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La Biblioteca Nacional reconstruye el verano de hace un siglo

La institución recrea las costumbres veraniegas a través de miles de documentos de la vida cotidiana de la época

Paipái publicitario de Postres Martí que muestra el típico bañador de la década de 1920.
Paipái publicitario de Postres Martí que muestra el típico bañador de la década de 1920.Biblioteca Nacional de España

Cómo se vivían las vacaciones estivales hace cien años? ¿Qué destinos eran más populares? ¿Hasta dónde tapaban los trajes de baño? La Biblioteca Nacional de España (BNE) recrea la vida social, cultural y económica del verano de hace un siglo a través de miles de documentos de la vida cotidiana de la época.

Carteles turísticos, etiquetas de hoteles, postales de escenas de playa, cajas de cerillas o incluso cromos con recetas de helados, permiten hacerse una idea de las tradiciones y costumbres veraniegas de las primeras décadas del siglo XX. Una variedad de representaciones gráficas que, sin pretender sobrevivir más allá de su uso lúdico o finalidad publicitaria, abren hoy las puertas al pasado y permiten comprender cómo vivía la sociedad de la época. Es lo que se conoce como ephemera.

“Las colecciones de ephemera de la BNE abarcan amplios periodos cronológicos, lo que nos ofrece la posibilidad de observar los cambios en los hábitos, en las mentalidades, o en el comportamiento”, destaca en un comunicado la jefa de la sección de ephemera de la institución, Rosario Ramos.

Una parte de la exposición está dedicada a los carteles de balnearios, hoteles y del propio Estado que, con la creación del Patronato Nacional de Turismo en 1928, comienza a promocionar destinos por ciudades como Cádiz, Santander o San Sebastián. Usados como reclamo publicitario y realizados por ilustradores como Josep Morell i Macias, Francisco Hohenleiter o Rafael Penagos, hoy constituyen verdaderas obras de arte exponentes del estilo art déco de ese momento.

Uno de los aspectos más llamativos de la muestra es ver la evolución de los trajes de baño, especialmente en las mujeres. De la indumentaria más recatada de los años de la belle époque, se pasa, a medida que se avanza hacia las décadas de 1920 y 1930, a un vestuario más atrevido y despreocupado.

El toque de humor lo ponen las más de 40.000 etiquetas que conforman la colección de cajas de cerillas de la BNE, donde se reproducen costumbres y escenas de bañistas con tono irónico.

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