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La Bolsa encara en los próximos días citas clave que marcarán el año

La semana próxima se reúnen la Fed y el BCE, con la resaca de la división en el G7 El riesgo en Italia ha reabierto la brecha entre Wall Street y la Bolsa europea

S&P, Nasdaq y Dax
Alejandro Meraviglia
Nuria Salobral

A punto de cruzar el ecuador del año, 2018 está deparando todo tipo de sorpresas a los inversores. El frente político es sin duda el más intenso y llega a dejar por momentos a los bancos centrales en segundo plano como motores del mercado. La declaración de guerra comercial lanzada por Donald Trump, que tiene como principal foco a China pero también impacta estos días sobre sus vecinos México y Canadá y la Unión Europea, es solo uno de los jugosos ejemplos de cómo las decisiones políticas están interfiriendo este año en la marcha de los mercados financieros. En Europa, los ánimos aún están caldeados con la llegada al poder en Italia de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, que ha puesto en alerta a la comunidad inversora por su discurso beligerante con Bruselas y que hace apenas 10 días hacía temer incluso por el compromiso de la tercera mayor economía del euro con la divisa comunitaria.

La política se ha vuelto a cruzar por tanto en la tarea de los gestores, centrados durante años en medir los pasos de los bancos centrales para diseñar sus carteras. Ahora la amenaza de guerra comercial tiene la capacidad de debilitar a las compañías exportadoras, mientras que las declaraciones de rebeldía presupuestaria en Italia provocan la avalancha de venta en los bonos soberanos del sur de Europa.

Los próximos días traerán sin embargo una crucial confluencia de referencias tanto políticas como monetarias que prometen determinar la marcha bursátil en el corto plazo. Las grandes citas comienzan este viernes en la cumbre del G7 que se celebra en Quebec y en la que Trump se va a encontrar de frente con el rechazo de las otras seis mayores economías del mundo a su política de aranceles, en la que promete ser la cumbre de grandes potencias más tensa en mucho tiempo. De hecho, el desencuentro con Trump es tal que es posible que concluya sin una declaración final conjunta.

El presidente de EE UU también será protagonista indiscutible el próximo martes, día en que está previsto su encuentro en Singapur con el líder norcoreano Kim Jong Un. La cita, que previsiblemente tendrá efecto sobre las Bolsas asiáticas, bien podría servir para acercar posturas en una de las zonas con más tensión bélica del planeta. Y el frente político se completará con dos citas del máximo nivel en el frente económico, las reuniones de la Reserva Federal el miércoles y del BCE el jueves.

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Wall Street versus Europa

La cita de los bancos centrales va a encontrar a las Bolsas europeas muy debilitadas frente a la estadounidense en el balance de lo que va de año. El Nasdaq despunta con un alza superior al 10%, en máximos históricos; el S&P sube casi el 4% y el Dow Jones, el 2%. En cambio, el Dax cae en el año casi el 2% el Eurostoxx, el 2%. Y Milán, que llegó a acumular un alza del 12% a principios de mayo, pierde cerca del 2%.

Wall Street ha recuperado su pulso alcista después de la corrección de febrero y a pesar de presentar unos múltiplos elevados, sigue acaparando el favor de los inversores.Su poderoso sector tecnológico y sus bancos, que se benefician de lleno de las subidas de tipos de interés, son los sectores que más atractivo despiertan. Y a pesar de las renovadas subidas, y de la idea extendida de que EE UU se aproxima al final del ciclo, numerosas gestoras siguen viendo recorrido en Wall Street. Deutsche Bank reconoce que aún es alcista en Bolsa estadounidense y prevé una ganancia del 10% para el S&P hasta final de año, según sus últimas previsiones de finales de mayo. El banco alemán sigue confiando en la fortaleza de los beneficios empresariales en EE UU y de la economía del país y no teme por el efecto en Bolsa de las alzas de tipos. De hecho, el rendimiento del bono estadounidense a 10 años ya ha superado el 3% sin que ello haya provocado una oleada de ventas.

Goldman Sachs ha reforzado posiciones en Bolsa estadounidense respecto a enero, cuando tenía una posición más neutral. Desde una visión mucho más conservadora de Wall Street, atlCapital reconoce que ha empezado a ver “una menor sobrevaloración de la renta variable de EE UU”, por lo que ha decidido adoptar una postura más neutral. “Las expectativas de beneficios empresariales son cada vez más positivas para este año y sus datos macroeconómicos siguen una tendencia firme de mejora”, añade la firma española.

Mientras el Nasdaq renueva récords y el Dow retoma los 25.000, en Europa el Dax y el Eurostoxx 50 siguen en pérdidas en el año

Europa en cambio genera más dudas, en especial después de que Italia haya desempolvado los temores sobre el proyecto europeo. Es el caso de Bank of America Merrill Lynch, que prevé que Italia, y los giros de su nuevo Gobierno, imprima presión en los activos del país y de la periferia europea. “Los inversores empiezan a pedir una prima mayor para mantener Bolsa europea”, asegura. El banco reconoce que su visión sobre Europa es ahora más cautelosa y selectiva y muestra su preferencia por los activos británicos frente a los continentales.

Para BofAML, la crisis política italiana ha sido además la gota que colma el vaso para rebajar sus previsiones de crecimiento para la zona euro, que descienden a un alza del PIB este año del 2,1% y del 1,7% en 2019, frente al 2,4% y 1,9% anteriores. La gestora de fondos de Axa coincide en que en los dos últimos meses se han visto indicadores económicos más débiles en la zona euro, si bien confía en cambio en que la zona euro pueda disfrutar de otros dos años de recuperación económica, con alzas del PIB superiores al 2%.

El acierto en el diagnóstico del momento económico por el que pasa la zona euro es el gran desafío que se le plantea ahora al BCE. En su anterior reunión de abril, Mario Draghi ya reconoció cierto enfriamiento de la economía de la zona euro, después de que en 2017 alcanzara su momento más álgido desde el estallido de la crisis.

Reunión decisiva del BCE

El Consejo de Gobierno del BCE se reunirá el próximo jueves y está vez sí debatirá sobre el final de las compras de deuda, según avanzó esta semana su economista jefe Peter Praet. En principio finalizan en septiembre, aunque habría posibilidades de que se prolonguen a diciembre hasta desaparecer. El momento de la finalización de las compras de deuda será un punto de inflexión clave en el desmantelamiento de los estímulos del BCE y el primer paso para una futura subida de tipos.

El mercado descuenta al 70% una subida de tipos del BCE en junio 2019, aunque tampoco desestima el impacto que Italia pueda llegar a tener en esa decisión. BofAML ha retrasado de hecho su estimación para esa primera subida de tipos de junio a septiembre de 2019. Para Andrea Iannelli, director de inversiones de renta fija de Fidelity, “el culebrón de la periferia no ha terminado y durante los próximos meses los diferenciales probablemente vuelvan a sufrir presiones, aunque solo sea por la flexibilidad en el gasto que persigue el gobierno italiano”.

Alza previsible de tipos en EE UU

Para la reunión de la Fed de esta semana el guion parece estar ya escrito. Hay unanimidad en el mercado en esperar el miércoles un alza de tipos de interés de otro cuarto de punto, hasta el 1,75%-2%. Y también se da por hecha una subida más a finales de año. La incógnita está en si habrá una tercera en 2018, hasta un total de cuatro. En Deutsche Bank sí lo contemplan y en Fidelity dudan.

La expectativa de alzas de tipos en EE UU ya se ha cotizado con fuerza: ha colocado el rendimiento del bono a 10 años sobre el 3% e impulsado al dólar frente al euro. Los expertos creen en cambio que tales subidas ya están descontadas en la cotización del dólar. La sorpresa en mercado llegaría de un mensaje de la Fed favorable a subidas más intensas de lo previsto.

El frente abierto de los emergentes

Activo en el foco de las ventas. Los activos emergentes comenzaron el año siendo una de las principales apuestas de inversión para 2018 pero la subida de tipos en EE UU y el alza del dólar han provocado una corriente de ventas. Estas economías han reducido su dependencia del dólar y están menos endeudadas que antaño, pero esto no las libra de verse golpeadas por la fuga de capitales cuando EE UU sube tipos. Así, aunque su resistencia sea ahora mayor, sus divisas están sufriendo por la venta de activos en estas economías.

Argentina, Brasil y Turquía. El ejemplo más claro de la vulnerabilidad aún existente es Argentina, que ha acabado pidiendo un rescate al FMI por 50.000 millones de dólares. Su banco central ha tenido que subir los tipos al 40%. Brasil también acusa debilidades, en medio de la incertidumbre política que crean las elecciones del próximo octubre. Y en Turquía, con una inflación rampante, el banco central ha encarecido el precio del dinero del 13,5% al 17,75% en poco más de dos semanas.

Riesgos globales. A la subida de tipos en EE UU, y su efecto alcista en el dólar, se suman recientes riesgos globales como el proteccionismo que abandera la Casa Blanca y que también imprime presión sobre las economías emergentes, muy dependientes de la exportación.

Posiciones tácticas. Bank of America Merrill Lynch señala que la corrección en los activos emergentes tiene aún recorrido ya que el escenario no termina de estar claro. “Los riesgos globales y la incertidumbre política va a continuar dirigiéndolos”, añade la entidad, que ha tomado posiciones en Argentina de cara a su acuerdo con el FMI pero está bajista en Brasil y México. Su posición sobre Turquía es cauta.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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