Andy Acker: “La Bolsa se equivoca el 90% de las veces al valorar el sector sanitario”
Su fondo especializado en salud renta un 15% en el año Apuesta por firmas que desarrollan nuevas terapias contra el cáncer
La palabra cáncer sigue despertando el pánico entre los pacientes y familiares que la escuchan. Sin embargo, en los últimos meses, parece que la ciencia ha conseguido dar un paso más en la batalla contra esta enfermedad gracias a las inmunoterapias que podrán sustituir o complementar a los tratamientos con quimioterapia.
El optimismo se ha trasladado también a las Bolsas y las acciones de las dos empresas responsables de los nuevos tratamientos, Merck Sharp & Dohme (MSD) y Brystol Myers Squibb (BMS), acumulan una revalorización del 95% y el 17%, respectivamente, desde abril –cuando se presentaron los resultados de los ensayos clínicos–.
“Creemos que es un sector muy atractivo y emocionante para invertir porque ha habido una aceleración de la innovación que viene de un mejor conocimiento de los causantes de las enfermedades y de los genes que se encuentran tras ellas”, explica a CincoDías Andy Acker, comanager del fondo Global Life Sciences de Janus Henderson Investors, especializado en biotecnológicas, farmacéuticas y empresas de servicios sanitarios y equipos médicos y que renta un 15,5% en el año. Merck es tan solo una de las compañías que forman parte de su portfolio, en el que están presentes, entre otras, AstraZeneca, que aprobó recientemente un nuevo tratamiento contra el cáncer de pulmón, o Shire, centrada también en la investigación de enfermedades raras. Su cartera apuesta mayoritariamente por firmas de EE UU aunque suele tener entre un 20% y un 40% de inversión repartida entre Europa y los países emergentes.
Acker asegura que este sector es, en la actualidad, una oportunidad de inversión por las tendencias demográficas a largo plazo. “En EE UU, cada día, tenemos 10.000 baby boomers que alcanzan la edad de jubilación y las personas mayores gastan tres veces más en sanidad y cuatro veces más en medicinas respecto al resto de la población”, afirma.
Pese a todo, el estadounidense recomienda no enfrentarse a la inversión en este sector de forma individual al ser “muy dinámico y complejo”. “Tiene la mayor diferencia entre los ganadores y perdedores: durante los últimos 10 años, la brecha ha sido hasta del 250%”, subraya. Asimismo, es partidario de un modelo de gestión activa.
Para seleccionar las empresas que forman parte del fondo, la firma se basa en la regla del 99, referida al riesgo clínico y comercial de desarrollar una nueva terapia. Acker explica que “el 99% de las medicinas que están siendo testadas no llegarán al mercado” y este suele cometer errores al detectar cuáles lo harán. Asimismo, con respecto al riesgo clínico, el gestor asegura que “las estimaciones del consenso de los analistas de Wall Street son equivocadas un 90% de las veces”.
Por tanto, el objetivo del fondo es, en primer lugar, “identificar los valores con mejor comportamiento y evitar o mitigar el impacto de los peores”. Y, posteriormente, “identificar los medicamentos que pueden superar las estimaciones y aquellas compañías que pueden lograr que sus productos sean un éxito de ventas y sus acciones suban”. Esta estrategia les ha llevado a obtener mayores ganancias que el índice MSCI World Health Care, que agrupa empresas del sector sanitario.
A pesar de todo, Acker apunta que las farmacéuticas y las biotecnológicas han penalizado al sector sanitario los últimos años por un temor a que los políticos estadounidenses cumplieran sus amenazas de limitar el precio de los medicamentos. Ante el nerviosismo de las empresas, los inversores evitaron apostar por un sector que, según explica el gestor, había cotizado con una prima respecto al precio de mercado y ahora lo hace con un descuento. No obstante, en su opinión, el mercado se preocupa en exceso, pues, de llevarse a cabo, como aún amenaza el presidente de EE UU, Donald Trump, el impacto para estas será moderado.
Frente al leve efecto que estas medidas podrían tener en el sector, Acker destaca la revolución tecnológica experimentada en la industria sanitaria en las dos últimas décadas. “Los científicos poseen un mejor conocimiento de las principales causas genéticas de las enfermedades y pueden desarrollar terapias que estén dirigidas a los defectos de los genes”, comenta. Esto ha llevado a un incremento de las medicinas que llegan al mercado y a una “explosión” de las ventas de las biotecnológicas, en especial, de los llamados blockbuster drugs, medicamentos con un éxito de ventas (al menos 1.000 millones de dólares anuales). Las inmunoterapias contra el cáncer registraron unos ingresos de 10.000 millones de dólares en 2017, que aumentarán hasta los 15.000 millones este año. “Creemos que puede llegar a ser un mercado de 30.000 millones”, subraya.
Estas terapias están trayendo beneficios a la industria, fundamentales para su futuro: los incentivos financieros son clave para estas empresas, subraya Acker. “Cuesta tanto dinero desarrollar nuevos tratamientos que es necesario un incentivo económico que compense a las empresas y a los inversores”, puntualiza
Las enfermedades raras, un campo por explorar
“Hay más de 7.000 enfermedades raras y menos del 5% tiene tratamiento”, explica Andy Acker, que ve en este área una oportunidad de inversión muy atractiva.
Las compañías del sector están muy interesadas en los avances. El laboratorio suizo Novartis adquirió el estadounidense AveXis por 8.700 millones de dólares pocos meses después de que saliera a la luz que sus ensayos para tratar la atrofia muscular espinal habían tenido éxito en 11 de los 12 pacientes en los que se probaron. “Cuando las compañías alcanzan este tipo de avances médicos, hay un gran aporte de valor para la sociedad y para los accionistas”, explica Acker.
Las terapias contra el alzheimer y las enfermedades cardiovasculares también están centrando los esfuerzos del sector sanitario. En la última semana, Biogen y Eisai, dos empresas en las que invierte el fondo, han obtenido datos positivos en un ensayo contra el alzheimer.