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El ahorro de las familias cae a mínimos: ¿estamos en riesgo? Moody's mitiga su impacto

Los créditos al consumo crecen un 15% el último año, el doble que en la zona euro El ahorro de los hogares cae al 5,7% y la deuda al 60%

Intereses de los préstamos en España y en la zona euro
Gema Escribano

Los préstamos al consumo se erigen como el activo de moda, convirtiéndose en el principal componente de la deuda de las familias. Es decir, por primera vez superan a las hipotecas. El crecimiento experimentado en el último año alcanza el 15%, el doble del registrado en la zona euro, a pesar de que los tipos de interés en España (rondan el 8%) son superiores a la media europea (6%).

El auge de los préstamos al consumo se produce en un momento en el que la tasa de ahorro de los hogares cae al 5,7%, mínimo histórico. Aunque las familias han reducido de manera considerable el colchón para hacer frente a una nueva recesión, desde Moody’s minimizan el peligro que lleva implícito y afirman que este riesgo de crédito no afecta negativamente al comportamiento de las operaciones de titulización en España respaldadas por préstamos al consumo que ha calificado la firma, 16.

El crecimiento experimentado en los últimos meses por los créditos al consumo obedece no solo al interés de la banca por este segmento de negocio, que puede aplicar unos intereses mayores, sino también por el auge de entidades financieras de crédito, como Volkswagen Finance, que concede préstamos para la adquisición de vehículos, o las empresas retail, que disponen de su propio brazo financiero.

Antonio Tena, vicepresidente y analista sénior de Moody’s, defiende que existen razones para no percibir este contexto como una situación de alarma. La primera de las razones apuntadas es la caída de la deuda de los hogares desde el 83% del PIB en 2009 al 60% actual. Esto se explica porque la velocidad con la que las familias amortizan la hipoteca es mayor que el ritmo con el que adquieren deuda nueva. No obstante, esta tendencia tiene las horas contadas y es de esperar un repunte del stock de deuda, según Tena.

Otros criterios son las bajas tasas de morosidad, especialmente en los préstamos finalistas –destinados a la financiación de una necesidad concreta como la compra de un coche–, frente a los que se contratan para hacer frente a los pagos. Según un estudio realizado sobre 2.000 carteras en los préstamos destinados a la adquisición de un coche nuevo la tasa de mora tras 90 días después del default se limita al 0,9% frente al 2,8% de los que financian el gasto corriente. Esto se completa con los estrictos criterios de originación de los créditos y el tiempo medio transcurrido desde la concesión del crédito, especialmente en las operaciones con una vida media de tres años.

Las cédulas hipotecarias, ante el riesgo de los nuevos requerimientos

El 12 de marzo salió la propuesta de covered bonds de la Comisión Europea. Los estados miembros tienen que esperar a que esta directiva se haga efectiva y se publique a finales de año o comienzos del que viene. A partir de entonces dispondrán de un año adicional para trasponer los requerimientos a sus legislaciones. En el momento en que se trasponga cualquier instrumento de covered bond tendrá la etiqueta de bono garantizado europeo. Una especie de sello de calidad que indica al inversor que asumen los mismos riesgos con independencia del estado en el que se emita el título.

Uno de los países en los que mayor impacto puede tener la nueva directiva es en España y por títulos los más afectados serían las cédulas hipotecarias, un instrumento fundamental para la financiación de las entidades, especialmente en los momentos de crisis. En la pasada recesión cuando los mercados de capitales estaban cerrados a cal y canto, el único instrumento al que tenían acceso los bancos fueron las cédulas hipotecarias.

La mayoría de requerimientos que exige la Comisión Europea se cumplen actualmente. Pero existen otros que si se implementan pueden tener un efecto negativo. Entre estos, Miguel López Patrón, analista de cédulas de Moody’s señala la reducción de los niveles de sobrecolaterización exigidos que pasaría del 25% actual en el caso de España al 5% que exige la nueva directiva. En caso de que se redujeran esto tendría un impacto en rating. El otro elemento a tener en cuenta es la segregación. En España todas las hipotecas en balance sirven de garantía para las cédulas mientras que en otros países existe una segregación que consiste en la existencia de una cartera independiente que sirve de cobertura.

La entrada en vigor de la nueva norma coinciden con el vencimiento de las subastas de liquidez del BCE (las entidades deberán devolver al regulador el dinero prestado) y el vencimiento de 40.000 millones de cédulas en España. En total las entidades tendrán que refinanciar casi 200.000 millones de euros. A partir de 2020 los títulos que emitan los bancos dejarán de contar con la preferencia regulatoria en temas de consumo de capital y requerimientos de liquidez y se regirán por los nuevos principios. Si una entidad española decide emitir cédulas en 2020 y todavía no se han aprobado estos principios podrían perder interés de cara a los inversores.

El gran problema que identifican desde Moody’s son las rigideces del sistema español legislativo para sacar adelante cambios regulatorios. Prevén que ante la fragmentación del parlamento y la controversia que genera todo aquello que lleva la etiqueta de hipotecario, España no llegue a tiempo, algo que podría pasar factura a las entidades españolas.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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