La banca venderá más de 120.000 millones de activos problemáticos este año
En el primer semestre se han vendido 62.000 millones incluidas las operaciones de Santander y BBVA Los fondos oportunistas creen que deben aprovechar aún los bajos tipos de interés y el exceso de liquidez para comprar
La banca española ha pisado el acelerador para poner fin al lastre del ladrillo, aunque todavía le quedan dos o tres años para poner el punto y final al conjunto de los excesos producidos en la crisis financiera. No tanto por el desagüe de las carteras inmobiliarias como por las carteras de créditos fallidos, capítulo este que sigue sumando números en los balances de las entidades financieras.
De esta forma, los expertos esperan que este año se vuelva a batir récord en venta de carteras, por un total aproximado de 120.000 millones de euros, sumando las macrooperaciones de Santander y BBVA, anunciadas el año pasado, pero realizadas este año. Sin ellas, la cifra podría ascender a más de 51.000 millones, cifra ligeramente superior a la de 2017, que llegaría a las 80.000 millones si Sareb logra vender una cartera de 30.000 millones.
La presión del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España, además de la que ejerce el mercado, están provocando que las entidades financieras opten por vender sus carteras de activos problemáticos en una sola operación si es posible, en vez de hacerlo poco a poco, ante las perspectivas de subidas de precios.
El interés de los fondos oportunistas por invertir en España y, justo también ante la perspectiva de un aún mayor encarecimiento de los activos inmobiliarios en un futuro, también están provocando que los bancos aprovechen para llevar a cabo un saneamiento de sus balances entre el presente ejercicio y el siguiente, justo 10 años después del inicio de la crisis, explican varios expertos.
“Los fondos cuentan con grandes cantidades de liquidez. Además, los tipos de interés aún están en mínimos históricos (siguen en negativo), por lo que pueden financiarse a precios muy bajos, de ahí su interés en comprar ahora grandes carteras de activos vinculados al ladrillo. Quieren aprovechar el momento”, explica Íñigo Laspiur, director de Corporate Finance CBRE España.
Todos los expertos aseguran que la venta por parte de Santander del ladrillo de Popular a Blackstone, operación anunciada el pasado año, pero ratificada a principios de este año por un importe bruto de unos 30.000 millones de euros, fue el detonante para que la banca decidiese enajenar sus carteras en bloque.
Desde que se ratificó esta operación a principios de este año, hasta ahora la banca se ha deshecho de más de 62.081 millones en activos problemáticos. En esta suma se incluye la operación de BBVA con Cerberus, fondo al que vendió 13.000 millones de euros. Esta operación, no obstante, está a la espera de la aprobación del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) al contar parte de ella con un esquema de protección de activos (epa) al provenir de la excaja Unnim.
Fuentes financieras mantienen que en la actualidad hay en curso operaciones por otros 21.000 millones de euros, a las que se sumarán otros 8.000 millones adicionales que se podrán cerrar en los próximos meses. Entre las primeras se encuentra la venta de unos 11.000 millones de euros de activos de Sabadell (de ellos ya ha vendido 900 millones a Axactor), cuya venta está prevista para este mes.
A estas cifras podrían sumarse 30.000 millones brutos de euros más provenientes de la venta de una cartera de Sareb este año si al final el Gobierno de Pedro Sánchez da el visto bueno a esta potencial operación. Santander también ha puesto a la venta otros 6.000 millones de euros.
Quitas más reducidas
Epas. Sabadell, como le ocurre a BBVA, no podrá cerrar la venta de una parte impoorenita de sus activos inmobiliarios hasta que el FGD apruebe la operación, al ser activos de CAM, que cuenta con epa.CaixaBank. El jueves CaixaBank anunció que había llegado a un acuerdo con Lone Star para venderle el 80% de sus activos problemáticos, incluido su plataforma inmobiliaria Servihabitat, valorado en su conjunto en 7.000 millones de euros, lo que supone que el fondo desembolsará unos 5.600 millones de euros por el ladrillo de la entidad catalana (a valoración de octubre de 2017).
Quitas. Los fondos de inversión reclaman en la actualidad quitan más bajas que hace cinco años. Buscan menores rentabilidad, a cambio de compras que esperan que les rente más a futuro. Hace cinco años las quitas llegaron al 75% en algún caso. Ahora, pueden llegar solo al 38% o menos.