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Consejo de Ministros

El Gobierno levanta el control sobre las cuentas de la Generalitat

"Se ha dado orden a los bancos para que el Govern pueda ejecutar sus pagos" Celaá confirma que Sánchez se reunirá con Torra

El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), ha iniciado su ronda de contactos con líderes parlamentarios con una reunión con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, (i).
El presidente de la Generalitat, Quim Torra (d), ha iniciado su ronda de contactos con líderes parlamentarios con una reunión con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, (i).Andreu Dalmau (EFE)

El primer Consejo de Ministros celebrado este viernes sirvió para que los miembros del nuevo Gobierno se presentaran y se cerraran los nombramientos de algunos altos cargos. La única medida política de calado fue el anuncio del Ejecutivo de levantar el control financiero de las cuentas de la Generalitat. En palabras de la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, se trata de un “gesto de normalización política”.

Sin embargo, esta medida ya estaba prevista y es una consecuencia del fin del artículo 155. Tal y como se establecía en la norma que aprobó el Senado para intervenir la Generalitat, una vez hubiera elecciones y se formara el nuevo Gobierno, se dejaría de aplicar el 155. Sánchez y el expresidente Mariano Rajoy ya negociaron que ello derivaría en una cierta relajación del control financiero. Por lo tanto, lo anunciado este viernes estaba ya en la agenda y se hubiera producido también si la moción de censura no hubiera prosperado.

“Hemos determinado que se den instrucciones a los bancos para que el Gobierno de Cataluña pueda abordar los pagos que le corresponden sin necesidad de pasar por la supervisión de Hacienda del Gobierno de España”, precisó Celaá. Lo que decae, por lo tanto, es el control previo. Sin embargo, se mantiene la supervisión financiera a posterori.

La Generalitat deberá seguir remitiendo certificados mensuales acerca de la legalidad de sus pagos, un control que podría fijarse si hiciera falta semanalmente. Esta medida se adoptó en noviembre de 2015 y el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya avisó al actual Gobierno de la Generalitat que se mantendría.

Aun así, Ciudadanos alzó ayer su voz por lo que considera la primera cesión a los partidos independentistas y entienden que se trata de una contraprestación por el apoyo de ERC y del PDeCAT a la moción de censura de Pedro Sánchez. El partido de Albert Rivera quedó algo descolocado cuando Pedro Sánchez eligió para su Gabinete nombres que gustaban en la formación naranja como el del ministro de Exteriores, Josep Borrell, o el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Sin embargo, la voluntad de Sánchez de rebajar el tono respecto a Cataluña e iniciar negociaciaciones con el Gobierno de Quim Torra es uno de los flancos sobre los que pivotará la oposición de Ciudadanos y, probablemente, también del PP cuando finalice su reorganización interna.

La ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, será la encargada de restablecer los puentes con Cataluña. Para Ciudadanos, ello es una mala señal. El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, aseguró este viernes que dejar la política territorial en manos del PSC es una mala decisión porque los socialistas catalanes están “acomplejados”.

La política interna en Cataluña sigue marcada por la fractura y la división. La líder de la oposición, Inés Arrimadas, ha confirmado este viernes que no acudirá a reunirse con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, porque “sigue amenazando a millones de catalanes” con un proyecto independentista que considera completamente fuera de la ley.

No descartó verse más adelante con él y le exigió “algún cambio o gesto” como retirar la pancarta del Palau –el Gobierno catalán ya ha dicho que no lo hará– y comprometerse a actuar dentro de la ley.

El líder del PSC, Miquel Iceta, criticó la postura de Arrimadas: “No será una pancarta la que impedirá el diálogo. Al menos, desde nuestro punto de vista no será así”.

En rueda de prensa tras reunirse con Quim Torra, consideró que el rechazo a la pancarta “no es suficiente” para negarse a ver al presidente; y alegó que él sí se ha encontrado con Torra pese a no compartir que se coloquen lazos amarillos en espacios públicos e instituciones.

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