Ibex: la Bolsa española aplaude la estabilidad política y toma distancia de Italia
El selectivo avanza un 1% y cierra al filo de los 9.800 Los inversores, inquietos ante las medidas del Gobierno de Roma
Los inversores continúan pendientes de la evolución de los acontecimientos políticos en la periferia. Mientras en España proseguía el goteo de ministros, en Italia intentaban digerir las declaraciones pronunciadas un día antes por el primer ministro, Giuseppe Conte. El Ejecutivo elaborado por Pedro Sánchez poco o nada tiene que ver con el Gobierno nacido de la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga y eso se dejó sentir en los mercados.
El Ibex 35 retomó los ascensos y sumó un 1,09%, ganancias que alcanzan el 3,45% en las cuatro primeras sesiones de junio. Los nombres que se han conocido en las dos últimas jornadas contribuyen a calmar los temores y reafirman el compromiso del PSOE con el proyecto europeo, algo que queda retratado en la designación de Nadia Calviño como responsable de Economía. Los expertos ya señalaban el pasado 25 de mayo –día en en el que Sánchez presentó la moción de censura–, que España estaba lejos de Italia. A pesar del revuelo causado por el traspaso de Gobierno, el partido socialista es una formación europeísta y seguirá la senda marcada por Bruselas.
Esta relativa tranquilidad contrasta con la realidad que vive Italia, donde el Mib logró desprenderse de las pérdidas y concluir la jornada con un alza del 0,26% gracias al tirón de la banca. Aunque la formación de Gobierno fue un soplo de aire para los inversores, ahora el mercado vuelve a inquietarse por las medidas que pretende sacar adelante el Ejecutivo, unas iniciativas que ya venían recogidas en los programas que ambas formaciones llevaron a las elecciones.
Descartada la salida de Italia del euro, las firmas de análisis miran con recelo el coste que acarrearán las iniciatas (renta básica, reforma fiscal, revocar el incremento de la edad de jubilación), un importe que según estimaciones de Lombard Odier podría alcanzar los 126 millones, lo que equivale al 7% del PIB. “La relación entre el Gobierno de coalición y la UE será turbulenta”, añaden. A las medidas económicas, que dificultan el compromiso de rebajar la deuda, se suma la retórica antiinmigración y el objetivo de eliminar las sanciones de la UE a Rusia que defiende el Gobierno transalpino.
Los analistas de Lombard Odier apuntan, además, que “lo que austa a los inversores es que la combinación del estancamiento económico a largo plazo y la inestabilidad política plantea un desafío institucional que la izquierda y la derecha utilizarán en Italia para alimentar el populismo, debilitando las aceptaciones democráticas liberales de la integración europea”.
Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank España, afirma que si bien Roma no abandonará la moneda única, el cuestionamiento de los objetivos fiscales conllevará unos meses de prima de riesgo elevada en Italia y esto, aunque en menor medida, tendrá su réplica en España como viene ocurriendo en las últimas semanas.
La formación de un Gobierno in extremis sirvió en un principio de alivio a las rentabilidades de la deuda periférica. Sin embargo, la incertidumbre ha vuelto a hacer acto de presencia. La deuda italiana a diez años cerró ayer en el 2,93% desde el 2,75% anterior. A pesar de este repunte, los bonos con vencimiento en 2028 se sitúan por debajo del 3,1% que marcaron el 29 de mayo. El diferencial italiano subió ocho puntos básicos, hasta los 247, a cierta distancia de los 291 que registró hace una semana. Por su parte, el bono español a diez años avanzó desde el 1,39% al 1,5%, limitando los ascensos de la prima de riesgo a los dos puntos básicos (103).
Justin Bisseker, analista bancario europeo de Schroders, afirma que en el escenario actual, la limpieza de balances en la banca podría exigir más tiempo y resultar más costosa. Asimismo, el experto que cosidera que la gran amenaza es el incremento de la deuda (se sitúa en el 132% del PIB), cree que la creación de la unión bancaria podría estancarse.
Con la vista en el BCE
A una semana de la reunión del BCE, los inversores ya han empezado a especular con las decisiones que podría adoptar el consejo de gobierno. El economista jefe de la institución, Peter Praet, señaló en un congreso celebrado en Berlín que se debatirá el fin del programa de compra de deuda. Por su parte, el responsable del banco de Holanda, Klaas Knot, aboga por acabar lo antes posible con el Quantitative Easing (QE).
Una de las voces más críticas con las medidas de Mario Draghi ha sido el presidente de Bundesbank, Jens Weidmann. Sin embargo, siguiendo la tendencia de los últimos meses, el banquero alemán y principal candidato a sustuir a Draghi empieza a moderar sus posturas. Weidmann ve “plausible” que el programa de compra de activos concluya en diciembre y no en septiembre como estaba previsto, dado que la inflación continúa lejos del 2%.
Rosa Duce, de Deutschebank, cree que "lo más probable es que mantenga las compras al menos hasta final de año, algo que ya se esperaba pero que tiene ahora más sentido tras la difícil situación política en Italia y España".