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Reuven Avi-Yonah: “Europa tiene miedo a los aranceles de Trump”

El profesor de la Universidad de Michigan cree que la reforma fiscal de EE UU es un subsidio “descarado” a la exportación Sostiene que Europa no la denuncia ante la OMC por temor al proteccionismo

Reuven Avi-Yonah, en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
Reuven Avi-Yonah, en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.JUAN LÁZARO

El estadounidense Reuven Avi-Yonah (Jerusalén, Israel, 1957), profesor de la Universidad de Michigan (EE UU), especialista en fiscalidad internacional y corporativa, ha visitado Madrid invitado por la Cátedra Deloitte de Fiscalidad Empresarial de Comillas ICADE. El experto cree que la reforma fiscal de Trump es un subsidio encubierto, aunque “descarado”, a la exportación, y por tanto es denunciable ante la OMC, pero que Europa no lo hace por miedo a la guerra comercial.

R. ¿Cómo va a afectar la reforma a las empresas europeas?
R. Se está exagerando. El impuesto de sociedades de EE UU se ha reducido significativamente, del 35% al 21%, pero es más parecido al de otros países de la UE, como España. La media de la OCDE es del 25%. Y de hecho, el tipo efectivo en EE UU siempre ha sido significativamente menor al 35%. También adoptamos la misma norma que tiene la UE, la llamada exención de participaciones, que exime de pagar impuestos por dividendos enviados a EE UU desde una filial en el extranjero. Es lo mismo que tienen todos los países europeos, incluido España.
R. ¿Podría el cambio atraer inversión a EE UU?
R. La disposición FDII, de ingresos intangibles derivados del extranjero, es lo que en Europa se llaman patent box, pero sin sus limitaciones. Aplica un 13,25% a los ingresos derivados de exportaciones por encima de un nivel fijado; no tienen que estar siquiera relacionados con activos intangibles. Y más importante, si no tienes activos tangibles en EE UU, puede afectar a cosas que importas y exportas, cosas que exportas, modificas un poco y vuelves a importar... es una norma muy laxa. Es una descarada violación de las normas de la OMC, que prohíbe los subsidios a la exportacion, y esto lo es. Está diseñado para atraer beneficios a EE UU, sin que haya actividad real necesariamente. A mi no me gusta. La cuestión es por qué la UE no ha lanzado una protesta a la OMC hasta ahora, porque es muy obvio. La UE ha ganado repetidamente sus quejas a la OMC contra EE UU, en casos menos descarados. Varios ministros europeos de Economía, incluido el español, avisaron antes de la reforma de que habría malas consecuencias, y el comisario Moscovici ha dicho que es una violación de las normas de la OMC... pero no han hecho nada. Mi teoría es que están asustados con Trump, con los aranceles, y con que algunos republicanos han dicho que se saldrían de la OMC si perdían la reclamación. Es un error que la UE no reclame, porque estas cosas tardan años en resolverse, hasta 2020 por lo menos. Para entonces quizás Trump ya no sea presidente.
R. ¿Podrían los países europeos pagar con la misma moneda?
R. Una posible reacción sería una carrera en la que adoptaran normas similares, o alternativamente, impusieran sus normas de CFC (para sociedades extranjeras controladas) a las filiales estadounidenses de sus propias multinacionales. En virtud de esas normas, si el tipo impositivo efectivo de EE UU es suficientemente bajo, se produce una repatriación del beneficio y se grava a la matriz. La Directiva contra la evasión de impuestos exige que todos los miembros de la UE adopten normas CFC antes de 2019, y no existen límites a la aplicación de dichas normas a las filiales no pertenecientes a la UE, como sí ocurre dentro del bloque.
R. La disposición BEAT, que pretende evitar que se erosione la base imponible de las filiales extranjeras, también ha sido criticada por los países europeos.
R. Elimina ciertas deducciones, sobre todo a pagos de intereses y royalties. Aparentemente, podría ser una violación de las normas de la OMC y de los tratados, aunque no veo que sea tan descarado. Es muy difícil ver qué puede hacer la UE al respecto, porque formalmente no es un impuesto de retención en origen ni una denegación de deducción, aunque sea equivalente a esto, en parte. Lo más probable es que los socios comerciales de EE UU copien este sistema.

Los bancos, como Santander, sí pueden verse afectados negativamente porque para ellos el beneficio es la diferencia entre el interés que reciben y el que pagan, así que si no les permites deducirse el interés que pagan, puede que eso se coma todo su margen de beneficios. Puedo entender que protesten.

R. ¿Qué papel puede jugar la guerra comercial?
R. La OMC es un instrumento político, siempre lo ha sido. Si a Macron, Merkel o Bruselas les molestan los aranceles, podrían tomar represalias denunciando la reforma fiscal a la OMC, por ejemplo. Por ahora lo que están haciendo es poner aranceles automáticos sobre los productos de EE UU, que en cierto modo es algo más peligroso que todo este asunto fiscal, porque podría provocar una guerra comercial. El problema es que la justificación de la Administración Trump para los aranceles es la seguridad nacional, y aunque parece absurdo poner aranceles al aluminio de Canadá, Francia o Alemania por ese motivo, politicamente va a ser muy difícil ceder en ese aspecto, a menos que haya algún acuerdo. La gran pregunta es cómo de distinto es este Partido Republicano del de George W. Bush. En 2004 estaba absolutamente claro que los republicanos cumplirían las normas de la OMC. Pero estos republicanos dicen que la Organización no les importa lo suficiente.
R. ¿Qué diferencias hay entre la política fiscal de Trump y la de Obama?
R. La reforma de Trump en el aspecto internacional en general es bastante positiva: la mayoría de estas disposiciones podría haberlas propuesto Obama, y algunas son mejores incluso. Por ejemplo, Obama propuso imponer una tasa del 14% al capital en efectivo repatriado, como el de Apple, Amazon... y la tasa ha acabado en el 15,5%, porque los republicanos necesitan dinero para financiar otros aspectos de la reforma. Es consistente en principio con lo que han hecho los europeos y con lo que tratan de hacer en la gran guerra de la economía digital, que no es tan diferente de BEAT. La idea es proteger la base fiscal local básicamente evitando la capacidad de las compañias estadounidenses de ganar miles de millones de dólares en Europa aprovechando el concepto de establecimiento permanente del siglo XIX, que no tiene en cuenta la economia moderna, los intangibles...

Los grandes mercados como España piensan correctamente, en mi opinión, que tienen derecho a cobrar impuestos por ingresos obtenidos en su territorio. Si Google o Facebook venden anuncios en español, a anunciantes españoles, y a un público español, entiendo que España entienda que tenga derecho a cobrar impuestos por eso. Desde ese punto de vista, pienso que BEAT probablemente sea mejor que lo que está discutiendo Bruselas, que es un impuesto sobre los ingresos, que probablemente va a superar al margen de beneficios de algunas empresas, aunque no de los gigantes.

R. ¿Qué le parece el enfoque de Macron en Francia de reducir el impuesto de la renta?
R. En general pienso que es buena idea rebajarlo, porque el 75% de Hollande era más simbólico que otra cosa. Cuanto más alto lo pongas, más invitas a la evasión. Es muy difícil fiscalizar totalmente a los ricos. Se resolvería si los mercados principales, donde está el dinero, como EE UU y la UE, acordaran poner una tasa de retención sobre cualquier pago de intereses que salga de ellos, a menos que haya una declaración clara de quién es el dueño de ese ingreso. Podría acabar sucediendo, pero los bancos hacen mucha presión a ambos lados del Atlántico para que no sea así.

Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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