A la espera de conocer el desenlace de la reunión, lo único que se desprende de la guerra comercial es que EE UU ha impuesto en dos fases aranceles a las exportaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares (44.000 millones de euros) y China ha respondido con tarifas por un importe similar. De hecho, las dos últimas denuncias, fechadas el pasado 14 de agosto, las ha presentado el gigante asiático contra EE UU por la imposición de aranceles a los paneles fotovoltáicos y por los subsidios que ofrece a los clientes locales que compren productos fabricados en territorio estadounidense.
La mayoría de las demandas están relacionadas con los recargos al aluminio y al acero
La Administración Trump acumula 14 de las 25 denuncias que se han presentado entre enero y agosto ante la OMC. La gran mayoría de las denuncias están relacionadas con los aranceles al aluminio y el acero (Suiza, Rusia, Noruega, México, Canadá, la UE, India y China), aunque las disputas van más allá de esos dos productos. El más llamativo es Vietnam, que presentó una demanda contra EE UU el pasado 22 de febrero por las restricciones impuesta a la exportación de panga, uno de los pescados más consumidos en territorio estadounidense. “Los envíos a EE UU han sido objeto injustamente desde hace tiempo de restricciones comerciales por parte de los productores estadounidenses, al estar sujetos a leyes, normas, y prácticas administrativas que, sin testimonios científicos suficientes, están restringiendo el comercio de este producto”, reclamaban las autoridades vietnamitas en su alegato.
La OMC también recibió el pasado 14 de mayo una demanda por parte de Corea contra EE UU por los aranceles impuestos a las lavadoras de gran tamaño para hogares, a la que posteriormente se unió Tailandia. Los fabricantes coreanos elevaron la denuncia al considerar que vulneraba las reglas de libre comercio y que fijaba aranceles sin al mismo tiempo marcar un mínimo exento y unos recargos progresivos en función de las ventas.
Pero si EE UU es el principal país denunciado, también es el que ha elevado más disputas ante la OMC. En concreto ha presentado seis denuncias en lo que va de año, dos de ellas contra China y el resto contra Canadá, UE, México y Turquía. Las dos de China están relacionadas con la supuesta violación de la propiedad intelectual en productos tecnológicos, mientras que en el caso de Canadá, la UE, México y Turquía, las demandas se producían tras la respuesta de los tres primeros a los aranceles impuestos por Trump a las importaciones de acero y aluminio. En el caso concreto de la disputa con Turquía, las diferencias políticas que mantienen ambos países, socios de la OTAN, les han llevado a incrementar en agosto los aranceles que gravan las importaciones de EE UU, en el caso de Turquía, y las turcas, en el caso de la Administración Trump.
De la consulta a un panel de expertos
Límite de 60 días. La Organización Mundial de Comercio establece un plazo máximo de 60 días desde la recepción de la disputa para que las dos partes en litigio traten de cerrar un acuerdo. Si no lo alcanzan se pone en marcha un panel de expertos, que se encargará de gestionar el asunto.
Un instrumento eficaz. La OMT recuerda que el mecanismo de resolución de conflictos posibilita que durante esos 60 días muchas de las disputas no se conviertan en denuncias, “bien porque se alcanza un acuerdo o bien porque el denunciante decide retirarla”. En su opinión, las consultas permiten “aclarar los términos de la denuncia y posibles malentendidos en el trasvase de información”.
Mediación. En el caso de que las dos partes en disputa lo acepten, también se establece la posibilidad de que se nombre a un mediador externo e independiente, que emitirá un veredicto que no es vinculante.
Panel de expertos. Será el encargado de dictar sentencia en caso de que no haya acuerdo entre las partes litigantes. Fija recomendaciones y marca suspensiones a posibles medidas aplicadas por terceros países. En caso de no estar de acuerdo con esas decisiones, también pueden acudir a la Corte de Apelación habilitada por el mismo organismo.